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lunes, 27 de abril de 2015

¿PERO REALMENTE ESTAMOS YA EN LA RECUPERACIÓN?

Ramón Tamames

Doctor en Derecho y Ciencias Económicas
 
 
 
 
1. ¿PERO REALMENTE ESTAMOS YA EN LA RECUPERACIÓN?
 
Iniciamos hoy un análisis de la economía española partiendo de la pregunta del epígrafe, que en los días después de la Semana Santa y la Pascua de Resurrección (o también florida), se oye con frecuencia en toda la España maltratada por lo que debería llamarse “la crisis de nunca acabar”; que empezó en 2008 y que, globalmente, ha tenido una incidencia muy fuerte; en términos de empobrecimiento del país (y más los de bajos ingresos que los de medios y altos), con una caída oficial del 8,5 por 100 del PIB. Pero que algunos estiman en un porcentaje mucho mayor.
 
Y contestando desde el principio a esa pregunta, convendría recordar el proverbio de “cada uno cuenta la feria, según le va en ella”. Y en ese sentido, es bastante comprensible que quienes están sin trabajo, ni lo vislumbran de momento, que también oficialmente son 4,35 millones (según el INEM, paro registrado), no vean los signos de recuperación en su particular horizonte vital.
 
Pero si los hechos son tozudos para tanta gente todavía sin optimismo posible, las cifras que pueden presentarse para el caso que nos ocupa, son bastante expresivas: en 2014 ya hubo un crecimiento del PIB del 1,4 por 100, y para el 2015, la previsión se sitúa entre el 2,7 y el 3 por 100; ritmos de expansión que son muy superiores a la media de la Eurozona.
 
En lo relativo al dinamismo de la economía, también según información del INE, el crecimiento del PIB en un 1,4 por 100 en 2014 se debió, fundamentalmente, al aumento del consumo; que subió un 6,5 por 100 sobre el 2013. Debiendo recordarse aquí que en España esa magnitud representa el 65 por 100 del PIB, y cuya expansión cabe sintetizar así: caída del precio de los hidrocarburos, liberándose renta disponible para consumir en otros productos; aumento del empleo en 440.000 puestos de trabajo neto; cifras de exportación récord de bienes y servicios; y un turismo internacional que batió todos los registros, al llegar a 65 millones de visitantes foráneos[1].
 
También está contribuyendo a la recuperación económica, la nueva política del Banco Central Europeo (BCE), suministrando liquidez a la banca privada; condicionando ya cierto volumen de los recursos así asignados a la concesión de créditos a familias y pequeñas empresas, algo que se nota especialmente en el resurgir de las hipotecas[2].
 
En el sentido apuntado, cabe subrayar, en apoyo de lo anterior, las palabras del Presidente del BCE, Mario Draghi, quien manifesta que «la base de la recuperación de la Eurozona se ha reforzado claramente… por la relajación de las condiciones de crédito conseguida a través de nuevas políticas [el quantitative easing, QE, o adquisición de productos financieros por el BCE], y la depreciación del euro»[3].
 
También debe señalarse como indicador positivo –aparte de la prima de riesgo por debajo de 100, las emisiones de deuda pública a diez años en el 1,5 y las letras a corto en interés negativo[4]—, en la confianza empresarial, que en la encuesta ad hoc (su 22ª edición), aprecia un marcado optimismo en lo tocante a evolución de los negocios en 2015. Pudiendo decirse que de las expectativas de las empresas europeas para este año, las más favorables son las firmas españolas[5]. Con la especificación de que el 62 por 100 de ellas tiene la previsión de aumentar sus ventas al exterior en 2015, frente al 54 por 100 de un año antes.
 
2. ALGUNAS ESPECIFICACIONES SOBRE DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
 
En cuanto a las perspectivas distribución personal de la renta en España –un tema que se olvida tantas veces injustificadamente—, desde el 2008 se ha producido un deterioro en sus términos, según las mediciones del coeficiente de Gini, que se expresan gráficamente como las curvas de Lorenz; con una mayor concentración del ingreso en una menor parte de la población[6]. Situación que se deriva de la crisis, y que tendencialmente podría mejorar con la recuperación, sobre todo del empleo.
 
