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lunes, 13 de abril de 2015

Cómo influye en la bolsa el dinero fácil

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En una economía de mercado, un servicio importante que provee el dinero es el de ser un medio de intercambio. Los productores intercambian sus bienes por dinero y luego intercambian dinero por otros bienes.
Al aumentar la producción de bienes y servicios, esto genera una mayor demanda de servicios del medio de intercambio (el servicio que proporciona el dinero).
Inversamente, al ralentizarse la actividad económica, a la demanda de servicios del dinero le pasa lo mismo.

Los precios y la demanda de dinero


La demanda de los servicios del medio de intercambio también se ve afectada por los cambios en los precios. Un aumento en los precios de bienes y servicios lleva a un aumento de la demanda del medio de intercambio.
La gente demanda ahora más dinero para facilitar bienes y servicios más caros. Una caída en los precios de los bienes y servicios lleva a un declive en la demanda del medio de intercambio.
Tomemos ahora el ejemplo en el que ha tenido lugar un aumento en la oferta de dinero para un estado concreto de actividad económica (es decir, de producción). Como no hubo ningún cambio en la demanda de los servicios del medio de intercambio, esto significa que la gente tiene ahora un exceso de dinero o un aumento en la liquidez monetaria.
Ninguna persona quiere guardar más dinero del necesario y cualquier persona puede librarse del exceso de efectivo intercambiando el dinero por bienes.
Sin embargo, todas las personas como grupo no pueden librarse del exceso de dinero de la misma forma. Solo pueden pasar dinero de una persona a otra.
El mecanismo que genera la eliminación del exceso de efectivo es el aumento en los precios de los bienes. Una vez las personas empiezan a emplear el exceso de efectivo para adquirir bienes, se empuja al alza los precios.
Como consecuencia, aumenta la demanda de los servicios del dinero. Todo esto a su vez funciona hacia la eliminación del exceso monetario.
Advirtamos que lo que ha disparado los aumentos en los precios de los bienes en diversos mercados es el aumento en el exceso monetario o la liquidez monetaria en el respuesta al aumento en la oferta monetaria.

La deflación de precios y la oferta monetaria


Mientras que los aumentos en la oferta monetaria generan un exceso monetario, una caída en la oferta monetaria para un nivel económico dado lleva a un déficit monetario.
Los individuos siguen demandando la misma cantidad de servicios del medio de intercambio. Para justar esta, empezarán a vender bienes, empujando así los precios a la baja.
Con precios más bajos, disminuye la demanda de los servicios del medio de intercambio y esto a su vez actúa hacia la eliminación del déficit monetario.
Un cambio en la liquidez o el exceso monetario también puede tener lugar en respuesta a cambios en actividad económica y cambios en precios.
Por ejemplo, puede producirse un cambio en la liquidez para una existencia dada de dinero y un declive en la actividad económica.
Una caída en la actividad económica significa que se producen ahora menos bienes. Esto significa que van a intercambiarse menos bienes, lo que implica un declive en la demanda de los servicios del dinero.
Sin embargo, una vez aparece un exceso de dinero, produce exactamente el mismo resultado con respecto a los precios de bienes y servicios, al aumentar la oferta mentaría. Es decir, empuja al alza a los precios.
Un aumento en los precios a su vez actúa hacia la eliminación del exceso de dinero: la eliminación de la liquidez monetaria.
Inversamente, un aumento en la actividad económica mientras la existencia de dinero permanece inalterada produce un déficit monetario.
Esto a su vez pone en marcha la venta de bienes, deprimiendo así sus precios. La caída en los precios actúa a su vez hacia la eliminación el déficit monetario.
Esta dinámica puede afectar desigualmente a una amplia variedad de mercados, pero un mercado en el que podemos ver la relación entre precios y oferta monetaria es la bolsa.

¿Un desfase entre el máximo de liquidez y el máximo de la bolsa?


