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martes, 24 de mayo de 2016

La regulación de las horas extra perjudica desproporcionadamente a jóvenes y nuevas empresas



[Nota del autor: Esta es una carta que presenté al Comité de Educación y Trabajo de la Cámara. Joe Biden anunció la semana pasada la implantación de una nueva regulación de las horas extra que dañará desproporcionadamente a nuevas y pequeñas empresas y jóvenes. Sera otro engranaje en la enorme maquinaria de regulaciones que impiden construir el futuro a los jóvenes y las nuevas empresas].

Soy un empleado fundador joven de una nueva empresa que ayuda a otros jóvenes a empezar sus carreras. Veo todos los días los pasos que hay que seguir por jóvenes y nuevas empresas para tener éxito en una economía constantemente cambiante. Experimento de primera mano y vicariamente a través de cientos de clientes y vendedores con los que trabajo los sacrificios que hacen estos jóvenes y empresas para llegar al éxito. Aunque entiendo la intención de la regulación de las horas extra, les pido que reconsideren poner esta carga sobre los trabajadores, ya que dañará desproporcionadamente a jóvenes empleados y empresarios por igual.

Tanto nuevas empresas como jóvenes son la savia de una economía innovadora y de progreso y los activadores de un importante cambio social y tecnológico en este país. Las nuevas empresas estás compuestas principalmente por adultos de 24-29 años, jóvenes, para los parámetros tradicionales. Lo correcto es que estos dos grupos trabajen juntos: la necesidad de que dirigir austeramente las operaciones sin expandir recursos como una gran empresa transnacional o una burocracia pública es algo común a ambos. Poner mayores límites  a cómo los jóvenes y las nuevas empresas pueden usar su tiempo extra es como yugular la savia de una nueva economía.

Las personas jóvenes y las empresas jóvenes son similares: les faltan muchos recursos de sus competidores más establecidos, les falta la experiencia de sus competidores más establecidos y las falta la capacidad de influir en los políticos como sus competidores más establecidos. Comparado con un colega mayor, las habilidades del joven palidecen en comparación. Les faltan años de experiencia. Les faltan relaciones para tener éxito en el mercado. Les faltan habilidades que solo se obtiene trabajando muchos años en distintos entornos.

Sin embargo sí tienen una cosa, y este recurso puede ser exponencialmente más importante que cualquier habilidad: tienen tiempo.

El joven tiene el lujo de trabajar muchas horas y levantarse pronto para ir a al oficina antes de que amanezca. Le falta la inflación del estilo de vida de sus colegas mayores que debe atender familias, pagar deudas sobre coches y viviendas y son biológicamente menos enérgicos que sus colegas más jóvenes. Mientras que el empleado mayor puede arreglárselas trabajando solo de 9 a 5, un empleado joven puede elegir trabajar de 9 a 9, entrar, añadiendo más valor a su carrera y a su empresario y buscando el éxito posterior en la vida.

Por supuesto, pueden elegir no hacerlo y muchos lo hacen. Y se benefician de ello. Hacer muchas horas al principio de tu carrera puede verse como invertir en un éxito posterior en dicha carrera. Un adulto que tenga pocas habilidades y pocas relaciones puede aspirar a ello con flexibilidad en las jornadas laborales y la capacidad de exponer una fuerte ética de trabajo que trae esa flexibilidad.

Las regulaciones de las horas extra dañan desproporcionadamente a los jóvenes en este sentido. Estas son las personas para las que estas hora extra de trabajo son más valiosas y hace más difícil a los empresarios permitir que los empleados trabajen estas largas horas (cuando eligen hacerlo) carga al joven y limita su capacidad de tener éxito en el futuro. Limita la capacidad de los principales activadores del cambio y el crecimiento para cambiar y crecer. No solo les daña a ellos, sino a toda la economía en su conjunto.

De forma similar al empleado joven, la empresa joven no tiene los recursos de las establecidas. Una empresa joven no puede ofrecer un salario enorme o grandes prestaciones al principio, pero puede ofrecer la oportunidad de ser parte de algo grande. Los fundadores jóvenes a menudo pasan meses sin recibir paga, solo ganando su “parte de sudor” del tiempo que dedican a ella. Estas empresas se quedarían en los huesos si este tiempo extra (pagado no en efectivo, sino en el potencial de futuras ganancias) se limitara.

Estos jóvenes empleados y empresas son la savia de una economía próspera. Esta regulación dañará a la gente real que empieza sus carreras reales. Es un paso en la dirección errónea disfrazado de buenas intenciones.

Publicado originalmente el 23 de mayo de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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