Las divisas latinoamericanas sufren por la volatilidad china y por la Fed
El real brasileño y el peso colombiano, en mínimos de más de una década
Un comprador paga con un billete de 100 pesos en un mercado de Ciudad de México. / Susana Gonzalez (Bloomberg)
Las monedas de las principales economías emergentes han profundizado en los últimos días su particular devaluación frente al dólar y las divisas latinoamericanas no son una excepción. La volatilidad de las Bolsas chinas, que ayer recuperaron parte del terreno perdido el lunes, ha abierto una nueva vía de agua en su cotización, ya mermada por la expectativa de subida de tipos en EE UU y el abaratamiento de las materias primas. En el último año, el real brasileño cede un 33% frente a la moneda de referencia mundial, el peso mexicano cae un 19%, el peso argentino se deja un 10% y el peso colombiano cede un 35%.
Aunque la debilidad de la divisa de un país no es una noticia necesariamente mala para su sector productivo —actúa como catalizador de las exportaciones, al hacerlas más competitivas—, también pone en peligro la entrada de capitales, vital para el sostenimiento de la mayoría de economías latinoamericanas, encarece las deudas contraídas en moneda extranjera y, en definitiva, puede entrañar un importante riesgo para su crecimiento a medio y largo plazo.
Adam Slater, analista de Oxford Economics, achaca la caída más reciente de las divisas a la inestabilidad de las Bolsas del gigante asiático —que en la sesión de ayer recuperaron parte del terreno perdido tras subir cerca de un 4% gracias al continuo bombeo de liquidez y el mantenimiento del plan de compras impulsado por las autoridades chinas, informa Xavier Fontdeglòria—, pero incide en la importancia de otras causas de fondo que ya venían cotizando los mercados. “Hay varios factores entrelazados explican el descenso: el abaratamiento de las materias primas que produce la región, entre ellas el petróleo, el hierro y el cobre; el desplome en las entradas de capitales y el fuerte encarecimiento del dólar”, explica por correo electrónico.
Por divisas, tanto Slater como Jen sitúan en el ojo del huracán al peso mexicano y, sobre todo, al real brasileño, las dos mayores monedas de América Latina. Las causas de este creciente temor de los analistas: sus respectivos déficits por cuenta corriente, del 3,2% y del 4,4%. “De elegir, creo que Brasil puede ser el gran problema”, concluye Jen.
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