Hay un desfase entre los cambios en liquidez, es decir, un exceso monetario, y los cambios en los pecios de los activos, como los precios de las acciones.
(La razón para esto es que cuando se inyecta dinero no afecta instantáneamente a todas las personas, ni por tanto a todos los mercados. Hay receptores tempranos y tardíos del dinero).
Por ejemplo puede haber un desfase grande entre el máximo en liquidez y el máximo en la bolsa.
El efecto de la liquidez previamente creciente puede continuar ocultando el efecto de la actual liquidez decreciente durante cierto plazo de tiempo. De ahí que el máximo en la bolsa aparezca una vez la liquidez decreciente empieza a dominar la escena.

Ejemplos históricos: De 1927 a 2009


Por ejemplo, la tasa anual de crecimiento de la liquidez llegó al máximo en noviembre de 1927 al 10,2% y después de un desfase de 22 meses, el S&P 500 respondió con un máximo en agosto de 1929 en 31,71. (Advirtamos que la liquidez son los cambios porcentuales anuales en AMS menos los cambios porcentuales anuales en el IPC y la producción industrial). En 1987, el desfase entre un máximo de liquidez y un máximo en la bolsa fue mucho más corto: la tasa anual de crecimiento de la liquidez llegó al máximo en enero de 1987 al 15,1%. El S&P 500 respondió a esto con un máximo ocho meses después de 329,9 en septiembre de ese año.


Según los datos históricos, la tasa anual de crecimiento de la liquidez llegó al mínimo en el -16,6% en mayo de 1929. Pero llevó mucho tiempo hasta que el S&P 500 respondiera a esto. Llevó más de tres años después del mínimo en liquidez antes de que el S&P 500 empezara a recuperarse. El índice bursátil llegó al mínimo en junio de 1932 al 4,43. El desfase entre el mínimo en liquidez y el mínimo en la bolsa ha sido más corto en la historia reciente. Así, la tasa anual de crecimiento de la liquidez había llegado al -5,7% en septiembre de 2000. Tardó veinticinco meses antes de que el S&P 500 llegara al mínimo de 815,28 en septiembre de 2002.



Otro ejemplo, es la tasa anual de crecimiento de nuestra medición monetaria AMS, que fue del 4,5% en mayo de 1975. La tasa anual de crecimiento del índice de precios del consumo fue del 9,5%, mientras que la tasa anual de crecimiento de la producción industrial cerró en -12,4%. Como consecuencia, nuestra medición de la liquidez llegó a un máximo del 7,4%. En respuesta a esto, el S&P 500 llegó al máximo en 107,5 en diciembre de 1976. Ahora bien, nuestra medición de la liquidez llegó al mínimo en -10,4% en mayo de 1976. El S&P llegó a su mínimo en 87,04 en febrero de 1978, una caída del 19% respecto del máximo.


El S&P 500 cerró en 1.549,30 en octubre de 2007 antes de que tuviera lugar un largo declive, llevando al índice bursátil a 735,1 en febrero de 2009, una caída del 52,3%. La tasa anual de crecimiento de la liquidez llegó al máximo del 7,1% en junio de 2003 (ver gráfico). Advirtamos que el mínimo en el índice de precios bursátiles en 735,1 alcanzado en febrero de 2009 vino precedido por un mínimo en la liquidez de un -6% en noviembre de 2007.

 

¿Dónde estamos ahora?

Creemos que una amenaza importante para el S&P 500 es una caída en la liquidez del 30,6% en junio de 2009 al -7,4% en junio de 2010. (Advirtamos de nuevo que el desfase entre un máximo de liquidez y un máximo en el S&P es variable).
Si suponemos un desfase en torno a los seis años, podemos sugerir que, basándonos en el máximo de liquidez en junio de 2009, el nivel del S&P 500 de 2.061 alcanzado ya en marzo de este año podría no estar lejos del máximo.
 
 

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