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viernes, 28 de noviembre de 2014


¿Por qué los ricos se inmolan?

28 Noviembre, 2014


En la época dorada de finales del siglo XIX, los americanos ricos caminaban con altura. Ellos se vestían para su papel. Sombreros de copas, bastones, colas, polainas, lo que se te ocurra. Construyeron mansiones gloriosas para ser vistas por todo el mundo. Viajaron con estilo, y públicamente. Se presentaban en revistas populares. Ciertamente, eran idolatrados, estudiados y emulados.
Hoy, los ricos son diferentes. Usan jeans, zapatos deportivos, y suéteres con apariencia andrajosa. Si construyen grandes viviendas, se aseguran de que sean inaccesibles y casi invisibles. Hablan como el pueblo. Afectan la manera de la gente común. Pretenden ser como todos los demás. Si son famosamente ricos, regalan vastas sumas de dinero, a veces para causas discutibles. Hasta piden más impuestos sobre ellos mismos.
¿Qué ha cambiado?
He aquí una teoría: los derechos de propiedad son débiles hoy en día. Esto lo percibo al observar los índices de libertad económica y cómo los Estados Unidos está deslizándose más y más lejos en ellos. La razón principal presentada en la encuesta es que los derechos de propiedad ya no son seguros aquí. El gobierno puede entrar en tu fábrica y cerrarla en cualquier momento. Puede congelar tu cuenta bancaria. Puede prevenir fusiones y adquisiciones. Pueden, de una palmada, crear regulaciones que harán que tu producto sea invendible. Los decomisos civiles son comunes.
Mientras más vulnerable sea la propiedad al saqueo de cualquier fuente, más incentivos tendrá la gente de esconder sus riquezas. En casos extremos, el rico puede tener una razón para destruir públicamente su propia riqueza como una señal a los posibles saqueadores de: no valgo lo que piensas que valgo. Este podría ser el porqué de que muchos de los ricos sean agresivos en presionar para que haya impuestos más altos. Es una forma de decir, “mi dinero no es importante para mí, así que no debería ser importante para ti tampoco. Déjame tranquilo”.
Estoy pensando sobre todo este tema porque acabo de leer un documento extremadamente interesante por el economista Peter Leeson. Se llama  “Human Sacrifice.” Él en realidad busca conseguir una explicación económica para la persistencia del sacrificio humano en ciertas condiciones tribales. No es un tema sorprendente para él, pues es, después de todo, el autor de The Invisible Hook: The Hidden Economics of Pirates, un libro que se convirtió en uno de los libros históricos más elogiados y admirados en las últimas décadas. También es una excelente lectura.
Su nuevo documento revisa la economía del sacrificio humano. Él se enfoca en la experiencia del siglo X de los Konds, una población indígena localizada en la provincia del este de Orissa, India.
Eran comunidades agrícolas que dependiendo de las condiciones climáticas prosperaron de diferentes formas. Aquí, rituales anuales de sacrificio humano de otras tribus, comprados con el dinero recolectado dentro de la misma tribu, eran practicados con gran fanfarria en celebraciones opulentas. Era brutal y horrible. El número de vidas perdidas es innumerable, pero bastante grande, a juzgar por todo reporte disponible.
Todo esto se justificaba por motivos religiosos pero, ¿podría haber otra razón?
Considerando un hecho sin aparente relación: El gran problema que irritaba a los Konds era las relaciones entre las tribus. Dentro de sus propias comunidades, tenían paz y seguridad. Pero fuera de ellas, había inseguridad y caos. No era raro para los Konds invadir otras tribus y robar lo que podían, tampoco era raro para forasteros hacerles lo mismo a ellos. Los derechos de propiedad siempre fueron vulnerables a la invasión.
El profesor Leeson intenta conectar los puntos aquí y darle sentido a los sacrificios en la luz de la seguridad de los derechos de propiedad. Al dar una enorme demostración conspicua de desapego, pagada por el dinero de la comunidad, sobre algo tan valioso como un ser humano, Leeson teoriza que la tribu estaba intentando transmitir la idea de que en verdad no había nada valioso para ser robado. Esto era un acto público para evitar envidia e invasión.
