Buscar este blog

jueves, 17 de septiembre de 2015

El día después de la Reserva Federal: ¿un dólar más caro o más barato?

 
 
La reunión de este mes de septiembre del Comité de Mercado Abierto del Banco Central americano, aquél que tiene la potestad de decidir cuánto vale el dinero, se presentaba decisiva. Tras siete años de continuos estímulos monetarios, el mercado muestra síntomas de agotamiento, los cuales son enormemente dependientes de las decisiones de los bancos centrales, de sus constantes impulsos a los mercados financieros.
 
Sin embargo, la reunión de la Fed ha vuelto a ser una nueva representación de la Fábula de Fedro o, como es más conocida, el parto de los montes, donde después de grandes dolores, parieron a un simple ratoncillo. Las expectativas eran demasiado altas -a pesar de que la probabilidad de que se produjera la subida de tipos había caído a la mitad en un mes- y los bancos centrales prefieren actuar a través de la sorpresa para ganar efectividad en sus medidas.
 
A pesar de esto, las últimas reuniones de la Fed siguen un mismo hilo conductor. Prefieren terminar de convencer al mercado de que es necesaria la subida de tipos de interés y que esta decisión se tomará pronto. La cercanía de la inflación al objetivo del 2% anual y el output gap (diferencia entre el crecimiento actual y el potencial de la economía) respaldan que los tipos de interés sean más altos.
En este sentido, el mercado ya está prácticamente convencido de que el precio al que piden prestado el dinero los bancos americanos a la Fed va a subir, quizá antes de final de año. Sin embargo, los inversores van mucho más allá. Llevan comprando dólares (en forma de bonos del Tesoro americano) tres años bajo la expectativa de subida de los tipos. Precisamente, lo que está en juego es si estos mismos inversores seguirán comprando dólares. Y en esta decisión, la variable clave no es una subida ahora de los tipos sino si las subidas de tipos van a continuar en el tiempo.
 
Hablamos, por tanto, de que la variable relevante son las expectativas. Si la Fed, cuando suba los tipos, da el mensaje de que no va a ser la única subida y que en los próximos tiempos seguirá encareciendo el precio del dinero, el mercado reaccionará comprando más dólares. Por el contrario, si la Fed dice que es la única subida de tipos, los inversores tenderán a vender sus dólares y comprar otras divisas como el euro. Esto es, en román paladino, comprar con el rumor y vender con la noticia.
 
El dólar es, sin duda, el indicador más importante y determinante no sólo para los inversores americanos sino también para los extranjeros. La mayor parte de los productos y servicios que Estados Unidos vende en el exterior, basan su competitividad en el precio (y no vía diferenciación de producto como ocurre en Alemania) y, por tanto, dependen enormemente de un dólar barato.
 
En este escenario, en suma, ya ni siquiera lo relevante es qué haga hoy la Fed, sino qué hará mañana, pasado mañana y así hasta 2018, momento en que esperamos que los tipos de interés vuelvan al nivel que tenían antes del estallido de la crisis financiera.
 
Javier Santacruz Cano es socio de China Capital y profesor del IEB

No hay comentarios:

Publicar un comentario