El paro bajó del 18% al 13% y el déficit cayó del 11,2% al
3,3% del PIB.
El programa de ajuste que ha desarrollado Portugal bajo el
gobierno de Pedro Passos Coelho ha estado marcado, en primer lugar, por el
beneplácito que han dado los mercados de deuda a las medidas adoptada desde el
gobierno.
La siguiente gráfica muestra el progresivo descenso de los intereses abonados
por el Tesoro luso:
En segundo lugar, el ajuste aplicado entre los años 2010 y 2014 ha incluido
una progresiva reducción del déficit público. Si al principio del periodo
observado era del 11,2% del PIB, el pasado ejercicio concluyó en un 4,5%. De esa
caída, el aumento de los ingresos supuso 3,9 puntos y la reducción del gasto
ajustó el 2,9% restante.
Estas cifras incluyen la contabilización de medidas puntuales de gasto que
conviene ajustar para evitar distorsiones. Si hacemos esta corrección,
el déficit real registrado en 2014 fue del 3,3% del PIB, una
ganancia adicional de 1,2 puntos que vino exclusivamente por la vía de la
reducción del gasto público.
En 2015 se espera un descuadre del -2,7%. De esta forma, la diferencia entre
ingresos y gastos habrá pasado de 20.000 a 5.000 millones de euros en el último
lustro.
Si analizamos las cifras en términos primarios, Portugal abandonó los números
rojos en 2013 (+0,1%) y ya espera un superávit fiscal del 2,2% del PIB a lo
largo del presente ejercicio. La cifra contrasta con el -8% del 2010.
En suma, el gasto público ha caído en términos absolutos (de 93.000 a
85.000 millones) y relativos (del 52% al 47% del PIB). Analizando los datos en
términos primarios, ocurre lo mismo: de 88.000 a 77.000 millones y del 50% al
42% del PIB.
Las "prestaciones sociales" han pasado de costar el 20,3% del PIB en 2013 al
19,2% en 2015. Los gastos de personal bajaron del 13,7% al 10,9% del PIB a lo
largo del periodo comprendido entre 2010 y 2015. Excluyendo sueldos de empleados
públicos, el gasto era del 35% del PIB en 2010 y bajó al 31% en 2015.
Recortes y ajustes
Los recortes aprobados por Lisboa se han centrado en distintos aspectos:
mayor eficiencia en el gasto sanitario y farmacéutico, aumento de la edad de
jubilación, introducción del factor de sostenibilidad en el sistema de
pensiones, ajuste en las prestaciones por desempleo, reducción de las
subvenciones...
Los datos macroeconómicos respaldan la tesis de quienes afirmaban que estos
cambios eran necesarios. Pese al "plan de choque" que han supuesto las medidas
del "rescate", Portugal creció un 0,9% en 2014 y prevé crecer un 1,6% en 2015.
Por otro lado, el paro ha caído del 18% al 13% entre 2012 y
2015.
Menos impuestos a las empresas
El aumento del IVA supuso la principal fuente de ingresos adicionales para la
consolidación de las cuentas públicas. No obstante, Portugal ha bajado los impuestos a las empresas. Según se
acordó en diciembre de 2013, el Impuesto de Sociedades aplicado a las Pymes ha
pasado del 25% al 17%. Para el resto de empresas, la tasa cayó del 25% al 21%. A
lo anterior se suman nuevas deducciones fiscales que benefician las inversiones
privadas.
Otra apuesta tributaria digna de mención ha sido la revisión del sistema
fiscal al que se acogen los residentes no habituales. El régimen general grava
los ingresos ordinarios al 20%, pero cuando el dinero se obtiene de servicios
prestados en otros países, se aplican importantes deducciones.
También ha llamado la atención el programa conocido por los ciudadanos
portugueses como "Visado de Oro". Bajo este marco, se concede un permiso de
residencia temporal a quienes invierten en una vivienda o una empresa del país.
Hasta la fecha, ya se han concedido casi 2.500 visas de este tipo, lo que ha
supuesto la llegada de 1.400 millones de euros a los distintos sectores del
país.
Otras reformas estructurales
El gobierno de Portugal también ha impulsado otras reformas
estructurales:
- Rebajas fiscales: aprobación de nuevas deducciones por hijo, rebaja de los impuestos a los autónomos, reducción de requisitos y trámites fiscales.
- Reforma laboral: flexibilización de la contratación y el despido.
- Fraude fiscal: aumento del cumplimiento, con un repunte del 36% en el número de facturas presentadas a Hacienda.
- Ventanilla única: agilización de procedimientos burocráticos y simplificación de trámites.
- Reforma de las Administraciones: eliminación de instancias burocráticas, con un adelgazamiento medio del 37%. Menor tasa de reposición para la reducción de la plantilla de empleados públicos. Eliminación del 49% de los entes consultivos y refuerzo del control fiscal al entramado empresarial dependiente del Estado.
- Lanzamiento de la privatización de las aerolíneas estatales TAP.
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