Pese a los ajustes de los últimos años y a que nuestros gobernantes intenten sacar pecho, lo cierto es que el déficit público español sigue siendo una de las asignaturas pendientes de nuestra economía. España cerró 2014 con un déficit del 5,7 % del PIB, lo que se traduce en un desfase de 60.187 millones de euros.
A nivel mundial, observando el ranking de Perpe comprobamos como nuestro país registró en 2014 el mayor déficit público de la zona euro y el quinto a nivel mundial. De los 53 países analizados, sólo Venezuela (14,8 %), Japón (7,7 %), India (7,2 %) y Brasil (6,2 %) terminaron el pasado año con un déficit público mayor que el español.
Como recordarán, el objetivo previsto de déficit para 2015 es del 4,2 % y para 2016 esta cifra se debería reducir hasta el 2,8 %. Sin embargo, ya hablamos en su momento sobre las dudas que había en Bruselas respecto a la capacidad de nuestro país para cumplir estas metas.
No obstante, y como siempre señalo, yo soy de la opinión de que el tema de la reducción de déficit hay que tomarla con calma. Vale que no perdamos de vista la dramática situación actual, pero tampoco caigamos en el error de asfixiar con nuevos recortes a la ciudadanía: esta no lo soportaría
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