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domingo, 1 de mayo de 2016

El mentiroso cuidado de la clase media


La llamada clase media no es ninguna clase, ni representa ninguna categoría sociológica precisa (véase esta joya de Francis Korn). Se trata en los países desarrollados simplemente de la mayoría de la población, como se comprueba cada vez que se le pregunta a la gente de qué clase es: casi todos nos declaramos de clase media. Con el progreso económico y la consecuente reducción de la pobreza, ese vasto grupo intermedio se extiende considerablemente. De ahí que los políticos insistan en aclarar que van a cuidar con esmero a la clase media. Si son izquierdistas o populistas o anticapitalistas, jurarán que van a beneficiar a la clase media, y sólo descargarán el coste de sus políticas sobre los asquerosos ricos, regalando así el paraíso en la otra esquina para el 99% de la población, a costa del odioso 1% de privilegiados. Como dice el tango, todo esto es mentira, mentira.

Es imposible que los políticos cuiden a la clase media cuando ninguno quiere reducir el Estado, que es financiado por la mayoría de la población. Y nunca podría ser de otra manera, dada la enorme dimensión de los Estados modernos: no hay forma de financiarlos quitándoles el dinero exclusivamente a los ricos.

Para ratificar el diagnóstico sobre el engaño político del cuidado de la clase media conviene atender no sólo a las propuestas de mantenimiento o incremento del gasto público, sino también a las ideas de los políticos en torno a los impuestos. Este consejo deriva de una antigua regularidad: los políticos, señora, siempre le dirán que van a subirles los impuestos a los demás, no a usted. No les crea: eso no sucede nunca. Le pongo un ejemplo.

Varios partidos, desde los de izquierdas hasta Ciudadanos, han propuesto “armonizar” los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones. Cada vez que oiga usted la palabra “armonizar” relacionada con impuestos, le recomiendo que la traduzca como “subir”, y además que observe que es usted quien va a pagar más, y no su vecina.

Cuando uno levanta la mano para protestar, en seguida nos tranquilizan alegando que a nosotros no nos va a tocar. Otra vez, el viejo truco. En el caso de Patrimonio, he leído que varias propuestas, destinadas a tranquilizar a la clase media, pasan por establecer unos tipos mínimos para patrimonios inferiores al millón de euros, o incluso dejarlos exentos. Dirá usted: benditos políticos, sólo van a por los ricos.

Pero este es un país de propietarios, y de gente mayor: el porcentaje de españoles que somos dueños de nuestras viviendas es el más elevado de Europa. Es decir, todos tenemos patrimonio. Ahora, señora, señor, empecemos a sumar las propiedades, los ahorros, inversiones pequeñas aquí y allí…El resultado es inquietante, porque igual el número de personas con patrimonios gravables es grande, y si “armonizan” el Impuesto, millones de ciudadanos que hoy no pagan o pagan poco habrán de pagar o pagar mucho. Eso sí, van a cuidar a la clase media, dicen.

Este artículo fue originalmente publicado en La Razón (España) el 27 de abril de 2016.

Carlos Rodríguez Braun es doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la misma universidad. Su blog se encuentra en www.carlosrodriguezbraun.com y su cuenta de Twitter es @rodriguezbraun.
La llamada clase media no es ninguna clase, ni representa ninguna categoría sociológica precisa (véase esta joya de Francis Korn). Se trata en los países desarrollados simplemente de la mayoría de la población, como se comprueba cada vez que se le pregunta a la gente de qué clase es: casi todos nos declaramos de clase media. Con el progreso económico y la consecuente reducción de la pobreza, ese vasto grupo intermedio se extiende considerablemente. De ahí que los políticos insistan en aclarar que van a cuidar con esmero a la clase media. Si son izquierdistas o populistas o anticapitalistas, jurarán que van a beneficiar a la clase media, y sólo descargarán el coste de sus políticas sobre los asquerosos ricos, regalando así el paraíso en la otra esquina para el 99% de la población, a costa del odioso 1% de privilegiados. Como dice el tango, todo esto es mentira, mentira.
Es imposible que los políticos cuiden a la clase media cuando ninguno quiere reducir el Estado, que es financiado por la mayoría de la población. Y nunca podría ser de otra manera, dada la enorme dimensión de los Estados modernos: no hay forma de financiarlos quitándoles el dinero exclusivamente a los ricos.
Para ratificar el diagnóstico sobre el engaño político del cuidado de la clase media conviene atender no sólo a las propuestas de mantenimiento o incremento del gasto público, sino también a las ideas de los políticos en torno a los impuestos. Este consejo deriva de una antigua regularidad: los políticos, señora, siempre le dirán que van a subirles los impuestos a los demás, no a usted. No les crea: eso no sucede nunca. Le pongo un ejemplo.
Varios partidos, desde los de izquierdas hasta Ciudadanos, han propuesto “armonizar” los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones. Cada vez que oiga usted la palabra “armonizar” relacionada con impuestos, le recomiendo que la traduzca como “subir”, y además que observe que es usted quien va a pagar más, y no su vecina.
Cuando uno levanta la mano para protestar, en seguida nos tranquilizan alegando que a nosotros no nos va a tocar. Otra vez, el viejo truco. En el caso de Patrimonio, he leído que varias propuestas, destinadas a tranquilizar a la clase media, pasan por establecer unos tipos mínimos para patrimonios inferiores al millón de euros, o incluso dejarlos exentos. Dirá usted: benditos políticos, sólo van a por los ricos.
Pero este es un país de propietarios, y de gente mayor: el porcentaje de españoles que somos dueños de nuestras viviendas es el más elevado de Europa. Es decir, todos tenemos patrimonio. Ahora, señora, señor, empecemos a sumar las propiedades, los ahorros, inversiones pequeñas aquí y allí…El resultado es inquietante, porque igual el número de personas con patrimonios gravables es grande, y si “armonizan” el Impuesto, millones de ciudadanos que hoy no pagan o pagan poco habrán de pagar o pagar mucho. Eso sí, van a cuidar a la clase media, dicen.
Este artículo fue originalmente publicado en La Razón (España) el 27 de abril de 2016.

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