Y ya que estamos en el espacio de los recursos disponibles de la nación en su conjunto, habría de tenerse en cuenta que con la internacionalización de la economía española, se están generando situaciones nuevas, de grandes sumas fuera del país en parte legalmente situadas y en parte no. Con dificultades para hacer precisiones al respecto, a pesar de lo cual, Gabriel Zucman, profesor de la London School of Economics y autor de «La riqueza oculta de las naciones»[7], se atreve a manifestar –con base en los datos de la Banca Nacional Suiza y estimaciones sobre la economía en jurisdicciones «offshore» de baja tributación—, que una pequeñísima parte de los ciudadanos españoles podría tener depósitos en Suiza 80.000 millones de euros; cantidad que se dispararía a 160.000 millones si se englobaran los patrimonios en todos los territorios de baja tributación[8]. Son cifras sorprendentes, sobre todo después de la amnistía fiscal de facto decretada por el Gobierno Rajoy en 2013. Y en relación con las apreciaciones anteriores, Zucman destaca que las empresas del Ibex 35 tienen presencia en territorios «offshore». Y más concretamente, las filiales del referido selectivo de cotizadas, han pasado de 561 en 2012 a 810 en 2013, un aumento del 44 por 100. Con el dato adicional de que de las 35 del Ibex, sólo Indra no tiene ese tipo de subsidiarias fuera de España.
En lo que concierne a la distribución regional de la renta, el INE nos muestra que durante la crisis ha habido cambios notables en el ranking de las regiones, situándose Madrid en 2014 en el primer puesto per cápita, con 31.000 euros, sustituyendo al País Vasco que antes se situaba en la cúspide. Observándose, al mismo tiempo, un aumento en la brecha interregional, con Extremadura en el nivel más bajo, en sólo el 50 por 100 que Madrid (15.752 euros)[9].
 
3. MAYORES INGRESOS FISCALES Y MENOR DÉFICIT PÚBLICO
 
Un elemento también positivo en las previsiones de futuro, consiste en que los ya señalados aumentos del consumo de las familias, el alza del turismo, y la lucha contra el fraude fiscal, contribuyeron a un alza del 8,2 por 100 en los ingresos por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en 2014; marcando así un nuevo máximo histórico, expresión que es del mayor esfuerzo fiscal exigido a la población española. Con un aumento global de la recaudación en un 3,6 por 100, hasta 174.897 millones de euros, según el último informe de la Agencia Tributaria (AEAT)[10]. Aparte está, naturalmente, la recaudación de la seguridad social, que en su conjunto llegó en 2014 a 131.831 millones de euros.
 
Esa mejora de los ingresos, permitió unas cuentas más alentadoras del sector público en 2014, sobre todo por la evolución en la Administración General del Estado, y en los Ayuntamientos. En cambio, y como en años anteriores, en 2014 las CC.AA. incumplieron los objetivos de ajuste de la política de austeridad. De modo que si no hubiera sido por los 5.662 millones de superávit de las corporaciones locales (0,53 por 100 del PIB), el déficit consolidado del conjunto de las Administraciones Públicas se habría disparado peligrosamente.
 
Al respecto, la opinión pública está en contra de las CC.AA. que no cumplen los objetivos, y más en concreto, José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), ha planteado ya la posibilidad de sancionar a las regiones que, de forma reiterada, incumplen los objetivos de déficit[11].
 
En definitiva, España cerró el ejercicio del 2014 con un déficit del 5,72 por 100, frente al objetivo del Gobierno del 5,50, pero en un nivel aceptable para las previsiones globales de la Eurozona[12]. Y de seguir en esa senda, tal vez sea factible situarnos en un déficit del 4,2 en 2016, y del 2,8 en el 2017. En la dirección de déficit cero para 2020, según se prevé en la regla de oro de la Unión Fiscal Europea, que en España ha de atenerse al artículo 135 (enmendado) de la Constitución de 1978.
 
