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domingo, 26 de abril de 2015

La política monetaria


La política monetaria en la actualidad (I)






(OroyFinanzas.com) – Comenzamos hoy una nueva serie que nos ocupará las próximas semanas para explicar qué es y cómo funciona la política monetaria. Con la actual crisis económica, la política monetaria vuelve a tener un papel protagonista y, con ella, vuelven a resucitar los viejos fantasmas del pasado ó, como decía el gran Hayek, “muertos que vuelven recurrentemente a la vida para luego después volver a ser enterrados”.
El diseño de la política monetaria ha evolucionado enormemente en las últimas décadas del siglo pasado gracias a los avances en el campo de la economía matemática y la econometría. Desarrollos basados en modelos de Equilibrio General Dinámico y Estocástico han posibilitado un diseño más eficiente y más cercano a la realidad empírica de la política monetaria. Sin embargo, las autoridades monetarias y los policy makers han traspasado los límites de estos modelos, creyendo que la economía funciona como una máquina que genera respuestas automáticas.
Este error de principio ha provocado multitud de desmanes en la ciencia económica y en la aplicación práctica de la política monetaria. Es uno de los elementos clave del pensamiento de Fukuyama, Greenspan ó Bernanke, los cuales creyeron haber acabado con los ciclos económicos. Un manejo adecuado de la máquina de hacer dinero y de la regulación bancaria permitía el suministro de oferta monetaria en las cantidades que se necesitaran en cada momento. Bajo esta concepción se ejecutaron programas de expansión monetaria cuya consecuencia más inmediata fue la creación de burbujas a partir del año 1997.
A pesar de los resultados obtenidos, los autores y ejecutores de esta idea que tanto daño ha hecho a la economía mundial no sólo no se retractan sino que defienden aún con mayor ahínco sus ideas. Libros de memorias como el de Alan Greenspan muestran hasta qué punto ningún responsable político (en última instancia la autoridad monetaria es un órgano político más) asume su parcela de responsabilidad y, lo que es peor aún, nadie hace propósito de enmienda.
Este artículo inicial y el próximo pretenden ser un pequeño homenaje a la figura del maestro Milton Friedman. A pesar de las muchas insidias y de los insultos que recibió en vida y que aún hoy recibe por muchos que se hacen llamar “liberales”, Friedman revolucionó la ciencia económica en marzo de 1968 con la publicación de un artículo en la prestigiosísima revista American Economic Review titulado El papel de la política monetaria. Por tanto, un buen comienzo de una serie dedicada al dinero y a los bancos centrales no puede ser así si no se revisa la obra y lasaportaciones que el maestro Friedman dejó para siempre como huella imborrable.

¿Qué puede y no puede hacer la política monetaria? (II)



En el anterior artículo expresamos la necesidad de dedicar unas líneas a la obra que Milton Friedman llevó a cabo en materia de política monetaria. Friedman era, ante todo, un gran estadístico y economista cuantitativo. La formación matemática de un economista como Friedman queda impresa de forma permanente en su estilo de redacción, en su manera de enfocar los problemas económicos y en el análisis que de ellos hace.
Friedman revolucionó la ciencia económica tras el discurso que pronunció en calidad de Presidente de la American Economic Association en su Octogésima Reunión Anual del 29 de Diciembre de 1967. Este discurso apareció meses después como artículo en la prestigiosa revista American Economic Review titulado The Role of Monetary Policy (El papel de la política monetaria). Con ello, Friedman pasó a la Historia del Pensamiento Económico como el primero que denunció abiertamente los manejos que se estaban haciendo con el valor del dinero por parte de la Reserva Federal y predijo una época muy cercana en la cual al decrecimiento económico se le unió un crecimiento sostenido y continuado del nivel general de precios: la estanflación.
Durante la década de los veinte, la política monetaria tuvo fundamentalmente un papel de estabilizador macroeconómico, perdiendo su papel protagonista a comienzos de la Gran Depresión. Keynes fue el economista que más contribuyó al desprestigio de la política monetaria como instrumento de intervención en la economía y su subordinación a la política fiscal. Esta situación se dio la vuelta a partir de los años cincuenta, cuando recuperó buena parte de su relevancia anterior, la cual contribuyó al sostenimiento de una demanda agregada fuerte y en constante crecimiento.
En este sentido, Friedman hace una distinción muy clara de qué puede hacer la política monetaria y qué no puede hacer:
1. ¿Qué puede hacer la política monetaria?
Friedman considera como uno de los papeles fundamentales de la política monetaria el sostenimiento del sistema de pagos. En épocas de recesión, la autoridad monetaria debe impedir que el mecanismo de pagos se derrumbe y pueda desembocar, como fue el caso de la Gran Depresión, en una espiral deflación-deuda. Una descripción más detallada y rigurosa de esta cuestión la plasmó, junto con la también economista Anna Schwartz, en The Monetary History of the United States (Historia Monetaria de los Estados Unidos) en el año 1954.
En este sentido, la política monetaria se considera como la sangre del sistema y qué importante es que los resortes de la economía estén bien engrasados. Por ello, la preocupación capital es evitar caídas sustanciales de la oferta monetaria y evitar, con ello, los fenómenos deflacionistas.
Por último, la política monetaria es capaz de alterar a corto plazo los fundamentos reales, tales como el desempleo, la actividad, el ahorro, el consumo o la tasa de interés.
2. ¿Qué no puede hacer la política monetaria?
Sin embargo, a largo plazo, la política monetaria se neutraliza en el marco de un proceso de ajuste ó dinámica de transición conducente al equilibrio. El equilibrio es la equivalencia entre el valor del dinero y el valor de los demás bienes de una economía. Puesto que los precios son relaciones relativas de valor entre bienes, la relación entre el dinero y los demás bienes, a largo plazo permanece estable. Ante una expansión monetaria, dicho ratio se ajustará aumentando el número de unidades monetarias que hay que entregar a cambio de un bien determinado, luego el precio de dicho bien subirá.
Este comportamiento de los bienes y el dinero que ya intuían los escolásticos españoles se consagró en el paradigma que Friedman escribió con todo acierto: “La inflación es siempre y en todo momento un fenómeno monetario”. La inflación como tal tiene efectos a corto plazo dada la velocidad de respuesta de los agentes económicos y las condiciones del mercado. La inflación es un fenómeno distorsionante de las variables nominales pero no de las reales, ya que éstas se rigen por otros parámetros y poseen un mecanismo corrector que es el índice general de precios.
Esta inacción de la política monetaria sobre las variables reales se muestra en el arquetipo canónico de la política económica de los años sesenta: la Curva de Phillips. El qué es la Curva de Phillips y qué significó para la política económica será el tema del próximo artículo.
Javier Santacruz Cano Doctorando en Economía

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