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domingo, 4 de octubre de 2015

Los gurús también lloran: la desastrosa inversión del Warren Buffett indio

La cartera del fondo de Mohnish Pabrai está muy concentrada en un puñado de empresas por lo que cualquier error tiene consecuencias mucho mayores que en una cartera diversificada

Foto: Mohnish Pabrai.
Mohnish Pabrai.

 
Es un fan total de Warren Buffett. Tanto, que en 2007 Mohnish Pabrai se gastó 325.000 dólares para compartir velada con él, tras ganar la subasta benéfica que cada año organiza el Oráculo de Omaha. Aquella cena la pagó a escote con su amigo Guy Spier, que puso también sus 325.000 dólares para la ocasión. Curiosamente, Pabrai y Spier comparten también una inversión que está resultando una ruina.
El Warren Buffett indio, como se le conoce, gestiona parte de sus inversiones a través de un fondo llamado Dalal Street, la calle que da nombre al centro financiero de Mumbai, el equivalente a Wall Street en Nueva York. La cartera del fondo está muy concentrada en un puñado de empresas por lo que cualquier error tiene consecuencias mucho mayores que en una cartera diversificada.
Y para desgracia de sus inversores, la tercera mayor posición en la cartera es Horsehead Holdings, el mayor procesador de Zinc en EEUU. A cierre del segundo trimestre, suponía un 15% de los casi 500 millones de dólares que Dalal tenía bajo gestión, cerca de 80 millones de dólares. Y en los últimos meses ha seguido comprando de modo frenético, según ha ido reportando al regulador americano, aunque aún así su paquete vale ahora menos.
Horsehead llegó a desplomarse más de un 20% este viernes, tras reportar problemas en una de sus plantas. Pero no era la primera vez. En 2015 el batacazo se acerca el 85% y sólo en el último trimestre pierde más de un 75%. Es decir, los 80 millones de dólares que Pabrai tenía en la compañía a cierre de junio valen unos 10 millones ahora.


La historia se repite una y otra vez y nadie está a salvo. Ni siquiera el ídolo de Pabrai. Buffett también tuvo el año pasado una mala experiencia con Tesco, la cadena de supermercados británica, que se desplomó y de la que cerró la posición asumiendo el error. En España, numerosos gestores, entre ellos algunos de los que muestran mayores rentabilidades a largo plazo cayeron en las redes de Pescanova. Otros tantos tenían Volkswagen antes de que emergiera el escándalo en la compañía.
Y hay incluso algún gigantesco fondo internacional que ha hecho un triste doblete en las últimas semanas: el fondo soberano de Catar. Los gestores de la cartera donde el emirato invierte parte de sus beneficios del pertróleo y el gas no sólo tenían Volkswagen, sino también la minera Glencore, que ha vivido un auténtico desplome en la Bolsa de Londres. Bloomberg calcula que, entre ambas 'piezas', el fondo ha perdido cerca de 6.000 millones de dólares.
Si estos errores los cometen los mejores gestores y los equipos de inversión más sofisticados, ¿quién se puede salvar? Los expertos reconocen que es imposible, que a lo largo del tiempo aparecen trampas de valor, problemas inesperados o fraudes que no son capaces de detectar. Ante esto, la única defensa posible es la diversificación.
La historia se repite una y otra vez y nadie está a salvo. Ni siquiera el ídolo de Pabrai. Buffett también tuvo el año pasado una mala experiencia con Tesco
Un buen ejemplo de sus ventajas lo tenemos en Bestinfond. A pesar de que el fondo internacional de Bestinver tenía más de un 4% de su cartera en Volkswagen antes del desplome, en 2015 todavía muestra una rentabilidad superior al 5,7%, con datos a cierre de septiembre, y una vez contabilizado ya el desplome.
Tener una cartera diversificada reduce el potencial de obtener mayores rentabilidades si uno acierta con los valores correctos. Incluso podríamos decir que 'forrarse con un pelotazo', esa tentación tan peligrosa con la que muchos inversores particulares se acercan al mercado. Pero también evita el riesgo de que una de estas experiencias negativas acabe destrozando el valor del dinero que tanto ha costado ahorrar.

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