5 razones por las que los tipos de interés negativos son malos para sus ahorros (1)
(OroyFinanzas.com) – Los tipos negativos de interés son algo inédito en la historia económica mundial, y potencialmente más peligrosos y dañinos que los actuales tipos de referencia de los bancos centrales, situados artificialmente en casi cero. Aunque a corto plazo, puedan surtir el efecto deseado un uso generalizado de los mismos tendría consecuencias desastrosas.
En EE.UU., los debates sobre los tipos de interés llevan bastante tiempo girando a una posible subida de los mismos que, de llevarse a cabo, terminarían con las políticas económicas de expansión monetaria –tales como la flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing-QE), el ZIRP (Zero Interest Rate Policy) o la Operación Twist-, iniciadas tras la crisis de 2008, por la Federal Reserve-Fed (Banco Central de EE.UU.). De esta forma, la actual política de tipos cercanos a cero –ZIRP, por sus siglas en inglés- llegaría a su fin. Sin embargo, el cambio no sólo podría manifestarse subiendo los tipos de interés, que es la opción mayoritariamente contemplada, también existe la posibilidad de bajarlos por debajo de cero y establecer tipos negativos de interés par seguir ampliando una política monetaria laxa que nunca se había probado en EE.UU. Si las consecuencias perjudiciales de una subida de tipos ya las señalamos en Oroyfinanzas.com, en este artículo vamos a analizar 10 consecuencias muy negativas y previsibles de adoptarse –y generalizarse- esta segunda medida.
¿Qué piensa la Fed de los tipos negativos?
La actual presidenta de la Fed, Janet Yallen, se manifestó abiertamente en 2010 como firme partidaria de los tipos negativos de interés, “si fuera positivo adoptar una política de tipos negativos, yo votaría por ello”. En el artículo de Smaulgld donde se leía el comentario pronunciado por Yellen, había un ocurrente comentario al respecto, vaticinando que, en un futuro, “habremos pasado de unas políticas de bajos tipos de interés promovida por Alan Greenspan, a la política de tipos de interés cero de Ben Bernanke, hasta culminar con los tipos de interés negativos de Janet Yellen”. Y lo cierto es que mientras la subida de tipos no llega a materializarse, cada vez es más frecuente encontrar declaraciones de funcionarios de la Fed en torno a los tipos negativos de interés, colándose incluso dentro de los debates surgidos en las reuniones del el Comite Federal de Mercado Abierrto de la Fed (el Federal Open Market Committee-FOMC) que es el organo que decide los tipos o en discursos oficiales pronunciados por funcionarios de la Fed.
¿Por qué atrae a las autoridades los tipos negativos de interés?
Los bancos centrales son propensos a utilizar “herramientas” que les permita intervenir artificialmente en los mercados y obtener así, lo que consideran que son los resultados deseados. Por tanto, si los tipos muy bajos de interés son deseables, ¿qué puede ser mejor que incidir en la medida bajando aún más los tipos hasta cruzar el umbral negativo? Y aún más seductor, ¿hasta dónde pueden llegar los tipos de interés negativos?
Las políticas de tipos bajos o negativos estimulan el gasto porque el dinero es más barato de obtener y más caro de mantener. El dinero barato alienta el consumo, aumentando la demanda de bienes y servicios. Y es el aumento de esta demanda donde los economistas keynesianos, creen que se encuentra la clave de una economía funcional. Suiza, Suecia o Dinamarca, son tres naciones pioneras que han dirigido sus políticas por esta senda inexplorada. Y, aunque a corto plazo, los tipos negativos de interés pueden surtir el efecto deseado, son el germen que podría generar problemas muy agudos en el futuro.
A continuación analizaremos 10 características o consecuencias que pueden generar estas políticas de tipos negativos.
- Los tipos de interés negativos son un robo manifiesto aunque sea legal
Cuanto más tiempo un depositante mantenga su dinero en el banco menos dinero tendrá disponible al retirarlo. A diferencia de contratar una caja de seguridad en el banco –donde guardar oro, plata, joyería o dinero en efectivo-, donde el cliente paga por un servicio, en forma de depósito, las cuentas corrientes no son acuerdos de depósito. Los bancos no almacenan el dinero de los depositantes. Los depósitos bancarios son en realidad préstamos no garantizados del depositante en favor del banco. Y gracias a estos préstamos y en virtud de la reserva fraccionaria de los bancos –establecida por las autoridades-, éstos utilizan los ingresos en cuenta para llevar a buen término sus negocios.
