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martes, 19 de abril de 2016

El BCE y sus estímulos pueden crear una larga "secuencia de burbujas"

La primera burbuja se produce en las bolsas y en los inmuebles
Después la liquidez se traslada hacia el mercado de bonos
Finalmente sufre las consecuencias el tipo de cambio de la región

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El Banco Central Europeo prosigue su inmersión en la política monetaria expansiva. Tras recortar todos los tipos de interés 'clave' e incrementar de 60.000 a 80.000 millones de euros las compras de activos mensuales, ahora se habla de seguir profundizando esta expansión del balance si fuese necesario. Sin embargo, este tipo de política puede tener unos efectos secundarios graves: "Una secuencia de burbujas, bursátil, inmobiliaria, bonos y de tipo de cambio", aseguran los expertos de Natixis.


Los economistas de la firma de inversión francesa señalan en un documento de su departamento de investigación lo siguiente: "Creemos que cuando un banco central provee cada vez mayores dosis de liquidez abundante, las burbujas de activos ocurrirán secuencialmente".  

En el análisis que realizan los expertos de esta firma "se observan las situaciones de EEUU, Reino Unido, la Eurozona y Japón. Los bancos centrales de estos países han creado una cantidad considerable de liquidez". Estos bancos centrales han implementado políticas monetarias expansivas durante años con la meta de alcanzar los objetivos de inflación y de apoyar el crecimiento económico, aunque este mandato no está reconocido por todos los bancos centrales. 

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de estas instituciones, "en la actualidad, el exceso de liquidez ya no se transforma en inflación, sino en burbujas sobre los precios de los activos. Estas burbujas ocurren de forma secuencial: primero se produce una burbuja sobre las acciones y los inmuebles; más tarde sobre los bonos; y por último, sobre el tipo de cambio de la región que implementa estas políticas monetarias", sostienen los expertos de Natixis. 


El exceso de liquidez y los bajos tipos de interés conducen grandes flujos de capital hacia el mercado bursátil y el sector inmobiliario, provocando fuertes subidas de los precios de estos activos. No obstante, llega un momento en el que "los inversores comienzan a rechazar los excesivos precios y valoraciones de las acciones y los inmuebles".

Los bonos reaccionan


De este modo, "los inversores que parecen mucho menos preocupados sobre las burbujas de bonos que sobre las de otros tipos de activos llevan su dinero hacia este activo. Los bonos pueden acoger una cantidad ilimitada de liquidez: si no hay una prima de riesgo, el valor de los bonos tiende hacia el infinito cuando los tipos de interés se acercan a cero". 


Por último, aparece en escena lo que los expertos de Natixis llaman burbuja del tipo de cambio: "Una situación en la que el valor de las divisas extranjeras se incrementa de forma anormal. Cuando la liquidez se invierte en bonos hay una burbuja en los bonos, si la liquidez se 'invierte' en divisas (extranjeras), el tipo de cambio se deprecia de forma anormal y se produce una burbuja sobre este".
Es decir, los inversores comienzan a vender sus bonos (a un precio muy superior al que los obtuvieron). Con esa gran masa de liquidez, pongamos que son euros porque la inversión había sido en bonos soberanos o corporativos emitidos en esa divisa, los inversores deciden invertir en otras divisas ante la perspectiva de que el euro se deprecie por la política monetaria que aplica el BCE. Es decir, se venden euros para comprar otras divisas.

Japón está en la última etapa


Al final lo que sucede es que, como está ocurriendo en Japón, "el banco central tiene que comprar los bonos que están vendiendo los inversores y los bancos nacionales, provocando un incremento del balance de la institución monetaria". 

Como este es un proceso que está aún en marcha, puede tener consecuencias contraproducentes. En Japón se han estado produciendo "salida de capitales drásticas", lo que ha llevado al tipo de campo a depreciarse con fuerza (una tendencia que podría haber comenzado a revertirse). "Por otro lado, los países de la OCDE aún se encuentran en una etapa previa donde los bonos comienzan a sufrir una burbuja".

Nos encontramos en una situación sin precedentes en la política monetaria. Los balances de los bancos centrales en Occidente continúan creciendo; existe un exceso de liquidez que por el contrario parece encontrarse 'semi-congelada', mientras los bancos centrales están buscando fórmulas para que esa liquidez se mueva y se dé crédito a familias y empresas. 




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