"Todo el mundo habla de la pérdida de músculo de la Seguridad Social. O dicho de otro modo, que habrá generaciones que no cobren pensión o que ésta se vea especialmente mermada. Entre la población que ahorra, cada vez menos, siempre ha existido la preocupación por tener un seguro de vida, un fondo de inversión o un plan de pensiones. La Madre de Todas las Crisis que comenzó, para el consenso del mercado, en 2008 dejó con el culo al aire a muchos y fueron muchos los que mostraron sus miserias al sol: ni los fondos de inversión, ni los seguros ni los planes de pensiones fueron sus valedores. Por eso, no se dejen llevar por el pánico, por el miedo al futuro, por la presión ambiental y, mucho menos, por las indicaciones de sus directivos bancarios. Decida usted mismo. Lea, busque y compare", me dice uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española, que me envía el siguiente enlace:
Según Morningstar, solo uno de cada cuatro productos entre los que se comercializan en España desde hace 15 años consigue batir a la inflación. Esto es, que no cumplen con el que debería de ser su principal objetivo: superar el coste de la vida, del mismo modo que el fin de cualquier fondo de inversión que se precie es siempre batir a su índice de referencia. Lo que quiere decir que no solo no habrá ganado dinero con ellos, sino que a largo plazo habrá perdido poder adquisitivo.
Pues bien, este must de estos productos de ahorro no se cumple en general, de hecho, lo hacen muy pocos. Inverco estima que la rentabilidad media de los planes de pensiones en los últimos 15 años ha sido del 2,15%. Frente a ello, la tasa anualizada del IPC (Índice de Precios al Consumo) durante el mismo periodo ha sido del 2,84%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un rendimiento que 222 de los 260 productos que existen desde entonces no ha conseguido batir.
Es cierto que "rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras", algo que se repite en todos los folletos, pero pueden ser una buena guía para decidir decantarse por uno u otro plan de pensiones. Por categorías, sólo 5 de los 45 productos de renta variable lo consiguen; 11 de los 26 de renta fija; 21 de los 178 mixtos; y 1 de los 11 monetarios que existen desde hace 15 años -ver gráfico-.
Más competencia
Muchos expertos insisten en que la competencia extranjera en la industria ayudaría a mejorar la calidad del producto. Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics, afirma que "el hecho de que las gestoras extranjeras pudieran acceder a la gestión de planes de pensiones de partícipes españoles posiblemente supondría una mejora importante en la oferta disponible para los partícipes. Ya hemos visto el crecimiento de la inversión española en fondos de estas gestoras en los últimos años", [de hecho, uno de cada tres euros en fondos en España ya está en manos de firmas internacionales, según los datos de Inverco]. Una opinión que también comparte Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March: "Los planes de pensiones deberían estar sujetos a mayor competencia, por lo que gestoras extranjeras son bienvenidas".
No obstante, desde la patronal de fondos y planes de pensiones parecen no estar barajando, por ahora, esta posibilidad. Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, justificaba recientemente en una entrevista a elEconomista: "Aquí hay tantas opiniones como personas. ¿Qué alineación es la mejor en fútbol? Cada uno tiene la suya... En este sentido, es cierto que los fondos de inversión se han desarrollado más y tienen casi tres veces más patrimonio que los planes de pensiones [en ellos sí hay competencia de firmas extranjeras], pero bueno, también hay muchas otras razones", esquivó.
Se olvidan del partícipe
¿Qué otras cosas debe tener en cuenta el partícipe antes de contratar estos productos? Lo primero es el riesgo que se quiera asumir, en función del cual elegirá una categoría u otra, con más o menos carga de renta variable. Lo segundo, sería valorar las comisiones del producto. A este respecto, y aunque el año pasado el Gobierno limitó la comisión máxima de gestión de estos productos, al bajarla del 2 hasta el 1,5%, siguen siendo caros. Tan solo un 29% de los planes de pensiones domiciliados en España tiene un coste inferior al máximo legal.
Y por último, la tercera clave sería calcular cuánto se debe ahorrar para conseguir el patrimonio deseado cuando llegue la jubilación. En este sentido, se echa en falta la iniciativa que iba a poner en marcha el Gobierno de enviar una carta a los mayores de 50 años con el importe de su futura pensión pública. Algo que critican tanto desde la patronal, como desde el propio sector: "Está en punto muerto. Ojalá nos equivoquemos, pero no parece previsible que este Gobierno lo saque adelante", recrimina Martínez Aldama. Por su parte, Mercado critica que "es lamentable que se haya olvidado algo tan importante para el futuro perceptor como conocer la situación de su cotización y su pensión estimada, con una perioricidad, al menos, anual. Es una de las características del sistema sueco, que sería más que conveniente imitar". Una postura que también adopta Boudeguer: "Es una falta de respeto. Debería denunciarse y reclamar información".
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Moisés Romero
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