El ritmo de crecimiento y de creación de puestos de
trabajo se ralentizará en el segundo semestre.
M. Llamas
El mal dato que cosechó el empleo en agosto no solo avanza un menor crecimiento del PIB en el segundo semestre del año, sino
una ralentización en la creación de nuevos puestos de trabajo.
La afiliación a la Seguridad Social bajó en 134.289 personas en agosto,
mientras que el paro registrado aumentó en 21.679 nuevos inscritos en el antiguo
Inem, debido al fin del período estival. Esto refleja una cierta pérdida
de dinamismo en el mercado laboral, ya que, si bien la creación de
empleo avanzó a un ritmo interanual del 3,4% y el paro se redujo un 8,1%
respecto a agosto de 2014, ambas tasas son algo más bajas que las registradas en
los meses previos.
Y lo más relevante es que, una vez eliminado el efecto estacional, la
Seguridad Social perdió 13.982 afiliados, su primer
descenso en dos años -exceptuando la leve caída del pasado mayo-,
protagonizando así una ruptura en la tendencia de creación de
empleo que se registra desde mediados de 2013.
Según la patronal de empresas de empleo temporal, Asempleo, estos datos apuntan "a una leve
desaceleración en el crecimiento interanual de la ocupación durante los
próximos meses, manteniendo este ritmo en el 2,6% interanual,
lo que llevaría a cerrar el tercer trimestre de 2015 alrededor a los 18
millones de ocupados".
Es decir, a pesar de que el mercado laboral seguirá mejorando a nivel
interanual, "se ralentiza el ritmo de creación de empleo en el
segundo semestre del año".
En este sentido, el presidente de Asempleo, Andreu Cruañas,
advierte de que "es innegable que estamos ante un cambio de
rasante: el rápido ritmo de descenso del desempleo se ha
encontrado en un terreno más llano en el que va a haber que aplicar más energía
y mejor combustible".
Así pues, "la creación de empleo ha consumido un primer cohete
impulsor que nos ha ayudado a despegar; pero que, para continuar
subiendo, necesita la ignición de otro cohete con mejor tecnología",
añade. "Hay que superar la fase en la que las necesidades de las empresas han
ido por un lado, la formación de los trabajadores por otro y las políticas
públicas por un tercero. Ahora es imprescindible liderar, coordinar y contar con
los mejores en cada especialidad", concluye Cruañas.
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