Es lo que tiene la diversificación geográfica. Que unas veces conviene y otras perjudica. Ahora toca la segunda versión por culpa de las divisas, que amenazan el resultado de las grandes del Ibex
En concreto, entre un 15% y un 60% del beneficio o las ventas del sexteto de lujo del Ibex está expuesto a verse afectado en caso de que persista -o más aún, se agrave- la depreciación de las divisas de países como Brasil, México, Turquía, Rusia o China. De media, es un tercio de los resultados el que se ve comprometido por el terremoto de las monedas emergentes.
El motivo no es otro que la importancia que estos países tienen en las cuentas de resultados de los grandes del índice de referencia de la bolsa española. Del mismo modo que en otros momentos estos países han servido de cobijo para las empresas españolas, ahora pueden sufrir el lado amargo de la diversificación internacional por la manifestación del riesgo de tipo de cambio.
En el caso de Iberdrola, Latinoamérica fue el origen del 15% de sus beneficios del primer semestre. Para Repsol, en torno al 15% de sus resultados también proceden de Brasil, Rusia y Asia. Inditex, que no presentará sus resultados semestrales hasta septiembre, se ve ahora más afectada que en otras ocasiones porque la decisión de China de debilitar al yuan está generando una réplica en toda la región y en otros mercados emergentes que generan ingresos para la empresa. La exposición de la textil a Asia, América y países europeos ajenos al euro como Turquía también puede alcanzar un tercio de sus ventas.
Aunque al ser las más grandes -y las que más beneficios tienen- son los nombres más destacados, no son las únicas firmas del Ibex que se ven afectadas por la marejada emergente. Mapfre, Gamesa, Indra o Abertis se suman a esa lista de potenciales damnificados en caso de que se mantenga la pérdida de valor de las divisas de los mercados en los que están presentes contra el euro.
Del dólar... al euro
Porque justo eso es lo que está ocurriendo, que la debilidad de esas monedas está acuciándose hasta tal punto que ya no solo se deprecian contra el dólar estadounidense, sino que también lo hacen contra el euro. Y eso perjudica a los resultados a la hora de traducirlos a euros para traerlos a España.Son varios los motivos que laten tras esas depreciaciones, aunque comparten principalmente tres: la caída de las materias primas, que son una fuente de ingresos fundamental para estos países; la fuga de capitales, alentada por el retorno de la volatilidad y por el nerviosismo que envuelve a la posibildad de que EEUU suba pronto los tipos de interés-; y la onda expansiva de la maniobra de China para debilitar su divisa, ante la que otros países no están dispuestos a permanecer impasibles. A partir de ahí, hay países, entre los que sobresalen Brasil y Rusia, que añaden sus propios problemas económicos en forma de recesión y alta inflación.
Una de las monedas que más está sintiendo la acumulación de estos elementos y que es más sensible para las grandes empresas españoles es el real brasileño. En lo que va de año, se deprecia un 17% contra el euro, hasta los 3,88 reales -o, a la inversa, 0,257 euros por real-, su cambio más bajo contra la divisa europea desde 2003. Esta evolución provoca que, por ejemplo, 1.000 millones de reales mengüen ahora hasta los 257 millones de euros, cuando a finales de 2014 se convertían en 310 millones de euros.
Otro de los focos, que afecta especialmente a BBVA y en menor medida a Inditex, es Turquía. En medio de la crisis política e institucional que está sufriendo el país, la lira turca ha acelerado sus caídas en las últimas jornadas. La lira se ha depreciado hasta las 3,29 unidades por euro -a la inversa, 0,303 euros-, el cambio más bajo desde el nacimiento de la moneda única en 1999. En lo que va de año, la lira acumula un descenso del 14% contra el euro.
Las caídas se extienden a otras monedas latinoamericanas. Hasta la fecha, el peso colombiano se deprecia un 16% contra el euro en 2015 y cae hasta los 3.400 pesos, su cambio más bajo desde 2004; el peso mexicano desciende hasta sus mínimos de 2011 tras acumular una depreciación del 5%, hasta los 18,69 pesos; y el peso chileno, que pierde un 5% de su valor contra el euro en 2015, marca su cambio más bajo en un año, en los 775 pesos por euro.
Pero el problema no se limita a las monedas latinoamericanas o al rublo. Tras la decisión de China de devaluar su moneda, el yuan, y desligarla del dólar, otros vecinos asiáticos no se están quedando atrás para no perder competitividad con respecto a los productos chinos. Como consecuencia, las apreciaciones que registraban contra el euro hasta hace unas semanas -y que engordaban los resultados que las empresas españoles lograban en esos países cuando los cambiaban a euros- han mudado en depreciaciones -con lo que adelgazan esos resultados-. El ringgit malasio ya se deprecia un 8% contra el euro en 2015, hasta los 4,6 ringgits, y se sitúa en su cambio más bajo desde 2010. Y la rupia indonesia pierde un 3,5% de su valor contra el euro en lo que va de año, hasta las 15.470 rupias. El baht tailandés ya no se aprecia contra el euro en 2015 y las subidas de otras monedas, como la rupia india o el dólar taiwanés, se han moderado.
¿Y la divisa china? Se cambia a 7,10 yuanes por euro, con lo que sigue más fuerte que al cierre de 2014, en los 7,54 yuanes, pero no tan fuerte como en abril, cuando se estiró hasta los 6,55 yuanes por euro.
La 'vacuna' anglosajona
Esta evolución dejará huella en las cuentas de resultados No obstante, algunas compañías, como Santander o Iberdrola principalmente, encontrarán precisamente un antídoto, aunque sea parcial, en las divisas. Más que nada, porque el euro sigue en negativo contra el dólar estadonidense o la libra esterlina en 2015. Por tanto, los ingresos procedentes de estos mercados -o en esas divisas- se traducirán en más euros.Contra el dólar, el euro aún se deja un 7,5% en 2015 y contra la libra, cerca de un 8%. Eso sí, la inestabilidad de las últimas semanas ha suavizado estos descensos. Confirmando su condición como divisa de financiación internacional -con lo que sube cuando vuelve el nerviosismo y baja cuando vuelve la confianza-, el euro ha retornado a los 1,12 dólares, su cambio más alto desde finales de junio.
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