Cuatro juzgados de Madrid han abierto investigación debido a un supuesto fraude en la obtención de subvenciones por parte de la industria del cine español. Para que una película obtenga subvención debe llegar a un mínimo de espectadores. Y parece ser que los datos de taquilla estaban hinchados para que películas que no cumplían con este requisito lograran cazar el dinero público.
Esto que se ha destapado ahora es un rumor que lleva años circulando y por fin la justicia está investigándolo. El caso más notorio es el de un inspector del Ministerio de Cultura que visionó sólo una película y al comprobar los datos enviados por el cine al Ministerio decía que había más de 50 personas en la sala. Una estafa en toda regla.
Las subvenciones y el cine
El problema de las subvenciones al cine no es algo nuevo. Siempre se cuestiona si es necesario subvencionar, en general, un sector. En el caso del cine se supone que tiene algo de sentido por dos motivos: primero, porque es algo cultural y muchas veces para que haya producción cultural es necesario meter dinero público; segundo, porque es un sector que mueve mucho dinero pero nuestro país no acaba de ser un gran productor y hace falta algo de empuje para lograr serlo.
El primer motivo genera dudas, pues no todo el cine es un producto cultural. A mi, por ejemplo, una película de acción de Hollywood no me lo parece (y si extrapolamos a España, un Torrente no creo que merezca recibir dinero público). Pero tampoco una expresión individual de una persona que no dice nada a nadie más que a su autor. Para justificar que estas subvenciones no sean enterrar dinero público en algo que no interesa a nadie se establecen un mínimo de espectadores para recibir la subvención pero como hemos visto quien hizo la ley hizo la trampa.
El segundo motivo por el que hay subvenciones tampoco me parece suficiente. Es cierto que no somos un país puntero pero se ha demostrado que con ciertos proyectos (Amenábar, Almodovar, Segura, Martínez-Lázaro) se logran taquillas muy dignas en nuestro país y fuera de él. Lo que necesitamos es generar buen producto, no muchos y muy malos.
Por tanto no creo que sea necesario seguir subvencionando el cine, y si acaso con muchos más controles, hay que eliminar a los caza subvenciones que viven de esto sin generar ningún valor para los consumidores (cultura) o para el país (industria). Está por ver si las salas han colaborado (con pagos bajo cuerda) o como se excusan cualquiera puede comprar por Internet cientos de entradas y esto es cosa de las productoras.
¿Quién roba a quién?
Lo curioso de este asunto es que la industria española del cine lleva muchos años tachando a muchos de consumidores de ladrones, por las supuestas pérdidas económicas que les ocasiona la piratería. Y sin embargo, si se confirman estas noticias, parece que es realmente la industria del cine la que roba a todos los españoles a través de subvenciones indebidas que salen de los impuestos.
Me resulta muy curioso que se hable tanto de educación y valores desde el mundo del cine cuando ahora parece que son ellos los que tienen que aprender de verdad los valores que pretenden inculcar. Y es que es muy fácil dar lecciones morales cuando son para el resto del mundo. Es mucho más grave robar dinero contante y sonante (subvenciones) que restar potencial de reaudación a un producto (piratería).
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