La entidad presidida por Janet Yellen mantiene la incógnita. Tiene claro que quiere subir los tipos, pero otra es cuándo lo hará. Las dudas persisten tras casi siete años con los intereses en el 0%
La Reserva Federal (Fed) estadounidense es el banco central más influyente del mundo. Pero eso no equivale a que esté libre de dudas. Las tiene, y a montones, porque el cuerpo le pide subir los tipos de interés, algo que no hace desde junio de 2006, para empezar a normalizar unas condiciones monetarias que, como consecuencia de la gravedad de la crisis, son inusualmente expansivas y extraordinarias, pero incluso teniendo claro el diagnóstico, todavía no sabe cuándo comenzar a aplicarlo. Y esa es su duda, la de descifrar cuándo dar el primer paso, si lo hace en septiembre o si lo deja para diciembre.
Ese quiero y no puedo, esos recelos, quedan plasmados en las actas de la reunión de política monetaria que la entidad presidida por Janet Yellen celebró a finales de julio. "La mayoría de los participantes juzgaron que todavía no se habían alcanzado las condiciones para un endurecimiento, pero destacaron que las condiciones se estaban acercado a ese punto", recoge el documento difundido este miércoles por la Fed.
Dado que ese fue el planteamiento de la mayoría, en dicha reunión todos los miembros de la Fed, sin fisura alguna, votaron a favor de mantener los tipos oficiales entre el 0 y el 0,25% y de seguir comprando bonos con el dinero procedente del vencimiento de los títulos que la entidad tiene en su balance. Es decir, todos fueron partidarios de dejar las cosas como estaban, aunque las actas delatan que uno de ellos sí estaba preparado para empezar a subir los tipos ya mismo.
Como ya avanzó el comunicado que la Fed difundió el 29 de julio, las actas constatan la mayor "solidez" con la que ya se está creando empleo en EEUU, un matiz clave a la hora de abonar el terreno para comenzar a elevar los tipos. Tras generar 2015.000 puestos de trabajo en julio, el paro estadounidense se encuentra en el 5,3%, con lo que casi ha caído a la mitad desde el 10% al que llegó a repuntar a comienzos de 2009. Además, se encuentra en mínimos de 2008 y está ya por debajo de la media registrada en los últimos 50 años, situada en el 6,1%. Y aunque el crecimiento sigue sin ser lo robusto que deseara el banco central, EEUU acumula ya 74 meses consecutivos creciendo, una longevidad ante la que la Fed siente la necesidad de empezar a normalizar su política monetaria.
Pero es que, al mismo tiempo, no las tiene todas consigo. No se fía de la inflación, que sigue lo suficientemente baja como para alimentar los recelos deflacionistas. Y no se fía de la fortaleza del dólar, que no solo actúa como freno de las exportaciones, sino que también influye en las bajas tasas de inflación. Y tampoco se fía de lo que está pasando en el mundo, con alusiones a Grecia y, sobre todo, a China y a la caídas de las materias primas. "Algunos participantes también debatieron acerca del riesgo de que una posible divergencia entre los intereses en Estados Unidos y otros países podría conducir a una mayor apreciación del dólar que extendiera la presión bajista en los precios de las materias primas y la debilidad en las exportaciones", reconocen las actas.
Sin pasarse
Eso sí, aunque las actas refrendaron cuáles son las intenciones y las dudas de la Fed, también constataron que hay una cosa que tiene muy clara: la de intentar tranquilizar los ánimos y quitar importancia a la trascendencia de la primera subida de los tipos que, en cualquier caso, no evitará que permanezcan en niveles históricamente bajos "para apoyar el progreso de la economía hacia los dos objetivos de la entidad", como son el máximo empleo y la estabilidad de los precios.
La Fed mantiene así la estrategia que viene siguiendo en los últimos meses, consistente en preparar el camino para subir los tipos "en algún momento de 2015", pero matizando a la vez que lo hará de forma tranquila. O lo que es lo mismo, ante la sensibilidad que envuelve a este primer incremento de los intereses desde 2006, Yellen quiere dejar claro que la institución será cauta con el ciclo alcista del precio del dinero que pretende poner en marcha este mismo año.
Los tipos de interés oficiales llevan congelados en EEUU desde diciembre de 2008. Entonces, y con la quiebra de Lehman Brothers provocando los peores meses de la Gran Recesión, la entidad rebajó el precio del dinero hasta el mínimo histórico del 0-0,25%. Casi siete años después, aún permanecen ahí
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