Dado que los bancos sólo surgen a través de licencias administrativas y además son controlados por los gobiernos a través de los bancos centrals o viceversa, este sistema de banca de reserva fraccionaria, sumado a unos tipos negativos establecidos por la autoridad monetaria competente -el banco central de turno-, no es más que una forma legal de robar a los depositantes parte de su dinero todos los meses.
- Los tipos de interés negativos perjudican a los ahorradores individuales
Los tipos de interés negativos castigan a todo tipo de ahorradores. A las personas más jóvenes, que pretenden ahorrar dinero para comprar bienes –como coches o casas-, les resultará más difícil hacerlo con tipos negativos. Una situación que los economistas, defensores de esta práctica, asumen como una característica propia de los tipos negativos y no como un defecto. El ahorro no se gasta por definición y, por tanto, no cumple su función de incidir en el consumo para generar inflación y empleo. Además, tampoco ven en la falta de ahorro un impedimento para la compra de bienes. Más bien argumentan que con tipos negativos es más atractivo financiar la compra de una casa en su totalidad, sin necesidad de tener que recurrir a una entrada previa, fruto del ahorro. Es decir, la cultura del ahorro es un viejo concepto del siglo pasado y, ahora los positivo es precisamente lo negativo, en forma de tipos.
Para los ahorradores más veteranos, el impacto de las tipos negativos se traduce en que los jubilados ya no pueden confiar en una renta fija para cubrir sus gastos, porque desaparece con el pago de intereses. Los tipos mantenidos artificialmente bajos ya han diezmado el ahorro de muchos jubilados, que han tenido que tirar del principal de lo ahorrado, porque los intereses no eran lo suficientemente grandes como para financiar sus gastos. Con tipos negativos, esta tendencia se acelerará y la disminución del capital ahorrado será más evidente mes a mes. En este escenario, muchos jubilados, incapaces de cubrir sus necesidades, tendrán que complementar sus ingresos compitiendo en el mercado laboral con los trabajadores más jóvenes, o arriesgar sus ahorros en los mercados de valores.
- Los tipos de interés negativos son una recompensa para los deudores
Las personas, empresa o entes endeudados salen ganando. Y cuanto más deuda, más ganancia. En este sentido, los deudores más humildes se verán favorecidos porque sus préstamos ya no cargarán con pagos de intereses onerosos. De hecho, ahora se les pagará por pedir prestado dinero para comprar cosas, lo que supone una gran ayuda, sobre todo si las cosas que compras suben de valor con el tiempo. Para los grandes deudores, cuanto más se endeuden, más ganarán. Las tipos de interés negativos estimulan los préstamos, aumentando la demanda. La previsión es que en este escenario se endeuden más, y los mayores entes endeudados son las naciones soberanas. Si los gobiernos pueden pedir prestado más dinero y encima se les paga por ello, recurrirán a un mayor gasto público para sostener sus políticas e incrementarlas. La reducción del coste de los préstamos hasta niveles negativos elimina cualquier restricción a los gobiernos despilfarradores para seguir aumentando su deuda. Un escenario terrorífico.
- Los tipos de interés negativos fomentan el ahorro no productivo.
Unos tipos artificialmente bajos desalientan el ahorro en los bancos porque pagan poco interés. Bajo unos tipos de interés negativos, los depositantes tienen encima que pagar al banco. En tales circunstancias, los depositantes pueden decidir acumular dinero en cajas de seguridad de los bancos y pagar las cuotas anuales (algunos bancos, como JPMorgan, ya han prohibido la celebración de dinero en efectivo en las cajas de seguridad, restringiendo esta opción) o guardarlo en efectivo en casa.
Ahorrar dinero en casa no produce intereses pero, al menos, conserva el principal de lo guardado. Además es susceptible de ser robado pero al mismo tiempo surgen iniciativas privadas para solventar este inconveniente. El ahorro en casa es un acto beligerante contra los tipos negativos porque ese dinero no se gasta ni se pone a disposición de los bancos para que puedan prestarlo a terceros.
- Los tipos de interés negativos elevan el coste la vivienda
Con tipos de interés negativos, se fomenta el endeudamiento para la compra de activos. El aumento de la demanda de activos que dependen de la financiación, como bienes raíces, hará subir los precios de las viviendas, escapándose la posibilidad de adquirirlas a las familias menos pudientes.
