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miércoles, 8 de abril de 2015


EE.UU.: El código tributario no debería redistribuir la riqueza

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Jeffrey A. Miron es director de estudios de pregrado de la Universidad de Harvard y es un Académico Titular del Cato Institute. Su blog es http://jeffreymiron.blogspot.com/.


El presidente Barack Obama cree que el código tributario federal debería fortalecer a la clase media y hacer que los ricos paguen su porción justa de los impuestos. Tengo una visión distinta: El código tributario no debería intentar diferenciar entre contribuyentes ricos y aquellos de ingreso medio, así como tampoco debería intentar redistribuir la riqueza hacia los contribuyentes de ingreso medio.
La perspectiva del presidente asume que la desigualdad de ingresos resulta no de las diferencias en talentos, esfuerzos, toma de riesgos, u otros atributos “merecedores” sino de ventajas injustas que han recibido determinados contribuyentes.

Mientras que esta perspectiva está en lo correcto, las recomendaciones de políticas públicas de la administración de Obama ignoran un detalle crucial: Muchas ventajas injustas que gozan los ricos resultan de políticas estatales que redistribuyen riqueza hacia arriba, y esas políticas deberían ser eliminadas o modificadas en lugar de modificar el código tributario.

Los bancos grandes, por ejemplo, obtienen ganancias inmerecidas porque son protegidos por las políticas del tipo “demasiado grande para fracasar” junto con una serie de regulaciones que limitan la competencia en los servicios financieros.

Los doctores y abogados, también, obtienen ingresos más altos que lo que sus talentos por si solos merecerían gracias a que la concesión de licencias por parte del Estado restringe la entrada al mercado y la competencia en el mismo. Los científicos y los ingenieros ganan ingresos excesivos debido a nuestras mal concebidas restricciones sobre la inmigración de personas altamente calificadas (la cuota para las visas H1-B) que excluyen a los extranjeros talentosos.

Los azucareros se enriquecen gracias a cuotas de importación impuestas por el Estado. Los productores de etanol ganan dinero porque hay mandatos estatales que hacen obligatorio el uso de su producto. El complejo militar-industrial lucra de las ventas facilitadas por regímenes autoritarios alrededor del mundo.

En resumen, en lugar de hacer que el código tributario sea más complicado mediante la implementación de más políticas de redistribución, el presidente y el congreso deberían dejar de redistribuir la riqueza en general. Entonces podremos finalmente tener un código tributario verdaderamente simplificado.

Este artículo fue publicado originalmente en The New York Times (EE.UU.) el 4 de febrero de 2015.

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