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domingo, 25 de octubre de 2015

Richard Cantillon: Contribuciones a la teoría monetaria

La vida y obra de este francés de origen irlandés está rodeada de misterio. Nacido en 1680 y fallecido probablemente de un asesinato en 1734, llevó una vida azarosa donde destacó en sus exitosas actividades como comerciante y banquero.
Como teórico de la economía, escribió sólo una obra, el Essai sur la nature du commerce en général (Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general), publicada póstumamente en 1755, y escrita posiblemente durante los últimos años de su vida. Escribe en la época mercantilista, si bien es considerado por algunos autores como un –matizado– “anti-mercantilista”, precursor de las ideas liberales del periodo clásico.
No obstante su brevedad, es una obra donde expone sintéticamente buena parte de los principios económicos, con excepción de los tributarios. Su influencia fue muy importante en la época en la que lo escribió y se publicó, aunque años más tarde fue olvidada. Pasó alrededor de un siglo hasta que fuera redescubierta por el economista británico W. Stanley Jevons, quien calificó el Essai como “la cuna de la economía política”. De esta opinión fue también el austriaco Rothbard, quien consideró a Cantillon como el verdadero padre de la economía.
Como todo libro importante, su riqueza de detalles y matices abre la puerta a interpretaciones distintas. Así, las ideas de Cantillon han servido de inspiración a distintas corrientes de pensamiento –clásicos, neoclásicos, fisiócratas, austriacos, e incluso marxistas–, que le han tomado como uno de los precursores.
Sus contribuciones se extienden, entre otros campos, a la metodología, al comercio internacional, a la teoría del funcionamiento del mercado, la teoría del empresario como motor de los procesos económicos o la teoría del ciclo económico.
Pero “es en el área de la teoría monetaria donde su genio brilló con más plenitud”, sostienen Ekelund y Hebert en su manual clásico sobre la historia del pensamiento económico. Asimismo, Hayek dice, con relación a su teoría monetaria, que “constituye indudablemente el mayor logro de Cantillon. Por lo menos en este campo, Cantillon fue sin duda la más grande de las figuras preclásicas […] Los logros de Cantillon rivalizan con los de todos los otros pioneros de la teoría monetaria”.
Repasamos a continuación sólo algunas de las contribuciones de Cantillon a la teoría monetaria:
El origen del dinero
Aunque la teoría sobre los orígenes del dinero como un resultado espontáneo del mercado, fruto de la utilidad y necesidad de los agentes por superar los obstáculos del trueque primitivo, se atribuyen a Carl Menger (1892), Cantillon ofrece un esbozo de por qué el oro y la plata fueron finalmente seleccionados por el mercado como dinero históricamente.
Inflación, teoría cuantitativa y “efecto Cantillon”
Advierte de que la expansión monetaria o la adulteración de la moneda por parte de las autoridades conducen al aumento generalizado de los precios. Pero Cantillon va más allá de la simple y mecánica teoría cuantitativa del dinero, y realiza una descripción detallada y microeconómica de la forma en que un aumento de la cantidad de dinero afecta progresivamente a los diferentes precios. Así, la variación en la oferta monetaria genera cambios en la estructura de precios relativos –no solo modificaciones en un nivel de precios–, y por tanto, efectos reales sobre la economía, desligándose de la idea de la neutralidad del dinero. Cantillon identifica claramente a ganadores y perdedores como consecuencia de la inflación, por lo que ésta es fuente de redistribución de rentas. Estos efectos dependerán de por dónde entra el nuevo dinero en la economía, y por qué manos pasa en primer lugar.
Además, Cantillon observó dos efectos distintos que los aumentos en la oferta monetaria podían generar sobre los tipos de interés. Así, si el nuevo dinero pasaba a las manos de los prestamistas, se aumentaba la oferta de fondos prestables, lo que contribuía a reducir los tipos de interés. Pero si ese dinero era gastado, generaría un estímulo en la producción de los sectores que ven incrementada su demanda, lo que podría llevar a que los agentes aumentaran la demanda de préstamos, y ello hacer subir los tipos de interés. 
Otras aportaciones
Introduce el concepto de la velocidad de circulación del dinero, tratando sobre los factores que la determinan, y destacando su importancia en la determinación del valor del dinero.
Analiza los efectos de una reducción temporal del tipo de interés provocado por un aumento en la cantidad de dinero, pero rechaza la concepción del interés como un fenómeno monetario, considerándolo como función de la oferta y la demanda de los fondos prestables.
Se dio cuenta de que puede tener sentido atesorar dinero por motivo precaución, “manteniendo fuera de la circulación pequeñas sumas de dinero contante, hasta que reúnen la suficiente cantidad para colocarla a interés o con beneficio”. Esto puede suceder incluso durante periodos prolongados, en el caso de “gentes avaras y medrosas que entierran y atesoran sin cesar el dinero efectivo” (Cantillon, pp. 96-97).
A pesar de la lucidez de estos aportes, que venían a mejorar la comprensión acerca de los fenómenos monetarios e introducir complementos relevantes a la “ingenua” teoría cuantitativa del dinero –en expresión de Hayek–, la línea del pensamiento macroeconómico dominante (desde Fisher a Keynes, pasando por Friedman) parece no haber absorbido suficientemente estas ideas de Cantillon, que están muy relacionadas con su enfoque microeconómico y desagregado de estos fenómenos monetarios.

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