Las personas con las mejores calificaciones de crédito, la parte más rica de la sociedad, más se beneficiarán de los tipos de interés negativos y de la compra de mayor cantidad de inmuebles y valores raíces. Los que tienen menos bienes y calificaciones de crédito más bajas tendrán un acceso limitado o nulo a préstamos con tipos negativos, dando lugar a un menor número de viviendas que se venden a las personas de ingresos bajos y medios y, por tanto, un mayor deterioro en las estadísticas de la propiedad de la vivienda en Estados Unidos.
En el siguiente artículo, analizaremos los otros 5 factores y el escenario económico de instaurarse y generalizarse esta nueva política de tipos negativos de interés.
5 efectos de los tipos de interés negativos en la economía (2)
(OroyFinanzas.com) – Hay numerosas razones para argumentar que los tipos de interés negativos no son la panacea a la recuperación económica y que su uso generalizado podría desembocar en un futuro económico incierto a nivel mundial. El debate sobre los tipos negativos de interés no es nuevo.
De hecho, también se ha argumentado que unos tipos de interés negativos, aplicados a la deuda pública, podrían generar el mayor impago en la historia del mundo. Y no sólo eso, en marzo de este año, el Bank for International Settlements- BIS (Banco Internacional de Pagos de Basilea) alertaba sobre la posibilidad de que estas políticas de tipos negativos pudieran llegar a desencadenar disturbios sociales.
En la primera parte de este análisis expusimos 5 motivos o características de los tipos negativos. A continuación expondremos los otros 5 argumentos.
6. Los tipos de interés negativos fomentan las burbujas de activos
Cualquier persona con dinero, y con esta nueva política monetaria extendida en el tiempo, se dará cuenta de la necesidad de gastar su dinero o invertir en otros activos. Los más pudientes diversificarán en bienes raíces y productos de lujo, elevando el precio de estos activos y aumentando el valor neto de los mismos. Unas prácticas que son el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento e incubación de nuevas burbujas.
7. Los tipos de interés negativos generan desigualdad en la distribución de la riqueza
El aumento de los precios en bienes raíces, acciones y otros activos crea desigualdad en la distribución de la riqueza porque el segmento más rico de la población se queda con la mayor parte de estos activos. Los tipos negativos son sólo beneficiosos para los que sepan sacar provecho de ellos. Los principales beneficiarios serán los que tengan acceso al crédito, es decir, aquellos que ya tienen importantes activos e ingresos, que podrán esgrimir para acceder al crédito y, así, comprar más activos. Los menos pudientes verán cómo sus esfuerzos por ahorrar no son recompensados y les resultará complicado acumular capital suficiente para acceder a bienes raíces u otros activos importantes o incluso iniciar un negocio.
En el mercado inmobiliario, al subir los precios de las casas también se creará una disparidad de riqueza entre los propietarios y no propietarios. Los propietarios de viviendas tendrán mayores ventajas que sus inquilinos. Los propietarios podrían disfrutar del acceso a los tipos negativos, en forma de préstamos con garantía hipotecaria, y se benefician de la deducción de los intereses hipotecarios. Los inquilinos no.
8. Los tipos de interés negativos son inflacionarios
La Reserva Federal-Fed (el Banco Central de EE.UU.) y otros bancos centrales están obsesionados con generar inflación de precios, en el convencimiento de que por sí solo así se estimula el crecimiento. El objetivo de los tipos negativos es aumentar el crédito para estimular un mayor gasto. Pero como hemos visto, con tipos cercanos a cero o negativos, el aumento del gasto es en la compra de acciones y bienes raíces por parte de los más ricos. Esta subida de precios afecta a las cosas que consumen la mayor parte de las familias con presupuestos bajos y medios – como el transporte (con el precios de los automóviles disparado) y el costo de la vivienda (casa y de alquiler más caro)-. La inflación creada por los tipos de interés artificialmente bajos y negativos beneficia a los ricos que tienen acciones y bienes raíces y castiga a los pobres, que no pueden pagar los precios inmobiliarios más altos y, además, pagan más por el alquiler.