Resulta revelador que el sacrificio tomara lugar en el medio de la temporada agrícola. “Al sacrificar humanos entre la siembra y la cosecha de los cultivos, Las comunidades Konds destruían la riqueza preventivamente”. Escribe Leeson. “Al sacrificar humanos durante el ciclo agrícola, pero no apreciablemente después de su terminación, las comunidades Konds destruían riquezas antes de que otras comunidades se dieran cuenta del valor de su producción y, en el caso de que esos valores incentivaran la agresión, antes de que las comunidades pudieran movilizarse para tal agresión”.
Ahora, para ilustrar la tesis, Leeson observa la experiencia de cómo la práctica llegó a su final. Lógicamente, los poderes coloniales británicos hicieron todo lo posible para detenerla. Ellos intentaron la persuasión moral. Intentaron amenazar con violencia. Intentaron pagos monetarios puros. Pero nada funcionó. Los sacrificios humanos continuaron.
Finalmente, los poderes coloniales intentaron algo más creativo. Ofrecieron negociación y servicios de justicia que brindarían paz e intercambio entre tribus, siempre que los Konds detuvieran el sacrificio de seres humanos. Los Konds inmediatamente aceptaron y la práctica llegó a su final.
El profesor Leeson brevemente especula sobre la implicación aquí. ¿Cuántos otros han hecho un espectáculo de pobreza y destrucción de riqueza como un medio para desincentivar la violencia? Él sugiere que esto ayuda a explicar por qué los monjes de la edad media hicieron la pobreza una parte de su disciplina religiosa. La edad media fue una época peligrosa para ser rico, y los monasterios eran exactamente eso. Para evitar atraer saqueadores, pilladores e invasores. (Esto no es por menospreciar los motivos religiosos, sino solo para mencionar que también tenía sus fines pragmáticos).
Encuentro que esto un tremendo sentido para mí.
Y las aplicaciones de esta idea están alrededor de todos nosotros. Conozco personas que manejan vehículos viejos cuando pueden con facilidad costearse uno nuevo porque ellos quieren evitar incentivar el robo. Lo mismo es verdad de personas que pudieran vivir en casas grandes en el centro de la ciudad, pero en vez de ello escogen vivir en pequeños apartamentos y guardar sus grandes propiedades inmobiliarias fuera de la vista del público.
Esto también explica a los que se le llaman “billonarios que se odian a sí mismos”, quienes conspicuamente alardean su apego por ideologías de asistencia social y políticas redistributivas. Es todo un esfuerzo de autoprotección en tiempos donde los derechos de propiedad son muy inseguros. Mejor hacer una demostración de tu indiferencia por la riqueza que tentar al estado a purgarte de todo lo que posees.
Así que piensa en esto la próxima vez que veas a un Bill Gates de Suéter dando cientos de millones a vastas causas caritativas que sabrás que probablemente no llegarán lejos. Y considera que esta podría ser la razón por la que directores ejecutivos de compañías bastante exitosas prefieren seguir el paso de Steve Jobs y vestirse en Jeans y zapatos deportivos. Ellos podrían incluso renunciar a la mansión lujosa en favor de un apartamento minimalista.
Las personas hacen lo que hacen para sobrevivir. Cuando los derechos de propiedad no son seguros, el rico realiza actos públicos de autoinmolación para sobrevivir.
Cuando llegue el momento en donde los derechos de propiedad sean seguros otra vez, veremos este comportamiento cambiar. Ninguno de nosotros estará realmente a salvo hasta que el rico, otra vez, camine en las calles con orgullo, viva en enormes viviendas con vista completa a las masas, y se vista de acuerdo a su posición en la vida.
Después de todo, un mundo que no es seguro para el rico tampoco es seguro para el resto de nosotros.

Publicado originalmente el 6 de diciembre de 2012. Traducido del inglés por Pedro García. El artículo original se encuentra aquí.

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