 
[1] Como dice Francisco Javier Campo, de AECOC, “el consumo interno representa casi dos terceras partes del PIB español y era impensable que no tirase del crecimiento. Subir el IVA hubiera abortado el incremento del consumo y habría retrasado la salida de la crisis” Entrevista de Joan Carles Valero a F.J. Campo, “El consumo de bienes duraderos ha iniciado su recuperación”, ABC. Empresa, 12.IV.2015.
[2] Información del Banco de España.
[3] J.M., “La barra libre de dinero del BCE empieza a dar los primeros resultados”, La Razón, 24.III.215.
[4] El próximo mes de octubre, el Tesoro Público tiene que hacer frente al vencimiento de los 725 millones de euros que el 7.IV.15 le prestaron los inversores a un plazo de seis meses. Sin embargo, la cifra que el organismo deberá satisfacer es de 724,98 millones con lo que, por primera vez en la historia, España reintegrará una cantidad inferior a la captada. Daniel Viaña, “España, el único país periférico que ya cobra por emitir su deuda”, El Mundo, 8.IV.2015.
[5] José Luis Bonet, “El optimismo de las empresas españolas para 2015”, Perspectivas Económicas 2015, Febrero 2015, nº 259.
[6] Ramón Tamames, “Segunda clave: Economía. La desigualdad y otras ineficiencias del capitalismo del siglo XXI”, en Cuatro claves para un nuevo mundo: Ecología, Economía, No hegemonía, Armonia, pendiente de publicación, 2015.
[7] Pasado y presente, Madrid, 2014.
[8] Javier Tahiri, “La economía sumergida que no ve la luz”, ABC Empresa, 15.III.2015.
[9] Maribel Núñez, “Madrid supera al País Vasco como la comunidad más rica de España”, ABC, 28.III.2015.
[10] B. Carrascosa, “El consumo y la lucha contra el fraude disparan los ingresos por IVA a máximos”, La Razón, 1.IV.2015.
[11] R.L. Vargas, “La Autoridad Fiscal pide mano dura con las autonomías que no cumplan el déficit”, La Razón, 1.IV.2015.
[12] Francisco Núñez, “El déficit autonómico se desvía un 66 por 100”, El Mundo, 28.III.2015.
 
 
 
 
Iniciamos el presente artículo en la que nos fijamos, especialmente, en dos aspectos muy novedosos de la economía española: el cambio de modelo de desarrollo, y la evidente internacionalización del panorama económico en todas sus ramas productivas de bienes y servicios.
 
4. EL CAMBIO DE MODELO DE DESARROLLO:


MÁS INTERNACIONALIZACIÓN, MENOS CONSTRUCCIÓN
 
Siendo pertinentes las informaciones económicas que veíamos en la primera parte de este trabajo, lo más notable a destacar es que el actual crecimiento de la economía española (que ciertamente, aún tiene que cubrir más de la mitad de la renta perdida durante la crisis de nunca acabar), está haciéndose con un nuevo modelo de desarrollo. Muy distinto del anterior que recibía sus más fuertes impulsos de la industria de la construcción.
 
Sobre el cambio de modelo cabe reflexionar recordando la circunstancia de que si en 2006, los visados de los colegios de arquitectos registraron algo más de 900.000 viviendas iniciadas, en 2013, último año del que hay cifras completas, no llegaron ni a 40.000. Lo que refleja el auténtico colapso de un sector que era, insistimos, el motor de nuestra economía. En cambio, ahora significa macroeconómicamente el 5,5 por 100 del PIB, frente al 11 que era en 2007. Debiendo señalarse que por primera vez en mucho tiempo estamos en un nivel constructor similar al del resto de la UE.
 
La construcción en 2007 empleaba a casi tres millones de personas, y actualmente, sólo da empleo a un millón, sin previsiones de una recuperación espectacular: todavía es mucho lo que queda por resolver en términos de stock de viviendas sin vender. Si bien se dan algunos indicios interesantes de avance, como sucede con la rehabilitación (que en España es de sólo 0,75 por 100 anual del total stock, frente a dos en la media comunitaria), y asimismo, con el alza de las compraventas de viviendas, especialmente usadas1. Además, hay una tendencia interesante de que vamos a una mayor proporción de alquiler, lo que contribuirá a ir reduciendo el quietismo laboral de la sociedad española por el efecto de la vivienda propia.
 
En cuanto a la construcción en su conjunto de cara al futuro, Juanma Lamet manifiesta que después de siete años de recesión y resaca:
 
El mercado de la vivienda comienza a cambiar el paso. La concesión de hipotecas, las ventas y el valor de los inmuebles residenciales ya crecen, aunque lo hagan desde cotas muy bajas. De hecho, el precio de la vivienda subió en ocho CC.AA. en el primer trimestre de 2015, según los datos estadísticos de la Sociedad de Tasación. Esa noticia positiva se suma a la que dio el INE: las compraventas de inmuebles residenciales subieron un 15,5 por 100 en febrero, y lo hicieron en nada menos que 14 autonomías2.
 
Tras ese precedente sobre la construcción, volvemos a insistir, en este punto hace que ya nos situemos en un modelo de crecimiento basado en la internacionalización de la economía española. Con exportaciones de bienes (240.000 millones de euros en 2014) y servicios (no menos de 100.000 millones en el mismo año) que en el 2013 y 2014 nivelaron la balanza por cuenta corriente, con una fuerte expansión en frentes como ingeniería, construcción, servicios urbanísticos, transportes, banca y seguros, etc.
 
