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martes, 6 de octubre de 2015

Estados Unidos ante el inminente precipicio: tipos cero y techo fiscal


 Por primera vez, Estados Unidos se ha financiado a tipo cero. Que sea precisamente ahora puede anticipar algo que el mercado no descuenta. Y que no suena nada bien

 Foto: La presidenta de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Janet Yellen. (Reuters)
La presidenta de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Janet Yellen. (Reuters)

Ya saben que en esta columna tiende a primar lo importante sobre lo urgente, el bosque sobre las ramas que impiden verlo. Sin embargo, hay ocasiones en que acontecimientos excepcionales justifican que desviemos el foco a lo inmediato desde el interés general. Es el caso del 'post' de hoy.
 
Este lunes la atención de los medios se centró en el importante Tratado de Libre Comercio firmado entre los principales países con salida al Pacífico. Un acuerdo que afecta al 40% de la economía mundial -de los relevantes, solo China queda al margen- y que supondrá una eliminación masiva de aranceles a ambas orillas del océano.
 
Era, y es, sustantivo; de enorme trascendencia.
 
Pero sucede que la noticia coincidió en fecha con una subasta de letras a tres meses en Estados Unidos en la que, por primera vez en la historia de aquel país, su Tesoro se financió a tipos cero, algo corriente en el último año en una parte de las economías desarrolladas pero que todavía no había ocurrido en la primera potencia del planeta. Terra incógnita.
 
La demanda fue masiva, hasta el punto de multiplicar por más de cuatro veces la oferta, la mayor ratio desde el pasado mes de junio. Una clara señal de búsqueda de refugio por parte de los inversores, dispuestos a asumir rendimientos reales -esto es: ajustados por la inflación- negativos a cambio de seguridad. Se colocaron 21.000 millones de dólares y una cuantía similar a seis meses con una rentabilidad, en este caso, del 0,065%.
 
 
Una ganga, vamos.
 
Buena parte de los analistas locales justificaron tal interés comprador por el mal dato de empleo local de septiembre dado a conocer el pasado viernes. Algo que habría enfriado la perspectiva de subidas del precio del dinero, estimaciones que se habrían retrasado del cuarto trimestre de este año al primero de 2016, por más que el dato agregado de paro siga estancado en un casi inmejorable 5,1% -otra cosa es el abandono laboral, esto es: la tasa de participación, también en mínimos.
 
Dar por buena esa visión, precisamente en este momento, supondría reconocer que el motor EEUU está gripado y que, pese a los positivos datos recientes de actividad, no va a ser capaz de ganar tracción. Una rebaja de expectativas con innegables consecuencias para sus principales contrapartidas comerciales, entre las que destaca, por supuesto, China, principal preocupación de los agentes financieros a día de hoy.
 
 
Pero no parece que sea el caso.
 
O no, al menos con un dramatismo tal como el que parece descontar lo insólito del retorno cero al que hemos hecho referencia.
 
¿Seguro?
 
Porque se da la paradoja de que el mismo viernes el secretario del Tesoro estadounidense señalaba que el próximo 5 de noviembre se volverá a tocar el techo de gasto en aquel país, antes de lo previsto, debido a una insuficiencia en la recaudación fiscal. Vaya, ¿el dólar, la masiva expatriación de beneficios, la confianza con un petróleo a la baja? Un límite legal que, en caso de falta de acuerdo en la Cámara de Representantes para ampliarlo, provocaría la imposibilidad de Estados Unidos de acudir a los mercados en busca de financiación y, por ende, de afrontar sus gastos corrientes y vencimientos.
 
Por más que los gestores de renta fija piensen que esta cuestión es el eterno cuento de Pedro y el Lobo, sorprende que no tengan en cuenta esta cautela, que de devenir en cisne negro podría hacer mucho daño a toda la curva de tipos, a la hora de tomar sus decisiones de 'asset allocation', ¿no creen?
 
Y, siendo así, ¿qué justifica 'yields' reales negativas precisamente ahora sino un colapso económico imprevisible?
 
A saber cómo acabará todo esto.

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