El dólar es el 'sheriff' de las divisas
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Si hay una moneda en la que los expertos tienen total confianza para 2015, es el dólar. Detrás de su apreciación están las propias autoridades estadounidenses, que ven muchos factores positivos en el avance de la moneda por la atracción de capitales que genera. Mientras el Tesoro y la Fed quieran, el 'rally' del dólar seguirá.
E l mercado de divisas tiene un nuevo sheriff, que ha venido para quedarse: el dólar. Las autoridades estadounidenses han dado autoridad al billete verde para mandar en el mercado de divisas. Los beneficios de una moneda fuerte en estos momentos para EEUU son mayores que los perjuicios, por lo que tanto el Tesoro como la Reserva Federal (Fed) seguirán permitiendo su avance en el mercado. Por este motivo, los expertos son unánimes en sus previsiones: el billete verde seguirá apreciándose durante los próximos trimestres. "Sólo hemos visto un 10 por ciento del rally del dólar frente al conjunto de grandes divisas mundiales, si se compara con los grandes movimientos alcistas de su historia", advierte David Bloom, jefe de análisis de divisas de HSBC.
Los analistas coinciden en seguir revisando al alza la cotización del dólar. Goldman Sachs cree que tendrá paridad con el euro en 2017, mientras que Barclays y Saxo Bank estiman que cerrará 2015 en 1,1 dólares por euro. De cumplirse estas previsiones, el dólar se apreciará casi un 12 por ciento el próximo año. Este escenario da grandes ventajas a los inversores, ya que cualquier apuesta por el mercado estadounidense podrá conseguir el respaldo de un dólar al aza, si finalmente se cumplen las previsiones.
Beneficios de un dólar más fuerte
La crisis económica actual ha vuelto a reflejar la importancia de una divisa débil para que una economía consiga mayor competitividad. Sin embargo, hay lecciones que no son infalibles. EEUU se enfrenta a una situación en la que consigue unos efectos positivos que son superiores a la pérdida de competitividad y al deterioro de la repatriación de beneficios empresariales que produce la apreciación del dólar.
En primer lugar, una divisa fuerte atrae inversores internacionales por dos motivos: como depósito de valor -es menos volátil y susceptible de sufrir depreciaciones- y como activo que ofrece rentabilidad. No hace falta irse muy lejos, para el inversor en euros, al retorno que consigue de cualquier compra en EEUU hay que añadirle el 10 por ciento que gana por la vía del dólar en los últimos seis meses. La entrada de capital extranjero permitirá a las autoridades del país seguir financiándose a tipos de interés muy bajos, a pesar de que la Reserva Federal (Fed) ya no esté comprando bonos y a que en 2015 comenzará a subir los tipos de interés oficiales. Sólo con la entrada de inversores internacionales, EEUU podrá seguir colocando bonos a 10 años pagando un cupón inferior al 2,5 por ciento.
La entrada de dinero foráneo también irá a la bolsa, otra institución clave para las autoridades estadounidenses. Dado el nivel de inversión de las familias en acciones, cualquier subida de Wall Street eleva la riqueza de las familias, lo que estimula la inversión y el consumo. Según los datos de la Fed, en 2013 los hogares tenían un 13,8 por ciento de sus ahorros en acciones y un 8,2 por ciento en fondos de inversión. Cifras que reflejan el gran impacto que tiene la fluctuación de la bolsa sobre la economía. Otro de los grandes aspectos positivos de la fortaleza del dólar es el descenso que genera en las materias primas. Como se negocian en dólares, la correlación inversa del billete verde y las materias es casi infalible. Si la caída de precios continúa, se abrirá un escenario en el que se reducirán los costes intermedios y finales, situación que muchos expertos equiparan a una reducción de los impuestos, lo que anima la actividad económica.
¿Dónde está el límite?
Las autoridades están cómodas con el avance del dólar, pero, ¿cuál será el límite? Esta es la pregunta clave. Tradicionalmente, la respuesta estaría en el punto en el que la pérdida de competitividad generase un fuerte déficit comercial, sin embargo, esta vez puede ser distinto.
El fracking seguirá reduciendo la importación de energía del país, lo que contribuirá a seguir aliviando su déficit comercial. Esta situación supone un auténtico balón de oxígeno para el país. Además, conviene tener en cuenta que EEUU tiene una larga tradición de necesidad de financiación internacional para su balanza comercial, por lo que no es el origen de una preocupación especial.
Ante esta situación, "el verdadero límite para la apreciación del dólar estará en el momento en el que empiece a generar fuerzas deflacionistas", opina Bloom. Por otra parte, si su economía sigue recuperándose al ritmo actual, la Fed se verá obligada a empezar a subir los tipos de interés en 2015 para evitar futuros desequilibrios. Esto significará un impulso a la divisa que no podrán evitar sus autoridades.
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