9. Los tipos de interés negativos desalientan las inversiones en bienes de equipo y trabajo y desincentiva la Investigación y Desarrollo
Muchas empresas vieron en los tipos de interés, artificialmente bajos, la oportunidad para la recompra de sus propias acciones y reducir el inventario de las mismas en el mercado. De esta forma, lograron una revalorización de la acción. En lugar de invertir en nuevos equipos de capital que podrían mejorar los beneficios a largo plazo de sus empresas, se apostó por un mejor retorno de la inversión a corto plazo en forma de precios más altos por acción. Una buena inversión para los accionistas y la dirección de la compañía, que suelen ser también propietarios. Los tipos artificialmente bajos animan a las empresas a utilizar el dinero obtenido a recomprar sus propias acciones, en lugar de invertir en sus negocios. Esto explica en parte por qué la economía mostró un crecimiento limitado mientras el mercado de valores se elevó a niveles récord.
Para reducir aún más los gastos y aumentar los beneficios y los precios de las acciones, las empresas recurren al despido de sus trabajadores. También pueden reducir presupuestos en investigación y desarrollo. Esta situación se contrapone al escenario que ofrecen los tipos altos de interés. Las empresas entonces invierten en bienes de capital y mano de obra para obtener una ventaja competitiva sobre sus rivales comerciales. Si las empresas, sin embargo, buscan un mayor y más inmediato retorno de la inversión -en forma de precios de las acciones más altas-, la contratación de nuevos empleados o las inversiones en investigación y desarrollo se verán afectadas en el futuro. Los tipos negativos asegurarán la tendencia de preferir la recompra de acciones como inversión pero, a más largo plazo, las empresas que no invierten en bienes de capital de trabajo e investigación y desarrollo sufrirán la desventaja competitiva respecto a sus rivales.
10. Los tipos de interés negativos inducen a malas inversiones por culpa de señales falsas
Cuando las inversiones se realizan durante un período de tipos de interés artificialmente bajos, a menudo, son malas inversiones porque los inversionistas perciben que la economía va bien y es el momento de realizar inversiones o compras. Sin embargo, sin esta situación planificada siempre será el ahorro el que proporcione el capital para inversiones productivas auto-sostenibles. Cuando no se fomenta el ahorro, el capital se desvía de las inversiones productivas –que suelen otorgar retornos a largo plazo- para instalarse en activos especulativos con la promesa de grandes rendimientos a corto.
La Reserva Federal y otros bancos centrales, han impulsado tipos bajos de interés porque la economía no acaba de arrancar. Los tipos bajos animan a empresarios y consumidores a acceder a un dinero del que de otra forma sería complicado disponer para gastar o invertir. Unos tipos negativos ahondarían este comportamiento y las malas inversiones. Para los economistas de la escuela austriaca, los tipos artificialmente bajos presentan una realidad diferente al empresario, para realizar unas inversiones que de otro modo no haría. Y siempre en el convencimiento de que esta situación –que te paguen por endeudarte- se mantendrá el tiempo necesario para que sus proyectos e inversiones se hagan realidad.
Los tipos de interés negativos están diseñados para recorrer todavía más camino, generar una burbuja más grande y dar aliento y alargar la vida de las economías que han sido impulsadas de forma artificial.
¿Cómo terminará esta economía de los los tipos de interés negativos?
La intervención en la economía genera más intervención. Se asemeja al adicto a operaciones estéticas que sucesivamente necesita un corte más profundo para retocar los efectos de la última operación. Y así continúa hasta que un exceso de intervenciones le ha deformado el rostro. De forma similar, de instalarse y generalizarse una política de tipos negativos de interés habrá muchas consecuencias no deseadas.
Todos los esquemas diseñados para intervenir y manipular se acaban tambaleando ante la abrumadora fuerza natural del mercado y los tipos bajos y negativos no serán una excepción. Con el tiempo, el mercado exigirá tipos más altos por el riesgo de otorgar crédito a bancos inestables y estados sobre endeudados. Durante los primeros compases, los tipos negativos estimularán el aumento de las acciones y bienes raíces induciendo a la gente a pensar que la economía se recupera. Se sucederán las inversiones y el sector inmobiliario y los mercados de valores subirán hasta generarse burbujas.
Sin embargo, cuando los tipos recuperen su senda alcista, los beneficios por estas inversiones especulativas no rentables desaparecerán. El precio de las acciones de las empresas se derrumbará, pudiendo llevar a la quiebra a más de alguna, aumentando el consiguiente desempleo. Por otro lado, los consumidores vigilarán sus gastos y el pago de las facturas y letras se priorizará sobre la compra de bienes o servicios. Aquel que ya no posea ahorros lo pasará peor. Las ruinas, quiebras, e insolvencias se manifestarán con mucha fuerza.
Fuente: Smaulgld
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