En ese cambio de modelo, coincidimos con el Prof. Rafael Pampillón, de la Universidad de Alcalá de Henares, quien subraya “la necesidad de reforzar ese patrón de crecimiento basado en las exportaciones y en la producción de bienes y servicios de alto nivel tecnológico; para continuar reduciendo los desequilibrios en las cuentas públicas y del mercado inmobiliario, y mantener el equilibrio del sector exterior”3.
 
La clave de esta evolución, por la que todavía no cabe tirar cohetes, radica en la ecuación de competitividad; con sus dos términos de productividad y tipo de cambio del euro. En el primer caso, el aumento ha sido de un 25 por 100 (del 35 en las empresas del Ibex), por la reforma laboral que permitió adelgazar nóminas manteniendo producciones para la exportación más que nada. Y en segundo lugar, por la política del BCE de depreciar el euro para hacer más factibles nuestras exportaciones; con una caída respecto al dólar del 30 por 100 respecto del nivel que tenía en 2008 (de 1,50 a 1,06 dólares por euro).
 
5. OTROS FACTORES DE LA INTERNACIONALIZACIÓN
 
Que la referida internacionalización avanza, también se aprecia, en los últimos meses, por el hecho de que las empresas españolas están embarcadas en lo que es una nueva fase de expansión internacional, confirmando así la recuperación de la economía y la renovación de la confianza empresarial. En cinco meses (noviembre 2014/marzo 2015), se anunciaron operaciones por más de 19.000 millones de euros. En ese sentido, Repsol adquirió el 100 por 100 de la canadiense Talisman Energy, BBVA aumentó el 25 por 100 al 40 por 100 su participación en el banco turco Garanti, y en el mes de marzo Banco de Sabadell absorbió las 631 sucursales del británico TSB; en tanto que Corporación Logística de Hidrocarburos (CHL) compraba una red de oleoducto de 2.000 kilómetros y 16 instalaciones de almacenamiento en Reino Unido. Por mencionar sólo algunas de las grandes inversiones recientes4. En definitiva, las compañías estrella de la Bolsa española apostaron hace años por la internacionalización del negocio y la apuesta se refleja cada vez más en sus cuentas5.
 
Por otro lado, señalaremos que, el conjunto de las compañías del Ibex facturó 432.031 millones en 2014, siendo el 61,5 por 100 de esas ventas de su negocio internacional; frente al 59,9 por 100 de 2013. Y eso que la aportación del negocio exterior de las grandes cotizadas habría sido bastante mayor sin las fuertes depreciaciones de algunas divisas (Venezuela, Brasil, Argentina, México, etc.) respecto al euro; un factor que perjudicó a empresas con fuerte presencia en tales países como Telefónica, Santander, Gas Natural, BBVA, Iberdrola, Mapfre e Indra, entre otras6.
 
Otro aspecto de la internacionalización en curso es la actitud española adoptada ante el caso de China, al crear su Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB, por sus siglas en inglés), la primera institución financiera multilateral que no estará dominada por Estados Unidos o alguno de sus aliados: 45 países han solicitado ser miembros fundadores de la institución -entre ellos España-, pese al rechazo explícito de Washington DC7, al que sólo ha seguido el gobierno de Tokio.
 
Por lo demás, el crecimiento español, como el de toda la Eurozona, está amenazado por diversidad de posibilidades, como la desaceleración en Asia, o lo que pueda pasar con Grecia.
 
Y como siempre, el autor queda a la entera disposición de los lectores de Republica.com, en el correo electrónico castecien@bitmailer.net.
 
1 Ramón Tamames, Conferencia sobre la Industria de la Construcción y sus perspectivas, Córdoba, 10.III.2015, con abundante bibliografía; edición restringida
2 Juanma Lamet, “El precio de la vivienda ya sube en ocho autonomías”, Expansión, 10.IV.2015
3 Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro, “El crecimiento se intensifica y se reducen los desequilibrios”, Expansión, 28.III.2015
4 William Chislett, “La expansión internacional de las empresas españolas”, ABC, 1.IV.2015
5 A. Fernández, “La mitad de las empresas del Ibex logra más del 60 por 100 de las ventas en el exterior”, Expansión, 3-4.IV.2015.
6 “Otras depreciaciones más dañinas”, El País, 2.IV.2015.
7 Macarena Vidal Liy, “China atrae a 45 países al banco multilateral nacido a espaldas de EE.UU.”, El País, 1.IV.2015
 

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