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jueves, 23 de abril de 2015

“¿Prueba del algodón en la guerra de divisas? Los resultados empresariales que llegan…”

 
 
"Sobre la supuesta guerra de divisas a nivel global se ha escrito mucho. Tanto, que algunos prohombres han negado la mayor, con argumentos de que tal guerra, la que unos y otros vivimos de diferentes maneras, no ha existido. No es, precisamente, nuestra consideración. Hasta ahora, hemos visto los saldos comerciales; los flujos de dinero desde unas áreas a otros, pero no se ha calibrado con exactitud el impacto de la guerra cambiaria en los balances empresariales. Adjunto un estudio reciente sobre los resultados de cierre del año pasado, en donde puede calibrarse ya las reacciones de las empresas que cotizan en Bolsa. Pero la gran prueba, una prueba del algodón, ya está en marcha con los resultados empresariales del primer trimestre de este 2015. En nuestra gestora recomendamos estar muy atentos a las cuentas de las compañías USA, ahora que tanto se habla (y así seguirá) de los altos múltiplos alcanzados por muchas empresas cotizadas en Wall Street", me dice el CEO de una importante gestora de fondos, que me envía el siguiente documento:
 
 
Las empresas europeas cerraron 2014 con buen pie y, con datos del 85% de la capitalización del mercado, parece que los beneficios crecieron cerca de un 8,9% interanual en el cuarto trimestre, con un incremento de los beneficios que se aceleró en muchas de las principales economías europeas. A principios de 2014, solo las grandes economías como el Reino Unido registraban crecimiento de beneficios pero la aceleración generalizada sugiere que la recuperación se ha extendido ahora a toda la región. La depreciación del euro ha sido uno de los factores que más ha contribuido a la mejora de resultados del cuarto trimestre de 2014. Y no solo ha resultado positiva para los resultados, sino que también se ha traducido en un crecimiento de los ingresos del 6,7% interanual (Fuente de los gráficos: Thomson Reuters, Stoxx, Woldscope, Bloomberg y J.P.Morgan AM con datos a 11 de marzo).
 
Es probable que el impacto de un euro más débil se vea reflejado también en los resultados del primer trimestre de 2015. “Si, en el cuarto trimestre de 2014, el dólar rondó de media los 1,25 frente al euro, en lo que va de año la media ha caído hasta los 1,14 y se acerca cada vez más a la paridad, lo nos lleva a pensar que las empresas europeas continuarán beneficiándose de la debilidad de la moneda única en los próximos meses”, explica Alex Dryden, analista de mercado de J.P.Morgan AM. No obstante, es importante tener en cuenta que el Stoxx Europe 600 cubre siete divisas distintas, por lo que no todas las empresas del índice se verán beneficiadas por las acciones del BCE.
 
“No representa la mayoría del índice, por lo que una exposición amplia al selectivo europeo no aprovechará al máximo la depreciación de la moneda única”, afirma Dryden. “Para eso, los inversores tendrán que centrarse en empresas ubicadas en la unión monetaria que generen gran parte de sus ingresos en el extranjero. El trimestre pasado las empresas del Stoxx Europe 600 que generan más del 50% de sus ingresos en el extranjero superaron en ventas a las empresas orientadas al mercado europeo”. Además, no todos los sectores registraron crecimiento positivo de beneficios en el cuarto trimestre. El sector financiero (con un peso cercano al 25% en el Stoxx Europe 600, el comportamiento de este sector tiene una influencia decisiva en las cifras generales de beneficios de la región), se vio impulsado por la mejora del entorno de crédito. Fuente de los gráficos: Primero: J.P. Morgan Economic Research, J.P. Morgan AM. Segundo: Stoxx, FactSet, J.P. Morgan AM.
 
 
“El repunte de la demanda de crédito suele tardar dos trimestres en verse reflejado en los resultados de las empresas financieras, como empieza a suceder ahora”, asegura. La situación fue más complicada para los sectores defensivos, como telecomunicaciones y salud. También para las energéticas, que registraron fuertes caídas de beneficios debido al desplome del precio del petróleo y al mal comportamiento de los valores de energía, que lastró la cifra general de beneficios. “Sin embargo, si eliminamos el impacto del precio del petróleo en estos valores, los beneficios de las empresas europeas (excluido el sector de la energía) crecieron un 14,3% interanual en el cuarto trimestre de 2014”, asegura el analista de J.P.Morgan AM.
 
Pese a esta recuperación, los beneficios de las empresas en Europa permanecen anclados en niveles muy bajos. Si bien las ganancias de sus homólogas estadounidenses se sitúan aproximadamente un 13% por encima de su máximo anterior, las ganancias en la zona del euro siguen en estado de letargo, en torno a un 32% por debajo de su máximo previo. De cara al futuro, James Sym, gestor de fondos de renta variable europea en Schroders, considera que se dan las condiciones para que las ganancias de las empresas de la zona del euro superen las de sus homólogas estadounidenses este año y, por ende, asistamos a la siguiente fase de subidas en las cotizaciones. “Los beneficios de las empresas europeas parecen posicionados para la recuperación”.
 
Según explica, el desplome de los precios del petróleo constituye un factor clave que puede favorecer la recuperación de la zona euro. “Su abaratamiento no solamente impacta en los precios de los carburantes, sino también en los de aquellos bienes manufacturados a partir de productos derivados del petróleo. Nuestros cálculos sugieren que la caída de los precios de la materia prima representa un estímulo de más de 1.000 euros para cada hogar europeo, equivalente al que se derivaría de una cuantiosa rebaja fiscal”. A esto hay que añadir el efecto del debilitamiento del euro con respecto al dólar y el considerable descenso de los costes de financiación, lo cual supone un importante estímulo, en particular para las pequeñas y medianas empresas. “Estos factores han «reseteado» el ciclo económico y nos han devuelto a la fase de recuperación”.
 
Objetivo: el repunte de la inversión de las empresas
 
Otro factor importante que cita el gestor de Schroders es que los beneficios del sector bancario, sometidos a niveles de presión especialmente elevados, parecen disponerse a registrar una mejoría este año. Un indicador que siguen de cerca es la encuesta sobre préstamos bancarios del BCE. “Dicho análisis muestra que los criterios de concesión se están relajando en la zona de la moneda única tras los periodos de escasez crediticia que caracterizaron la crisis financiera mundial (2008-2010) y la crisis de la zona del euro (2012-2013). Seguimos con especial interés la evolución de la demanda de financiación por parte de las empresas, pues la autosostenibilidad de cualquier recuperación económica llega de la mano de la inversión”.
 
“Las inversiones de las empresas en inmovilizado han descendido en la mayoría de los países de la zona euro y, expresadas en porcentajes de facturación, rondan sus mínimos. Los indicadores principales, como las encuestas de confianza de los consumidores y las empresas, se muestran proclives a un repunte del crecimiento de las inversiones en inmovilizado, si bien éste aún no se ha materializado. De producirse, llegaría a la vez que la mejora de los beneficios, concretamente si las empresas comenzaran a compensar el déficit de inversiones al que hemos asistido en los últimos años”, afirma. En este entorno, el experto cree que es posible que las acciones cíclicas (es decir, las más sensibles al ciclo económico) y con valoraciones asequibles sean las mejor posicionadas para registrar una mejor rentabilidad.
 

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