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jueves, 5 de noviembre de 2015

Las 14 maneras como nos engaña el cerebro a la hora de invertir

 
Por qué seres (supuestamente) racionales como los humanos toman decisiones irracionales
 
Foto: Bolsa de Nueva York. (Reuters)
Bolsa de Nueva York. (Reuters)
 
Coincide en el tiempo la publicación por parte de ‘Business Insider’ de un par de piezas relativas al ‘behavioral finance’, parte de las finanzas que trata de explicar por qué seres (supuestamente) racionales como los humanos toman decisiones irracionales, algo que es extensible a todas las facetas de la vida.
 
Pues bien, entre ambas entradas -una elaborada por el periodista Sam Ro, basada en el libro de Hersh Shefrin ‘Más allá de la avaricia y el pánico’, y otra firmada por Jim Edwards que, a su vez, se hace eco de un informe de Credit Suisse sobre el particular- se recogen hasta 20 maneras en que nuestro cerebro nos engaña para tomar por corriente lo anormal o excepcional. Algunas son redundantes y otras no se aplican directamente al proceso de decisión inversora, por lo que las hemos reducido a 14.
Veamos cuáles son (con ellas les dejo hoy):
 
'Overconfidence'. Exceso de confianza en la propia capacidad para gestionar ’los dineros’ o, dicho de otro modo, pasar de ser listo a creerse el más listo, por encima del mercado o los ciclos económicos. Porrazos históricos se han derivado de esta autotergiversación.
 
'Anchoring'. Falta de capacidad para interpretar los cambios en la realidad circundante en que se desenvuelven nuestras inversiones al estar sesgados por el conocimiento anterior que tenemos y por decisiones tomadas en el pasado. No deja de ser un mecanismo de protección.
 
'Representativeness' o incapacidad de interpretar adecuadamente los datos, haciendo extrapolaciones que no tienen sentido financiero, lo que lleva a decisiones erróneas. Cuando lo que se hace es asociar estructuralmente meras coincidencias circunstanciales, estaríamos ante 'The Clustering Illusion'.
 
'Loss Aversion' o incapacidad para aceptar una pérdida por más que la misma esté justificada. Algo que lleva a doblar posiciones a la baja o a esperar absurdamente a que el título repunte hasta donde nunca va a llegar. Está relacionado con 'The Disposition Effect' o tendencia a una realización rápida de las ganancias mientras nos sentamos pacientemente a esperar sobre las minusvalías, a ver si desaparecen.
 
'Regret Minimization'. Deseo de minimizar los disgustos, muchas veces como resultado de opciones erradas en el pasado que nos han causado cuantiosas pérdidas. Su consecuencia son inversiones timoratas en importe o en objetivo de rentabilidad. Muy relacionado con el anterior.
 
'Frame Dependence'. Este es muy bueno, por lo certero. Se refiere al modo que tenemos de cambiar nuestra tolerancia al riesgo no tanto con base en elementos objetivos cuanto, por ejemplo, por la mera dirección del mercado (si sube, más; si baja, menos). Algo que es lo que lleva a hacer lo contrario de lo que se debe, esto es: a comprar caro y vender barato. Sería el famoso ‘go with the flow’.
 
'Defense Mechanism'. Buscar excusas para los propios errores, algo que indudablemente va unido al exceso de confianza. La culpa, ya saben, del empedrado.
 
'Pattern Seeking'. También relacionado con la sobrevaloración de la propia capacidad, hace referencia al vano intento de convertir probabilidades objetivas en subjetivas a mi favor porque… yo lo valgo. No hay charla sobre inversiones en la que no salgan unas cuantas de estas. Pena que… las matemáticas no engañan. Tiene conexión con la 'Representativeness'.
 
'Hyperbolic Discounting' o preferencia por la ganancia potencial a muy corto plazo frente a la certeza de un beneficio futuro. Más vale pájaro en mano, ya saben. Luego nos quejaremos del cortoplacismo del mercado. ¡Si nos lo pide el cerebro!
 
'Confirmation bias'. Esta es total, y está relacionada con el 'Anchoring'. Recoge la tendencia a fijarnos en aquellas noticias que reafirman la validez de nuestras apuestas e ignorar las que las cuestionan. Es una manera de alimentar la 'Overconfidence'.
 
'Social Conformity'. Somos animales sociales por naturaleza, gregarios. De ahí el nacimiento de los ‘benchmarks’ y de ahí que nos adhiramos a malas ideas por el mero hecho de que son aceptadas por una amplia mayoría (‘the trend is your friend’). Este es otro clásico del mundo de las inversiones.
 
'The Edwards Quant Fallacy'. No importan tanto los datos cuanto hacer buen uso de ellos. Algo que no está de más recordar ahora que el Big Data está tan de moda. Sin personas que interpreten adecuadamente series, establezcan las oportunas correlaciones y propongan las decisiones más adecuadas, la profusión de 'inputs' de conocimiento es inútil.

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