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lunes, 28 de septiembre de 2015

Origen del sistema monetario internacional de Bretton Woods y su base en el oro

 
Keynes Bretton Woods
 
(OroyFinanzas.com) – En julio de 1944, delegados de 44 naciones se reunieron en el Hotel Mount Washington, en Bretton Woods (New Hampshire, EE.UU.), para establecer un nuevo sistema monetario internacional para el mundo de después de la Segunda Guerra Mundial que, desde entonces, sería conocido como los acuerdos de Bretton Woods.
 
La reunión tenía como finalidad crear un nuevo sistema monetario internacional que regiría una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, y que estaría basado en las lecciones aprendidas del pasado, como la utilización de los estándares del oro como patrón y la experiencia adquirida de la Gran Depresión y, de esta forma, de forma oficial facilitar la reconstrucción de las naciones devastadas por el conflicto bélico e impulsar el desarrollo económico de las naciones.
 
Las negociaciones previas a la conferencia llevaban ya más de dos años celebrándose y fueron innumerables las reuniones bilaterales y multilaterales en las que participaron multitud de expertos financieros. Los acuerdos de Bretton Woods deberían oficializar un nuevo sistema monetario internacional que garantizara la estabilidad del tipo de cambio, evitara las devaluaciones competitivas y promoviera el crecimiento económico. Y no fue sencillo pues aunque todos los participantes estaban de acuerdo en los objetivos del nuevo sistema, en la forma de llevarlo a cabo existían divergencias. Por eso, la puesta en marcha del nuevo sistema requirió de un enorme compromiso internacional.
 
Dos posturas distintas durante Bretton Woods: Keynes vs Dexter White
Los principales diseñadores del nuevo sistema fueron el inglés John Maynard Keynes, asesor del Tesoro británico y Harry Dexter White, economista internacional jefe del Departamento del Tesoro de los EE.UU.
 
Keynes, uno de los economistas más influyentes de la época (y podría decirse que aún hoy en día), defendía la creación de una gran institución internacional, dotada recursos y autoridad suficiente, para poder intervenir en tiempos de crisis y que tuviera la capacidad necesaria para hacer frente a la aparición de desequilibrios. El plan Keynes giraba en torno a la creación de un banco central global -llamado la Unión de Compensación-, que sería el responsable de emitir una nueva moneda internacional, -a la que denominó “Bancor”-, que sería empleada para resolver los posibles desequilibrios internacionales. El valor del “Bancor” sería establecido en relación a 30 materias primas o mercancías básicas, una de las cuales sería el oro.
 
Un plan que reflejaba las preocupaciones de Keynes sobre la economía de la posguerra mundial y sus temores a que los Estados Unidos experimentaran otra depresión, que arrastraría a otros países a un déficit en su balanza de pagos, obligándolos a elegir entre la estabilidad interna y la estabilidad del tipo de cambio.
 
Por su parte, White abogaba por la creación de una nueva institución monetaria –no tan poderosa como la Unión de Compensación-, llamada el Fondo de Estabilización que, en lugar de emitir una nueva moneda, estaría financiado por distintas monedas nacionales y oro, por un valor total de 5 millones de dólares.
 
Finalmente, White impuso su punto de vista en Bretton Woods y el dólar estadounidense se consagró como nueva moneda de reserva mundial, aunque tuvo que realizar algunas concesiones a la propuesta del británico. Si algún país tuviera un superávit en la balanza de pagos y su moneda escaseara en comercio mundial, el fondo podría actuar y autorizar importaciones limitadas del país con superávit en su balanza comercial. Además, el total de recursos para el fondo se elevaron desde los 5 millones hasta los 8,5 millones.
 
Las instituciones surgidas por Bretton Woods
 
Superadas las discrepancias, los 730 delegados en Bretton Woods acordaron además establecer dos nuevas instituciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) que supervisaría los tipos de cambio y proporcionaría divisas de reserva a los países con déficit en su balanza de pagos y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, ahora conocido como Banco Mundial, que sería el responsable de prestar asistencia financiera para la reconstrucción de los países asolados por la guerra, además de impulsar el progreso económico de los países menos desarrollados.
 
El FMI entró en existencia formal en diciembre de 1945, cuando sus primeros veintinueve países miembros firmaron el Convenio Constitutivo. Los países se comprometieron a mantener sus monedas a un cambio fijo pero ajustable (dentro de una banda del 1%) con el dólar, y el dólar quedó fijado al oro, a un precio “inamovible” de 35 dólares por onza.
 
Para el año 1958, el sistema de Bretton Woods estaba vigente y completamente establecido. Según los términos acordados, los Estados Unidos tenían la responsabilidad de mantener el precio del oro fijo y ajustar la oferta monetaria de dólares, de forma que perdurara la confianza en su moneda gracias a la convertibilidad de la misma en oro. Sin embargo, las políticas económicas y monetarias estadounidenses provocaron que la enorme cantidad de dólares circulantes en el extranjero, ya no estuvieran garantizados por el oro de sus reservas, de forma que no podían cumplir con la obligación de canjearlos por oro, al precio establecido. Así que el 15 de agosto de 1971, el presidente Richard Nixon puso fin a la convertibilidad del dólar en oro, de forma unilateral. Los acuerdos de Bretton Woods eran, de facto, papel mojado y el consenso internacional alcanzado en 1944 saltaba por los aires. Sin embargo, las instituciones que alumbraron –FMI y BM- seguirían funcionando hasta nuestros días.
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