El Premio Nobel de EconomíaPaul Krugman afirmó que no es cierto que la riqueza de los ricos se filtre hacia los pobres, que la mayor igualdad no está asociada con la ineficiencia y que la desigualdad, siendo necesaria, ahora es extrema y conspira contra el crecimiento:
Ser amable con los ricos y cruel con los pobres no es la clave delcrecimiento económico. Por el contrario, hacer que nuestra economía sea más justa también la hará más rica. Adiós, filtración de la riqueza de arriba abajo; hola, filtración de abajo arriba.
Hay en su artículo otros errores o imprecisiones, desde la afirmación de que los países más ricos son menos desiguales, como si eso significara que subir los impuestos a los ricos nos beneficiará a todos, hasta el ardid de aceptar que los impuestos reducen los incentivos al crecimiento, pero no si la desigualdad es "extrema", lo que se deja siempre sin determinar con claridad.
Algo parecido pasa con la subvención a la sanidad del Obamacare: Krugman acepta con destreza el argumento liberal de que la redistribución recorta incentivos, pero rápidamente añade que aumentará la productividad, lo que queda sin demostrar, pero pretende que creamos que compensa lo anterior. Y no es correcto suponer que cobrar más a los ricos sea más justo, ni que los impuestos son finalmente beneficiosos porque se cobran precisamente sobre tales ricos, como si los enormes Estados actuales fueran financiables sin quitarle el dinero a la gran masa de la población.
Pero ningún error del destacado economista norteamericano puede compararse con su filtro y su objetividad.
La idea del filtro, goteo o trickle down nunca ha sido defendida por los economistas como argumento para recomendar una rebaja de impuestos: Krugman simplemente se inventa algo que cualquiera puede saber que no es verdad (véanse los textos, por ejemplo, de Thomas Sowell o Deepak Lal).
Y la idea de que hubo economistas que argumentaron seriamente que para que la economía crezca era necesario ser amable con los ricos y cruel con los pobres es tan falsa que no nos dice realmente nada… salvo sobre el propio Krugman.
Este artículo fue publicado originalmente en Libertad Digital (España) el 29 de marzo de 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario