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jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Desaceleración o Aceleración?

 
Existe asimetría entre el crecimiento del PIB en tasa anual e intertrimestral
 
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El dato de crecimiento del PIB del tercer trimestre de este año ha arrojado una tasa intertrimestral del 0,8 %. Como la tasa del segundo trimestre del año fue del 1 %, se ha deducido una desaceleración del crecimiento de la actividad económica, que venía progresando ininterrumpidamente desde las profundas tasas negativas del cuarto trimestre de 2012, que además fue el peor registro de los últimos cinco años. Sin embargo, la actividad económica en términos interanuales ha mostrado un crecimiento más intenso en este tercer trimestre, llegando hasta el 3,4 % desde el 3,1 % del trimestre anterior. Por tanto, hay cierta asimetría entre las dos series que conviene aclarar, más allá de que el dato proporcionado sea aún provisional. De las tasas intertrimestrales se ha dicho que enfatizan mucho lo irregular, pero que son más capaces de anticipar los cambios en el ciclo. De las interanuales se dice que son más fiables como líneas de tendencia pero son muy torpes para adelantar cambios en la misma.

Echando la vista atrás, dentro de la Gran Recesión y durante la segunda fase recesiva de la misma, se podría decir que, tanto en crecimiento intertrimestral como en crecimiento interanual, el alivio en las tasas -léase el cambio en la tendencia- comenzó en el mismo trimestre de 2012. También hubo asimetría con el anuncio del fin de la tímida y poco fructífera recuperación de 2010, al marcar el máximo la tasa intertrimestral en el primer trimestre de ese año, mientras que la inercia llevó el máximo de la tasa interanual hasta el cuatro trimestre.
 
Para la tímida y frugal mejora de 2009-2010, el máximo nivel del Ibex 35 se consigue en el primer trimestre de 2010, mientras que el mínimo crecimiento en la tasa de paro se retrasa hasta el tercer trimestre de ese año. La máxima tasa intertrimestral de crecimiento del PIB se encuentra en el primer trimestre de 2010.
 
Por el contrario, cuando las tasas negativas de variación intertrimestral tocaron fondo en el primer trimestre de 2009, las tasas interanuales lo hicieron en el segundo trimestre de ese mismo año. En la primera parte de la Gran Recesión, la máxima caída en la tasa de ocupados se produce en el primer trimestre de 2009, cuando la tasa de paro crece más y el Ibex 35 alcanza su mínimo.
 
En el final de la fase expansiva de 2007, la tasa interanual tocó un máximo relativo justo en el tercer trimestre de ese año, mientras que las tasas intertrimestrales a partir del cuarto trimestre no dejaron de caer. El Ibex alcanzó su máximo en el cuarto trimestre de 2007 y la caída más abrupta en la tasa de crecimiento de ocupados se produjo en el tercer trimestre de 2007.
 
En la sima de 2012, el Ibex alcanzaba su mínimo en agosto, la tasa de paro crecía con su máxima intensidad en ese tercer trimestre y, sin embargo, las tasas intertrimestrales e interanuales tocaron mínimos en el cuarto trimestre, en el mismo periodo que la caída de los ocupados encuentra su tasa máxima negativa de variación. De la actual recuperación, podría preocupar que el Ibex tocara máximos en abril de 2015 y que la tasa de variación intertrimestral de ocupación, desestacionalizada, encontrara un máximo en el segundo trimestre de este año, con una tasa de variación interanual máxima en empleo privado en el segundo trimestre de 2015.
 
Como se ha dicho a menudo, el ciclo económico no es observable, pero se puede inferir. Es difícil predecir un cambio de tendencia porque se rompa la misma en un trimestre. Más difícil si cabe es predecir una aceleración todavía mayor en el cuatro trimestre de 2015, porque en los últimos trimestres la tasa interanual no ha dejado de crecer. Lo cierto es que si, confirmando la caída, en el cuatro trimestre nos fuéramos a una tasa intertrimestral del 0.6 %-0.7 % o menos, entonces estaríamos creciendo en el entorno del 3 % anual. Sin embargo, si la tasa interanual, siguiendo su propia tendencia, se fuera en el cuarto trimestre al entorno del 4 %, el crecimiento económico español superaría al estadounidense o al británico y muy probablemente fuera el más alto del área de la OCDE.
 
Entre el 3 % -y cayendo- y el 4 % -y subiendo- dista una siempre difícil coyuntura internacional difícil de interpretar. Las previsiones internacionales, como las del FMI de octubre, apuntan a que el escenario más probable es el de un mundo desarrollado que intensificará en algo su crecimiento. Esto ocurre para el área Euro, para el G-7 y para la OCDE. Por tanto, no hay un horizonte de cambio en el que poder fundar un cambio de tendencia

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