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sábado, 11 de abril de 2015

Por qué el inversor paga por financiar al Estado

POR D. BADÍA. expansión
Un tercio de la deuda cotiza en negativo. Detrás de la compra de títulos con intereses negativos hay argumentos racionales.
Más de un tercio de la deuda pública de la eurozona cotiza con rentabilidad negativa. Cada vez más subastas que celebran los diferentes tesoros, también el español al más corto plazo, se saldan con este resultado. Fuera del euro, Suiza colocó este miércoles bonos a 10 años al -0,55%. Ningún país había cobrado por financiarse a un plazo tan largo. ¿Se han vuelto locos los inversores? La respuesta es no, y tampoco es una cuestión de patriotismo. Como reconocía esta semana el estratega jefe de BlackRock, Russ Koesterich, "esto no tiene por qué ser una mala noticia". Y es que hay otras razones para justificar por qué siguen invirtiendo su dinero en activos que tienen rendimiento negativo.
Por un lado, se debe en parte a aspectos técnicos, como explica César Fernández, gestor de renta fija de Deutsche AWM. Muchos fondos toman como referencia determinados índices, como los de deuda pública de Citi, Barclays o Bank of America Merrill Lynch. La distribución de los bonos dentro de estos se realiza en función del tamaño de cada mercado y, por ese motivo, los alemanes, que cotizan en negativo hasta un plazo de siete años, tienen un peso importante.

Los fondos

Por su parte, la mayoría de ETFs no tienen más opciones. JPMorgan estima que fondos que replican índices de bonos con un patrimonio de 150.000 millones de dólares (sobre un total de 350.000 millones que hay en esta categoría) sólo invierten en títulos soberanos. A esto se añade que existen categorías de fondos, como los monetarios, que deben respetar su política de inversión y centrarse en este tipo de activo.
Por otro lado, tal como indican en Ahorro Corporación, hay inversores que han comprado títulos alemanes y suizos porque el Fondo de Garantía de Depósitos de la mayoría de países sólo asegura hasta 100.000 euros y buscan, por tanto, alternativas sin riesgo. Y hay otros que simplemente aparcan su dinero a la espera de diseñar una estrategia diferente que, previsiblemente, les llevará a elevar el riesgo en cartera.
A su vez, los bancos tienen un excedente importante de liquidez y, antes de llevarlo a la facilidad de depósito del Banco Central Europeo (BCE) al -0,2%, prefieren comprar deuda con rentabilidades ligeramente más elevadas o, dicho de otra manera, menos negativas. Al final, esa referencia del -0,2% pone un suelo. Además, no se descarta que la institución rebaje todavía más el tipo que carga a la banca.
La presión a la baja provocada por las compras del BCE (QE) continuará. De hecho, los expertos siguen viendo recorrido. "Hay ahora 2,6 billones de bonos soberanos cotizando con una rentabilidad inferior al 0,1% en la eurozona, lo que equivale al 39% del total del mercado.Los inversores no tienen alternativas, con lo que el QE seguirá comprimiendo las rentabilidades", señala Alberto Gallo, responsable de análisis de crédito en Europa de RBS. Se va a producir un aplanamiento de la curva, principalmente de los periféricos, puesto que las oportunidades escasean cada vez más y se concentran en los plazos más largos.
Recorrido
Por ese motivo, compran hoy con la intención de vender mañana más caro. De hecho, los bonos italianos, españoles y alemanes a diez años han registrado un rendimiento del 5%, 3,5% y un 3,3%, respectivamente, desde el 1 de enero de 2015. Si a esto se suma que la inflación sigue en niveles inusualmente bajos -en Suiza incluso hay riesgo de deflación-, la rentabilidad real puede llegar a ser positiva aunque el nominal sea negativo.

Al final, muchas veces se trata, por tanto, de escoger la opción menos mala. Eso sí, ¿qué ocurrirá cuando llegue ese aplanamiento de todas las curvas o cuando EEUU empiece a subir tipos? Ahí puede estar la amenaza.

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