Carlos Rodríguez Braun comenta un artículo de George Monbiot sobre el neoliberalismo.
Fuera de nuestras fronteras, el pensamiento único suelta tantas bobadas como aquí, o incluso más. Brinda una nueva prueba el escritor y ecologista británico George Monbiot en un artículo en The Guardian titulado: “El neoliberalismo: la ideología que está en la raíz de todos nuestros problemas”. Todos, oiga, todos.
Dirá usted que exagero. Mire lo que ha ocasionado el neoliberalismo: la crisis financiera, la extranjerización del dinero y el poder hacia los paraísos fiscales, el lento desmoronamiento de la sanidad y la educación públicas, el resurgimiento de la pobreza infantil, el colapso de los ecosistemas, la epidemia de soledad y el ascenso de Donald Trump. En serio, lo dice.
Lo primero que llama la atención es el diagnóstico de la realidad, porque no se puede hablar de la crisis sin hablar de las autoridades, puesto que las finanzas están reguladas por los estados; menos aún se puede hablar de unos servicios públicos desmoronados cuando nunca el gasto público en ellos ha sido mayor; del mismo modo que nunca la pobreza infantil ha sido menor y nunca los paraísos fiscales han sido más hostigados. Eso por no hablar de unos supuestos colapsos de los ecosistemas. Y ¿qué decir de un señor que afirma seriamente que el neoliberalismo nos vuelve solitarios y votantes de Trump?
Sólo puede tratarse de una alucinación, parecida a la que esgrimieron nazis y comunistas al demonizar al capitalismo como si nos dominara y nos oprimiera, es decir, precisamente lo que esos regímenes anticapitalistas hicieron. Monbiot, como otros, cultiva esta paranoia, porque nos asegura que el neoliberalismo “surgió como un intento deliberado de remodelar la vida humana y desplazar el centro del poder”.
Antes de que entremos en pánico, recordemos que siempre el totalitarismo ha utilizado elmiedo para desactivar la resistencia popular. Y una persona que agita tamaños disparates, y son unos pocos de los muchos que jalonan su artículo, igual osa plantear alguna definición del mal contra el cual nos advierte. Lo hace: define la filosofía que ha provocado todos los males habidos y por haber. Atención, esto es el neoliberalismo: “Los impuestos y las regulaciones deben ser mínimos, y los servicios públicos deben ser privatizados”.
Repito: esto que expongo aquí es el centro de un artículo largo con casi todos los topicazos antiliberales que usted haya podido leer. Pero dejémoslos de lado, olvidemos a un individuo que cree que hemos sido dominados por Mises y Hayek. Concentrémonos en lo que el liberalismo es, según él, porque eso es lo que nos ha arrasado: los impuestos mínimos y laprivatización masiva.
Como es evidente que eso no ha sucedido, como nunca los impuestos han sido más altos y el sector público más grande, entonces también es evidente que los males que padecemos no pueden deberse al llamado neoliberalismo. Igual, mire usted por dónde, se deben a otra cosa.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 17 de mayo de 2016.
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