CRISIS HELENA
La rentabilidad de su deuda se dispara y la prima sube 100 puntos
Los inversores huyen del país y hacen que el bono a tres años se dispare hasta el 28%
El mercado teme un impago al FMI, al que ninguna economía desarrollada ha dejado de pagar
El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis.REUTERS
El lunes lo filtraron fuentes próximas al propio Gobierno de Grecia, según publicó Financial Times; el martes, Standard & Poor's lo aseguró en el documento en el que informó que hundía aún más en el bono basura la calificación crediticia helena; y ayer, con su venta masiva de deuda griega, lo ratificaron los inversores: Grecia no va a poder hacer frente a sus vencimientos de deuda a no ser que alcance un inminente acuerdo con sus acreedores, algo que hoy parece más lejano que nunca.
El mejor reflejo de este temor fue el espectacular 28% al que llegaron a cotizar en el mercado secundario los bonos griegos a tres años. Para contextualizar lo abultado de esta rentabilidad basta con observar que, en el mismo plazo, la referencia de España ofrece un 0,1% de interés, Italia un 0,2% y Portugal un 0,3%. Pero es que además, la prima de riesgo, que acabó en 1.264 puntos, rebasó durante buena parte de la jornada los 1.300 puntos después de que el bono heleno a 10 años superara el 13% y el bund alemán, por primera vez en la historia, cayera del 0,1%.
Este marcado aumento en el nerviosismo de los inversores durante la jornada de ayer estuvo originado por varios factores. Uno de ellos llegó de Bruselas, en donde la propia Comisión Europea, por medio de Margaritis Schinas, portavoz del presidente Jean-Claude Juncker, aseguró que «las negociaciones con Grecia no son satisfactorias», que la Comisión no está nada cómoda con cómo se están llevando a cabo los encuentros y que «las conversaciones siguen en marcha pero falta progreso».
Otro provino de Atenas, una vez que en el mercado comenzó a correr el rumor de que el Gobierno de Alexis Tsipras habría encargado al ministerio que lidera Yanis Varufakis un estudio sobre las potenciales consecuencias de un impago al Fondo Monetario Internacional (FMI). La semana pasada Grecia ya esperó hasta el último día hábil antes de incurrir en un impago para satisfacer los 459 millones de euros que en abril debía devolver al FMI. Sin embargo, el próximo mayo la cifra aumenta hasta cerca de 750 millones, una cantidad que podría ser más complicado de reunir.
Desde el Gobierno heleno se negó que la apuntada sea una posibilidad real, pero eso no evitó que la presidenta del FMI, Christine Lagarde, asegurara que «no es un curso de acción recomendable». «No hemos tenido nunca un aplazamiento en el caso de economías desarrolladas», afirmó la ex ministra francesa de Finanzas, a lo que añadió que «la demora en el pago no se ha consentido en los últimos 30 años, salvo en el caso de algunos países en desarrollo y no se puede decir que los resultados fueran muy positivos», tal y como informa Europa Press.
Los países a los que hace referencia Lagarde, explica César Fernández, de Deutsche Asset & Wealth Management, son Zimbabue, Somalia y Sudán. La razón por la que tan pocos países tienen el dudoso honor de formar parte de este club es que «el FMItiene estatus de acreedor preferentes, ya que este tipo de entidades son las únicas dispuestas a prestar a países en graves condiciones financieras». Por ello, son las primeras en cobrar y si ellas no lo hacen, tampoco lo harán los inversores que han prestado dinero a Grecia y que ayer trataron de deshacer sus posiciones.
Más vencimientos
Entre ellos se encuentran los que acudieron a las subastas del Tesoro de la República Helena, que en el corto plazo tiene que afrontar importantes compromisos. Hoy mismo debe satisfacer, según datos de Bloomberg, 1.000 millones para completar los 2.400 millones en letras a tres y seis meses que esta semana vencen. Al menos un tercio de ellos, según apuntó el martes S&P, están en manos de inversores extranjeros que difícilmente admitirán una refinanciación. El próximo mes la cifra será de 2.800 y en junio otros 5.200 millones. Si a todo ello se añaden los 1.500 millones que se estiman que cuestan a las arcas del Estado los salarios públicos y pensiones, el resultado es que muchos cálculos apuntan que, sin ayuda, Grecia no podrá ir más allá de mayo.
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