La estrategia de consolidación fiscal tiene más probablidades de éxito cuando se hacen recortes de gasto duraderos. Vía ingresos se ha demostrado que no hay mejora duradera
“Everybody´s got something to hide except for me and my monkey” The Beatles
Draghi ha vuelto a hablar de la importancia de las reformas estructurales. Como el que oye llover.
Ha pedido que los países de la Unión Europea bajen impuestos para impulsar el crecimiento económico y apoyar las medidas que toma el BCE. Como si fueran sordos, los países como el nuestro vuelven a acudir en sus propuestas al error de subir impuestos que el propio Banco Central Europeo ha demostrado que es la peor forma de consolidación fiscal, En un interesantísimo estudio que comentaba Juan Rallo hace poco, el banco central explica que las subidas de impuestos no sirven para reducir el déficit y demuestra la falacia de las propuestas de muchos de nuestros políticos (“Is Fiscal Consolidation Self Defeating?”).
A la hora de reducir el déficit, explica el BCE, se pueden tomar dos caminos. Reducir gastos y aumentar impuestos. Lo que prueba el estudio es que el segundo camino lleva a perpetuar deficiencias estructurales, reduce el crecimiento potencial de la economía, al atacar al bolsillo de consumidores y empresas, y se convierte en una “profecía auto-incumplida”, llevando a que el déficit no baje.
Reducir gastos y aumentar impuestos. El segundo camino lleva a perpetuar deficiencias y reduce el crecimiento de la economía al atacar a los bolsillos
La estrategia de consolidación fiscal tiene más probablidades de éxito cuando se hacen recortes de gasto duraderos. Por el contrario, la consolidación vía ingresos ha demostrado no generar una mejora duradera en el endeudamiento.
En un país donde estamos viendo cada día nuevas propuestas mágicas de aumentar el gasto y entelequias de reducir el déficit gastando más y subiendo impuestos, este informe es muy relevante.
Pero hay una conclusión adicional del informe. Esperar a tomar las medidas necesarias para ajustar la economía a que las condiciones de mercado lo exijan hace que el ajuste tenga menos posibilidades de éxito.
Esta conclusión es especialmente importante en un entorno en el que tantos países están retrasando las reformas estructurales porque los tipos son bajos. Es lo contrario a lo que se debería hacer. Deberíamos aprovechar que el total de bonos con tipos negativos (vean el gráfico) está a máximos históricos para llevar a cabo una reforma en profundidad del gasto innecesario acumulado durante la burbuja, no para retrasar el cumplimiento del déficit. Porque luego el ajuste es más duro y más agresivo.
En España el gasto público se disparó al calor de la burbuja y aumentó un 49% entre 2004 y 2009, creando las bases de un déficit estructural cifrado en un 4% del PIB. Tras más de 550.000 millones de déficit acumulado desde 2008, y haber llevado a cabo un aumento de impuestos sin precedentes para combatir el ajuste dejado en 2011, no podemos decir que la solución al déficit estructural es la subida de impuestos. La respuesta es tener una fiscalidad que incentive el crecimiento, el empleo y que emerja la economía sumergida, no una fiscalidad confiscatoria.
Draghi sabe que los tipos de interés negativos pueden incentivar al sobreendeudamiento y lo estamos viendo en las llamadas constantes a gastar más. Pero no debemos olvidar que si no utilizamos estas medidas de urgencia para mejorar nuestras cuentas, caeremos en otra crisis como la del 2008, pero más agresiva, ya que el endeudamiento se habrá disparado.
Mentalidad de cigarra pensando que nunca llega el inviernoEl 23% del PIB del mundo tiene ya alguna forma de tipos reales negativos. Esa política no ha llevado a reducir déficits y deuda porque los estados se olvidan de las reformas estructurales y lo fían todo a la política monetaria.
Y con esa política equivocada, con esa mentalidad de cigarra pensando que nunca llega el invierno, nos olvidamos que el efecto de los déficits acumulados es independiente a la política monetaria. La sostenibilidad de las cuentas no las dicta el Banco Central monetizando. Porque el desajuste estructural aumenta.
A Draghi siguen sin hacerle caso. Pero, con toda seguridad, le echarán la culpa del agujero que estamos cavando.
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