La desolación, sin embargo, es la nota dominante al revisar los epígrafes dedicados al empleo en los programas electorales que presentaron esos partidos a las últimas elecciones generales
"More freedom means more jobs... less government and less taxes"
Todd Akin
Una de las promesas recurrentes en todas las campañas electorales es el empleo. Dotados de la varita mágica del BOE, nuestros políticos se empeñan en transmitir la falsa idea de que ellos son los creadores de empleo. Sí, controlan el presupuesto, y con él la capacidad de aumentar el empleo público, pero ahí acaba su poder.
Bueno, lo anterior tampoco es del todo cierto…
¿Por qué algunos países logran crear más empleo que otros? Esa es la pregunta que se hicieron hace 15 años Pietro Garibaldi y Paulo Mauro, y que respondieron en el interesante texto que puede consultarse aquí.
Lo primero que plantean Garibaldi y Mauro es la necesidad de cambiar el enfoque hacia la creación de empleo; y para ello aducen cuatro razones básicas:
- Es más fácil medir el empleo que el desempleo; recordemos por ejemplo el caso de quienes, desanimados por no encontrar empleo, desaparecen de las listas de desempleados, como los 94 millones actuales de NILF norteamericanos; de ellos ya hemos hablado en esta columna, por ejemplo aquí o aquí.
Todas las medidas que 'protegen' el empleo no tienen efecto alguno sobre el desempleo
- El aumento del empleo reduce los costes totales de financiación social; con el aumento de los empleados, mejora la tasa de dependencia de la sociedad, el número de activos que son necesarios para mantener a un jubilado.
- Se modifican las prioridades políticas; como es fácilmente contrastable, todos los observatorios, políticas activas, convenios y en general todas las medidas que 'protegen' el empleo no tienen efecto alguno sobre el desempleo, mientras que el empleo crece con la posibilidad del empresario y del empleado de adaptar sus posiciones a sus necesidades reales, no las que el político fija.
- La información que proporciona la creación de empleo es mucho más rica que la que se sigue del análisis de su destrucción; así, sabemos que entre diciembre de 2013 y diciembre de 2015, las actividades relacionadas con el empleo (epígrafe 78 del CNAE, y que comprende los servicios dedicados a informar sobre las ofertas de empleo disponibles y a seleccionar o colocar a los candidatos a un empleo) vieron aumentar en casi 45.000 los afiliados a las Seguridad Social, lo que supone un incremento del 35%, de acuerdo con este informe de la CEOE. En él se constata que más de ocho de cada 10 empleos creados en el periodo indicado (casi un millón de afiliados) se dieron en el sector servicios. Se trata de una información proactiva cuyo desglose permite conocer con precisión qué está demandando una sociedad en un momento dado y qué no.
Un estudio clásico de Daveri y Tabellini de la Bocconi señala que la razón fundamental del incremento de los costes laborales en Europa es el incremento de la fiscalidad del trabajo, con dos efectos esenciales: la reducción de demanda de empleo, con el consiguiente aumento del paro, y la caída de la productividad marginal del capital, derivada de la cada vez mayor sustitución del trabajo por capital. Los autores señalan que un incremento de los impuestos al trabajo del 9,4% provoca una caída del crecimiento de 0,4 puntos anuales y, lo que resulta aquí de interés, de cuatro puntos porcentuales en el empleo.
Un estudio clásico señala que la razón fundamental del incremento de los costes laborales en Europa es el incremento de la fiscalidad del trabajo
Un estudio clásico señala que la razón fundamental del incremento de los costes laborales en Europa es el incremento de la fiscalidad del trabajo
El estudio de Garibaldi y Maura señala que incrementos en la denominada protección social no hacen sino provocar aumentos del paro; así, recuerdan que la mayor parte del análisis económico reconoce a mayor subsidio de desempleo, mayor tasa de desocupación y menor tasa de creación de empleo, con una relación directa entre la 'generosidad' de la prestación por desempleo y el incremento del mismo. Su trabajo encuentra evidencias significativas entre el aumento de la imposición al trabajo y el aumento del desempleo. Un muy reciente estudio de Amatov, efectuado a nivel federal en los EEUU, encuentra asimismo evidencias estadísticamente significativas entre el incremento de los tipos marginales máximos a la renta en cada estado federal y la caída del empleo en los distintos sectores; y cómo, del mismo modo, los impuestos sobre la propiedad tienen un efecto directo sobre la radicación de las empresas, e indirecto, por tanto, en la creación de empleo.
