Si la economía crece al 2%, el paro está en el 5% y los indicadores son sólidos, no subir los tipos de cero a 0,25% da la sensación de que saben algo que nosotros no sabemos y que las cosas son peores
“I have a constant fear that something´s always near” Iron Maiden
Hace ya tiempo que comentamos en esta columna lo que se llama el 'dovish mistake' (error de ser blando) de la Reserva Federal.
Si la economía crece al 2%, el paro está en el 5% y los indicadores son sólidos, no subir los tipos de cero a 0,25% da la sensación de que saben algo que nosotros no sabemos y que las cosas son mucho peores.
No, la Reserva Federal no debería retrasar la subida de tipos porque la reacción es evidente. Se piensa que los indicadores adelantados de la economía empeoran de manera material y, en cualquier caso, se descuenta la subida en los mercados, llevando la curva hacia arriba y afectando a emisores tanto en nuevo crédito como en refinanciación.
Se han hecho muchos análisis. La media de tiempo entre una subida de tipos y una recesión es de unos 28 meses, y la media entre la medida y una caída generalizada de las bolsas es de 20 meses ¿Da miedo? No, porque es un análisis mal planteado.
Primero, porque jamás hemos vivido un periodo de tipos a cero. No es lo mismo subir tipos del 4,5 al 4,75% que del cero al 0,25%.
Segundo, y esencial, porque llevan dando la matraca con la subida de tipos más de 12 meses. El que no esté informado, o es marciano o es un ermitaño.
Pero, sobre todo, porque el efecto de no subir los tipos simplemente es contraproducente. Da la impresión de empeoramiento generalizado ya mencionado y, adicionalmente, lleva a los agentes económicos a ser todavía más cautos. Se invierte menos.
Da la impresión de empeoramiento generalizado ya mencionado y, adicionalmente, lleva a los agentes económicos a ser todavía más cautos
El que debe temer a la subida de tipos es el inversor subido a la ola de la beta de mercado. El de “todo sube por los bancos centrales”. Efectivamente, una subida de tipos tiene un efecto claro sobre la cantidad de deuda acumulada en apuestas sobre el mercado bursátil ('margin debt'). Ya han ido bajando, pero aún se mantienen a máximos históricos.
Ya comentábamos la semana pasada que los beneficios empresariales en EEUU se estancan. 253 empresas han publicado y el resultado es claramente de debilidad. Un crecimiento medio de ventas de 2,4% en el trimestre con una caída del 1,4% en ingresos. Debilidad que se da en todos los sectores menos en tecnología, pero con enormes diferencias, como hemos visto en algunos casos en los que la empresa ha caído hasta un 10% tras publicar. Muchos dirán que un 72% ha 'batido' las estimaciones de beneficio neto por acción, pero eso es una trampa típica. El consenso llevaba revisándose a la baja tres meses en una media del 15%. Es momento de escoger valores, no de índices.
Otras que deben temer a la subida de tipos son las empresas que han acudido a pirámides de endeudamiento. Recordemos que en EEUU el índice de cobertura de intereses ha caído de manera muy relevante, hasta niveles de 2009, como explicamos aquí.
Comentando esta semana con analistas de la Reserva Federal, hay algo que ha quedado muy claro. Si la economía global se está ralentizando, no se va a cambiar ese rumbo por mantener los tipos. Entrar en una política de tipos de interés negativos reales no va a hacer que los que no han invertido de 1 a 0% se lancen como el coro de 'Nabucco' a poner capital en la economía. La curva de caída de la velocidad del dinero es claramente proporcional a la de bajada de tipos.
La Reserva Federal tiene encima de la mesa importantes retos. Un nivel de desempleo frágil, con la participación laboral a niveles de 1978, un alto endeudamiento público y un déficit que, aunque se ha reducido, sigue siendo inaceptable, y varios sectores industriales que dependen del crédito fácil para mantener estructuras muy apalancadas.
Si no sube tipos, la reacción no va a ser de alivio, va a ser de preocupación, muy probablemente.
¿Y qué pueden hacer los bancos centrales? Ya han demostrado que su labor no es solucionar problemas estructurales. Lo mejor que pueden hacer es no perpetuarlos.
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