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Recientemente hemos escuchado en el debate del estado de la Nación por boca del presidente Rajoy que el año que viene vamos a crecer un 2,4% del PIB, que el paro se esta reduciendo, que la formación bruta de capital fijo se esta incrementando, que la confianza empresarial se dispara, así como la del consumidor, que las nuevas hipotecas crecen respecto al año pasado, y un largo etcétera. Todo esta batería de buenos datos están muy bien pero en realidad se trata solamente de un frenazo al fuerte deterioro que hemos sufrido, ni se trata de una sólida recuperación ni mucho menos de un despegue. Para empezar un 2% de crecimiento PIB en 2014 son fuegos artificiales ya que al dato hay que restarle la actual deflación del 1,3%, en todo caso hemos crecido a día de hoy un 0,7% de PIB nominal, totalmente insuficiente para incrementar notablemente el numero total de horas de trabajo que se han hundido desde 2007, auténtico dato real y no demagogo como es el dato del desempleo según el color político con que se analice.
Por otra parte la deuda pública ha seguido incrementándose.
A cierre del 2011 era del 60,1% del PIB. A cierre de 2014 casi podemos decir que estará cercana al 100% del PIB. Un aumento de la deuda publica en casi el 40% del PIB en tan solo tres años no se veía desde los tiempos de las guerras carlistas del siglo XIX. ¡Menos mal que el gobierno del PP ha solucionado todo el destrozo del gobierno del PSOE según palabras del presidente Rajoy. La demagogia parece ser el deporte nacional en el congreso ya que hasta los niños saben que si la crisis del 2007 le hubiera estallado al PP en lugar de al PSOE hubiera sido todo exactamente igual y nada hubiera cambiado excepto el ruido político de turno.
En relación a la deuda global, es decir de familias, empresas financieras y no financieras y de las administraciones públicas, la cifra es escalofriante, una deuda del 450% del PIB, según un estudio del Deutche Bank hecho el verano pasado, una deuda impagable todas luces a no ser que se reestructure. Nada de eso se ha comentado recientemente en el congreso, ni por unos ni por otros.
Lo importante es saber que porcentaje de esta deuda se corresponde con la deuda maligna que es la deuda externa o dicho de otro modo el posicionamiento exterior neto de inversión que no es más que la diferencia entre los activos y pasivos totales del país.
El resultado es una recesión del balance del país de 1,7 billones de euros, en otras palabras una quiebra descomunal. España es el segundo país por detrás de Estados Unidos con mayor deuda externa de los principales países con el agravante de que si los $6,1 billones de deuda externa norteamericana les supone aproximadamente un 40% del PIB, en nuestro caso nos supone un 138,9% del PIB. Ni que decir tiene que si la economía global se tambaleara de nuevo, los países que mas sufrirían son los de alta deuda externa.
La parte positiva de esta historia es que la balanza de pagos por cuenta corriente comenzó a ser positiva a principios de 2014, ello quiere decir que ya no dependemos del exterior y en principio la grieta del endeudamiento ya esta tapada.
Ello no quiere decir que echemos las campanas al vuelo, el destrozo monumental de todos estos 7 años de durísima crisis esta muy presente y nos esperan años difíciles.
La pregunta del millón ahora es como solucionar la gigantesca deuda. Parece que solo hay dos vías según los economistas
1. Austeridad.
Por esta vía los 25 años venideros serán difíciles puesto que austeridad significa gastar menos de lo que se ingresa sin endeudarse y destinar parte de ese superávit a ir amortizando la deuda. En 2014 se ha logrado aunque con incremento de deuda, hemos crecido un del 2% de PIB real y 0,7% de PIB nominal con la balanza por cuenta corriente en positivo. El precio a pagar no obstante es muy alto, fuertes impuestos en todos los ámbitos y muy bajos salarios, eso sin contar con que el estado se ha vuelto a endeudar en un 6% del PIB aproximadamente. La actual deflación la justifican algunos economistas como la deflación de la recesión generalizada de balances.
2. Reestructuración.
Parece la vía mas práctica aunque mucho mas complicada. El caso griego es clave en este sentido y veremos como se va desarrollando el año en curso o los sucesivos.
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