Se habla de estas jurisdicciones como causantes de los
agujeros fiscales de España, pero las cifras no respaldan esta tesis.
D.S.C.
A raíz de la entrada en vigor de la obligación de declarar los bienes en el
extranjero, la Agencia Tributaria ha tenido constancia de 124.000
millones de euros que los contribuyentes españoles mantienen fuera de
nuestras fronteras.
Por otro lado, de acuerdo con las estimaciones de Gabriel Zucman, autor de
La riqueza oculta de las Naciones, los españoles tienen alrededor de
144.000 millones de euros en el extranjero. No obstante, a esa cifra hay que
descontarle el 25% apuntado a bienes inmobiliarios, por lo que el saldo
monetario que los españoles tendrían fuera de nuestro país sería de 108.000
millones de euros.
Cruzando los datos de Hacienda con los estudios de Zucman, podemos ver que
buena parte de los argumentos que solemos escuchar cuando se habla de "evasión
fiscal" se caen por su propio peso:
- De entrada, es importante entender que no tendría sentido declarar activos que no se han canalizado a través de los procedimientos tributarios fijados. En consecuencia, podemos afirmar que el grueso del dinero que los españoles tienen fuera del país es legal.
- Pues bien, aunque Zucman señalaba que los españoles ocultan a Hacienda unos 108.000 millones de euros, los datos que ahora maneja la Agencia Tributaria hablan de 124.000 millones.
- Esto debilita enormemente la argumentación de quienes afirman que una parte importante de la riqueza de los españoles ha sido canalizado hacia el extranjero por la vía de la "evasión fiscal". Y es que, como explicamos en el primer punto, la mayoría de los 124.000 millones que han sido comunicados a Hacienda están fuera de nuestro país de manera perfectamente legal.
¿Cómo se explica, entonces, la enorme diferencia entre lo que argumentaban
las voces más alarmistas con la "evasión fiscal" y lo que poco a poco estamos
comprobando a través de los datos y controles de la Hacienda española?
A grandes rasgos, la discrepancia surge de la no diferenciación entre
"evasión" y "elusión" fiscal. A nivel político y mediático se suele hablar de lo
primero, que efectivamente supone romper las leyes tributarias y no cumplir
correctamente con Hacienda. Sin embargo, en la gran mayoría de casos
deberíamos hablar de "elusión" fiscal, término que denomina a aquellas
operaciones que hacen millones de personas y empresas para aminorar en lo
posible su carga impositiva, siempre de acuerdo con las normas vigentes.
Así, muchos españoles sacan al extranjero su dinero porque quieren invertir
sus ahorros en mercados eficientes que ofrecen un paradigma tributario más
atractivo. Sin embargo, no tiene sentido asociar este tipo de decisiones con la
"evasión fiscal", ya que la gran mayoría de las operaciones de salida se produce
con arreglo a la legalidad vigente.
La 'amnistía fiscal' marcó un antes y un después
La "amnistía fiscal" aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy ha marcado un
antes y un después a la hora de hablar de esta cuestión. Hasta que se dio luz
verde a este programa, se podían admitir las dudas de autores como Zucman a la
hora de evaluar la legalidad del dinero que los españoles atesoran en el
extranjero.
Sin embargo, las ventajosas condiciones que ofreció el Ejecutivo español
suponen un punto de inflexión en este debate, ya que este mecanismo se tradujo
en la recuperación de 40.000 millones de euros que sí habían salido de nuestro
país de manera incompatible con la legalidad.
Por tanto, si acaso este debate tenía cierto sentido antes de 2012, ahora
vemos que la "amnistía fiscal" ha regularizado buena parte de los escenarios
ilícitos que se habían acumulado a lo largo de los años, por lo que insistir en
esta cuestión obedece más a la polémica política que a la realidad financiera de
esta cuestión.
En el peor de los casos, 8.000 millones
El director de la Agencia Tributaria ha señalado que se está
investigando a más de 7.000 contribuyentes con bienes en el extranjero. Tomando
como referencia los datos de 2014 (106.782 millones declarados por 91.262
contribuyentes), podemos estimar que, en el caso de que la mitad de estos
expedientes se resuelvan de manera contraria a los ciudadanos afectados, el
dinero defraudado supondría unos 4.000 millones de euros, muy lejos de las
grandes cifras que suelen manejarse.
De hecho, si la totalidad de expedientes obedeciesen a procedimientos de
"evasión fiscal", hablaríamos de 8.000 millones, también una cifra que solamente
se cobraría en una ocasión y que está muy alejada de los grandes titulares que
hemos leído en relación con el déficit y la "evasión fiscal".
No es una solución a nuestros problemas fiscales
Muchas de las declaraciones políticas que se dedican a la cuestión de los
"paraísos fiscales" tienen que ver con el problema de déficit público que viene
arrastrando España desde el estallido de la crisis. Partidos de nuevo cuño como
Podemos no han dudado en afirmar que esta es una de las vías que puede permitir
recaudar más dinero y así financiar políticas de gasto que no empeores el cuadro
presupuestario.
Sin embargo, ni siquiera bajo este supuesto podemos darle la razón a las
voces más alarmistas. Por ejemplo, si tomamos como referencia los 108.000
millones de euros que señalaba Zucman y los gravamos a un tipo del 25%, vemos
que se aflorarían unos 27.000 millones de euros en un único ejercicio. Esta
inyección sería notable si se diese de manera estructural, pero hablamos de todo
lo contrario, ya que ese dinero solamente se cobraría una vez y no solucionaría
el problema de déficit que atraviesa España.
Informes fantasma y economía sumergida
De hecho, llama la atención que quienes hablan de "evasión fiscal" suelen
apelar a informes fantasma que nadie ha visto (como el de Gestha) y no
presten atención a un problema similar que sí puede transformar de manera
estructural el marco económico español.
Se trata del "fraude fiscal" y la "economía sumergida". Las estimaciones
publicadas en los últimos años apuntan que entre el 15% y el 20% del PIB se
mueve "en negro". Aflorar estas actividades supondría un cambio radical:
Randstad calcula que hay 3,2 millones de españoles trabajando "en B", por lo que los cambios que
favorezcan la regularización de estas situaciones significaría menos gasto
público, más ingresos fiscales, más empleo formal, etc.
El "mito suizo"
Al igual que vemos con la continua confusión entre "evasión" y "elusión"
tributaria, lo cierto es que otros debates sobre los "paraísos fiscales" también
se mueven en base a tópicos y no a datos.
Por ejemplo, el propio Gabriel Zucman ha explicado que, aunque a menudo se
habla de Suiza como de una jurisdicción que capta cada vez más capitales del
resto de países europeos, lo cierto es que dicho país apenas ha ganado cuota en
los últimos 35 años, como demuestra la siguiente gráfica:
De los bienes declarados en el extranjero, los "paraísos fiscales" son una
parte minoritaria. Sobre el total, Andorra apenas supone un 4% mientras que
Panamá, Irlanda o Uruguay suman respectivamente alrededor de un 1%.
Países como Reino Unido o EEUU suman un 5% cada uno, porcentaje similar
al de Francia. Brasil, Alemania, Bélgica y Chile suponen respectivamente un 4%,
3,5%, 3% y 2%.
Suiza y Luxemburgo ascienden al 20% y 10%, pero el primer país ha dado muchos
pasos para dejar de ser considerado "paraíso fiscal" y el segundo ni siquiera
suele entrar en esta lista, a pesar de que en algunos aspectos financieros
recibe críticas por parte de la OCDE y las autoridades europeas. Holanda se
anota el 7,5%.
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