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martes, 13 de octubre de 2015

Un rebote para revisar carteras

Hasta que se confirmen datos de mejora de beneficios y macroeconómicos, los rebotes deben ser una oportunidad de reducir exceso de riesgo
 
 
Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.
 
“Now you got yours what about me?” Nile Rodgers, Bernard Edwards
 
El rebote de los activos de riesgo más penalizados durante la última corrección ha sido, como no podía ser de otra manera, rápido y agresivo.
 
Ya comentamos en esta columna que los indicadores de sobreventa eran evidentes, pero que había que ser cautelosos.
 
Esta subida de los últimos días puede ser una gran oportunidad para revisar carteras y reducir exposición a sectores procíclicos y materias primas.
 
Si empezamos por las materias primas, creo que merece la pena analizar el impacto de la demanda china. Podemos pensar que mucho está descontado, pero la realidad es que ninguna economía global puede sustituir la caída del crecimiento de la demanda china. Si añadimos un suministro que no puede bajar porque se mantiene la regla de “generar caja a toda costa”, no es una casualidad que los mayores bancos de inversión, incluidos los que piensan que los precios subirán, hayan retrasado a otro año la reducción de capacidad excedentaria. Por orden de riesgo, el carbón y el cobre son los grandes perdedores de la batalla de esperar que el tiempo absorba el exceso de capacidad. El petróleo sigue con 2,7 millones de barriles-día de sobrecapacidad.
 
Aprovechemos un periodo en el que los mercados asumen que los tipos no van a subir a corto plazo en EEUU y que hace rebote, pero no lo tomemos como estructural. Tenemos por delante una segunda vuelta de reducciones de estimaciones de crecimiento global.
 
El inversor minoritario debe ser consciente de que desde Bretton Woods se han dado más de 140 crisis, y en su horizonte inversor debe considerar un par
 
Los sectores procíclicos parecen ópticamente baratos, pero siempre ocurre antes de recortar dividendos y bajar expectativas de beneficios. Debemos poner en duda que el consenso estime un aumento de beneficios del 15% en 2016. Muy en duda.
 
¿Es todo esto malo? No, para nada. Estamos viendo casi a diario reestructuraciones de empresas que están aprovechando la alta liquidez para solucionar problemas estructurales. No hay nada malo en una muralla de ampliaciones de capital estimada en 120.000 millones de euros en 2016 para el Eurostoxx... si somos conscientes de que hay que esperar a que esas ampliaciones se comuniquen.
Me comentaba un buen amigo esta semana que en 2016 el mejor dinero se va a hacer participando en ampliaciones de capital con 8-10% de descuento en empresas en reestructuración. Y es probable que sea una buena estrategia.
 
El inversor minoritario, acostumbrado a pensar en el largo plazo, unas veces por convicción y otras por resignación, debe ser consciente de que desde Bretton Woods al día de hoy se han dado más de 140 crisis financieras, y por lo tanto, en su horizonte inversor debe considerar al menos un par de ellas.
 
Adicionalmente, tenemos que tener en cuenta el efecto de retornos disminuyentes de las acciones de los bancos centrales. Decía Mario Draghi que el QE europeo había “sobrepasado las expectativas”. Sin embargo los abonados al “compra con los bancos centrales” se encuentran con la mayoría de índices planos o con caídas interanuales. El gas de la risa monetario no debe ser la variable en nuestra decisión de inversión, solo una más.
 
Empresas y sectores donde la caja esté mejorando o no se haya destruido durante estos cuatro meses. Ahí es donde se ve la oportunidad
 
Al mirar los índices globales, me preocupa el enorme deterioro de caja y rentabilidad sobre el capital empleado de la gran mayoría de sectores. Por eso pienso que la mejor estrategia es no contar con la exposición a un ciclo del que hemos alertado en muchas ocasiones y que también preocupa al FMI.
 
Me preocupa que en un mundo donde todos los gobiernos y empresas piensan en garantizar la estabilidad de sus bonos, lo cual sigue siendo la mayor llamada a invertir en renta fija del mundo, pensemos que exponernos a un ciclo en retroceso es mejor.
 
Hagan la prueba del algodón. Empresas y sectores donde la caja esté mejorando o no se haya destruido durante estos cuatro meses. Ahí es donde se ve la oportunidad.
 
Me parece que, hasta que se confirmen datos de mejora de beneficios y macroeconómicos, los rebotes deben ser una oportunidad de reducir exceso de riesgo.

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