© Luis Riestra Delgado.- Publicado el 08/04/2009
El título de este artículo me vino a la mente cuando reflexionaba sobre
nuestra presente crisis bancaria. Seguramente el lector recordará esa excelente
película de Jane Fonda, Jack Lemmon y
Michael Douglas, dirigida por James Bridges;
su título le viene de la figuración según la cual una fusión incontrolada del
núcleo del reactor haría que éste terminara aflorando por las antípodas.
Alguno se preguntará qué tendrá esto que ver con la crisis bancaria o, mejor
dicho, de nuestras cajas de ahorros. Me explico: ¿Se imaginan ustedes que la
Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) supervisara nuestras Centrales Atómicas como el Banco de
España lo ha hecho con las Cajas de Ahorro? ¿Y el Tráfico Aéreo, y el Transporte
de Mercancías Peligrosas? No es que tenga la mala costumbre de responder a una
pregunta con otra, es que lo mínimo que uno espera es que a cierto nivel de
desarrollo debería corresponder cierto nivel de gestión de riesgos, unos riesgos
que, además, son perfectamente conocidos y están igualmente tipificados y, por
lo tanto, evitables. Claramente, alguien no ha hecho su trabajo.
Se podrá pensar que exagero al compararlo con el CSN pero, ¿se imaginan
ustedes lo “bien” que pasaríamos la presente crisis financiera internacional si
el BdE no hubiera permitido el descomunal desequilibrio crediticio de los
balances de las Cajas de Ahorro? ¿Cuántos millones de parados, de españoles
condenados a la miseria y a penar por los contenedores de basura, de aumento de
la delincuencia y sus víctimas, de familias rotas, hacen falta para que
calibremos la responsabilidad de nuestro Banco Central?
Esta es la típica situación en la que uno termina haciendo el trabajo de
algún incompetente al que además le paga su sueldo: me lo veía venir. No he sido
el único, de hecho han sido miles; pienso en todos los ciudadanos que ante la
aparición de un riesgo sistémico han reasignado sus depósitos a otras entidades
como mejor han podido. Todo muy tercermundista.
En fin, que ya puestos, me he ido a la web del BdE (¿o es Bdeh?!) A ver que
dice de sus funciones y, ya de paso, revisar su organigrama, a ver si
encuentro al culpable, que por cierto, sea quien sea, espero salga por la puerta
lo antes posible y no vuelva. No es que desconozca sus funciones, ya que en su
tiempo me especialicé en Macroeconomía y Banca y, en su momento, hacía
recomendaciones a un recién nominado gobernador de un conocido Banco Central de
nuestro “entorno”, es que no me puedo explicar cómo han podido meter la pata en
lo más básico. Tal vez sea por el Principio de Peter, o mejor, de
Ortega.
La verdad es que aunque la web del BdE es muchísimo menos explícita (todo un
síntoma) que la del CSN, que en su página de inicio te pone en los morros su
Misión, aunque todos sepamos -como en el caso del BdE- cual es,
pero así todo el mundo se entera de su Misión; aún y eso, la
del BdE si que aclara a que se dedican (¡uno, vistos los resultados, ya hasta lo
dudaba!), o deberían dedicarse. Tanto por “promover
el buen funcionamiento del sistema financiero” como por “supervisar la
solvencia” del mismo, nuestro BdE ha incumplido su Misión. Obviamente, que no
estuviera clara la Misión no es la causa de la insolvencia crediticia de los
balances de demasiadas cajas de ahorro.
Pues si no es la Misión, ¿será la Organización? Es lo que dicen los
expertos. El Organigrama del BdE está claramente orientado a labores de
diagnóstico (¡venga papeles!) y, tras verlo la primera vez, no se
parece a lo que uno esperaría encontrar, aunque es suficiente para dichas
funciones. Entonces, ¿quién ejecuta?: el Gobernador -siempre según el
organigrama-. Esto último se ve en la estructura de Chairman y CEO, que son,
respectivamente, el Gobernador y el Subgobernador -recientemente “ido”,
¿curioso, no?-.
¿O sea, que el culpable es el Gobernador? Pues, NO; al menos no
este. El desequilibrio de balances por exceso de créditos hipotecarios viene ya
de antes del actual Gobernador, que tomó posesión en Julio del 2006; más o menos
a partir de entonces, más bien SÍ. Pues entonces ha sido el otro. Sí y
no, la “cosa” habría que repartirla. No, si va a resultar que nadie ha
sido. Pues tampoco, la carga principal es colectiva de los toda la alta
dirección del Banco; es de incompetencia general de sus altos directivos, los
que están y los que se han ido: si necesitaban reformas legales han debido
pedirlo alto y claro, como las pediría un responsable de seguridad del CSN y, si
simplemente desconocen cuál es el modelo correcto de asignación de recursos que
necesitaba nuestra economía (asset allocation model) en cada fase de su
ciclo largo, pues entonces son unos incompetentes. Lo que está claro es
que su destrozo no tiene paliativos.
¿Y entonces qué hacemos? Bueno, mientras se reestructura las Cajas
de Ahorro, cuyo coste será una pesada carga fiscal que pasaremos a nuestros
hijos, lo normal sería que una Comisión Parlamentaria se encargara de una
Reforma a fondo del Banco de España, que se renovara su alta dirección y, si
fuera necesario, su Misión. En su situación actual no nos sirve, como lo prueba
su inutilidad en lo más básico para lo que fue creado y cuyo coste pagaremos los
inocentes durante al menos una década. Espero que los culpables no se vayan de
rositas. Entiendo que no es una Reforma fácil, pero creo que al menos he dejado
claro que es necesaria.
…///…
© Luis Riestra Delgado, publicado el 8/4/2009.
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