Sabemos que en España un sueldo mensual de 900 euros viene a costar 1.300 al empresario; un empleado que cobre 1.500 euros le cuesta 1.000 más a su empleador; y uno de 1.900 euros mensuales le suponen más de 3.000. Dado que toda la investigación económica incide en el terrible efecto que los impuestos tienen en el empleo, así como que las 'políticas activas' de empleo designadas y ejecutadas por la Administración y las bienintencionadas políticas de 'protección social' de los trabajadores en activo no hacen sino dificultar la creación de empleo, deberíamos estar tranquilos al respecto: conscientes de las causas del desempleo, los partidos políticos presentarán propuestas que favorezcan la creación de empleo por los empresarios y que redunden en un mayor beneficio social.
La desolación sin embargo es la nota dominante al revisar los epígrafes dedicados al empleo en los programas electorales que presentaron esos partidos a las últimas elecciones generales, y que siguen a disposición de todos en sus páginas web.
Intervención bienintencionada que no revuelve los problemas de raíz para seguir demostrando la validez de la máxima favorita del político: me lo debéis todo
El Partido Popular plantea una serie de incentivos y subvenciones en determinadas condiciones, unificar rentas mínimas de inserción en las distintas CCAA y flexibilizar el régimen de aplazamientos en las cotizaciones de los autónomos; ni una sola medida real de reducción efectiva de las cargas fiscales laborales que pudieran fomentar el empleo. Quizá la única posibilidad sería que aplicase las medidas que el economista Daniel Lacalle propone en su 'Acabemos con el paro' (Ed. Deusto), dado que alguna de ellas citó el presidente en su intervención del pasado 16 de marzo. Pero habida cuenta de que también pidió una evaluación de la rentabilidad social de las infraestructuras, ahora mismo la posibilidad citada se presenta como una utopía.
Ciudadanos incide en la intervención pública: en vez de reducir las cargas laborales para incentivar el empleo y el aumento salarial, prefieren cargarnos a todos con un complemento salarial a las rentas más bajas, cuyo coste estimado establecen de 7.000 millones de euros (que pagamos todos). La única concesión a la racionalidad está en la reducción de la tributación a las pymes desde el actual 25% al 20%.
El PSOE propone derogar la actual reforma laboral (que, de acuerdo con todos los estudios, es el principal motor de la creación de empleo en la actual legislatura, a pesar de haber tenido que lidiar con una fiscalidad regresiva y agresiva mantenida e impulsada por el titular de Hacienda), aumentar el salario mínimo y 'acercar' la cotización de los autónomos a la Seguridad Social a sus ingresos reales; aquí no solo no hay medidas que vayan a potenciar el empleo, sino que vaticinamos una destrucción del mismo muy significativa de aplicarse en la forma que el programa electoral señala.
El programa de Podemos incide en los errores del PSOE, además de caer en otro que puede ser definitivo: el establecimiento de la jornada laboral de 35 horas, a semejanza de Francia. Bajo la idea (habitual en la izquierda) de que el empleo es como una tarta y que si reducimos nuestro tiempo de trabajo, otro ocupará nuestro lugar, el partido socialista francés estableció esa jornada en 2000; si con Sarkozy (que no la derogó, aunque hoy reniegue de ella y asegure que “ha arruinado Francia”) el ritmo de destrucción de empleo fue de 12.300 trabajos al mes, con Hollande la cifra casi alcanza los 18.000 parados cada mes. El coste salarial se incrementaría inmediatamente en un 14.3% (40h/35h) y la productividad global (factores y trabajo) caería, como ocurrió en Francia, donde lo hizo en más de un 3%. Si del programa del PSOE esperamos aumento del paro, de este solo podemos esperar el colapso del mercado.
En definitiva, más intervención bienintencionada que no revuelve los problemas de raíz para seguir demostrando la validez de la máxima favorita del político: me lo debéis todo.
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