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domingo, 20 de septiembre de 2015

Agárrense que vienen curvas: los emergentes, al inicio de una crisis mucho más profunda

La crisis de los países emergentes es mucho más que una tormenta. Es el inicio de una crisis que puede durar años y que requerirá medidas de ajuste parecidas a las de España en los últimos años


Foto: Imagen del festival Rock in Rio, en Río de Janeiro, Brasil. (EFE)
imagen del festival Rock in Rio, en Río de Janeiro, Brasil. (EFE)

"La tormenta emergente será mucho más intensa y duradera de lo que descuenta el mercado. Se han alineado una serie de astros que configuran una situación extremadamente negativa para muchos países. Habrá países más y menos afectados, pero llegan años muy difíciles, que podrían dejar más de una quiebra soberana". Así de contundente se muestra la gestora Arcano en un detallado informe titulado "Crisis emergente en economías demergentes" en el que advierte de la que se viene encima a los inversores en estos países, entre los que se encuentran algunas de las principales empresas españolas.
No es la primera firma que alerta de que la crisis emergente puede ser mucho más grave de lo que parece, pero sí hace un análisis muy detallado para justificarlo. El estudio que firma Ignacio de la Torre, columnista de Cotizalia, parte de que la extraordinaria bonanza que han vivido los emergentes en los últimos años es fruto de una conjunción extraordinaria de factores que se ha venido abajo y es difícil que se repita: bajos costes laborales que permitían una gran competitividad de sus exportaciones, crecimiento de la clase media gracias a este desarrollo y boom de los precios de las materias primas, con el apoyo adicional de los bajos tipos de interés en Occidente por la crisis financiera.
El problema es que estos países no aprovecharon las vacas gordas para hacer reformas que mejoraran su productividad y diversificaran su economía más allá de las materias primas, ni impidieron la creación de burbujas de activos que terminarán por estallar. La confluencia de ese estallido con el cambio de ciclo de sus economías puede ser devastadora y provocar una crisis tan grave como la que ha vivido Occidente en los últimos años, a juicio de Arcano. Sólo falta que se corte el crédito para tener el círculo vicioso, algo que puede ocurrir a raíz de algún acontecimiento con resonancia mediática, lo que se conoce como "momento Minsky" (en el caso de Occidente, ese momento fue claramente la quiebra de Lehman, que hizo que la crisis que se estaba larvando hacía años estallase).
La crisis china se asemeja a la de Lehman. (Reuters)
La crisis china se asemeja a la de Lehman. (Reuters)
 China, la nueva Lehman Brothers
En el caso actual, ese giro puede tener su origen en China, según De la Torre. Es el mayor consumidor de materias primas del mundo, por lo que la caída de sus importaciones supone una catástrofe para los países productores: menor demanda con oferta creciente debido a las inversiones realizadas durante la bonanza se traduce en el desplome de precios que estamos viendo. Como, además, las materias primas son la principal fuente de ingresos fiscales de estos países, no tienen más remedio que aumentar impuestos o reducir gasto público, lo que agrava la recesión. Además, ha arrastrado a una fuerte devaluación de sus monedas (lo que hunde los ingresos de las empresas extranjeras en esos países, como las españolas).
La crisis china tiene otro elemento crucial que la asemeja a la de Lehman: la pérdida de confianza. Los inversores tienen miedo y huyen de las economías emergentes, que además suelen presentar déficit por cuenta corriente. Esto deriva bien en subidas de tipos -como las que está adoptando Brasil-, bien en un ajuste de la demanda interna similar al sufrido por España durante la crisis, donde ésta se redujo un 19%. En ambos casos la consecuencia es la misma: más recesión. Combinando todos estos elementos, Arcano llega a la conclusión de que la crisis emergente va a ser mucho más profunda y que sólo estamos al comienzo de la misma.
Las burbujas de activos, sobre todo inmobiliarios, estallarán con la salida de flujos y el fin del crédito, lo que a su vez disparará la morosidad
Las devaluaciones de divisas para recuperar rentabilidad se extienden de un país a otro, con lo que al final son ineficaces, y también se contagian a Estados no productores de materias primas (pero con déficit por cuenta corriente), como Turquía. "En un contexto de subida de tipos en EEUU, el capital se verá atraído hacia ese país, máxime en un contexto de aversión al riesgo. Por tanto, los países con déficit de cuenta corriente sufrirán, y mucho", concluye el informe.

Estallido de burbujas y crisis bancaria

Finalmente, las burbujas de activos, sobre todo inmobiliarios, estallarán con la salida de flujos y el fin del crédito, lo que a su vez disparará la morosidad y la pérdida de valor de las garantías de los préstamos concedidos en la burbuja, lo que significa una crisis bancaria (como sabemos bien en España) que a su vez restringirá el crédito y, con él, la inversión y el consumo en estos países. Con el añadido de que en este caso gran parte de este crédito está en dólares: con la devaluación, los ingresos para pagar estas deudas bajan, mientras que ésta es la misma. Finalmente, los Estados tendrán que rescatar a sus bancos, pero algunos no tendrán capacidad para hacerlo e incurrirán en impago (default) soberano.
Todo esto hace que la crisis actual sea mucho más que una tormenta de verano. Algo que parece empezar a pensar la propia Reserva Federal cuando cita esta amenaza como principal causa para retrasar el inicio de las subidas de tipos. Además, esta crisis tiene muchas similitudes con la que ha sufrido nuestro país: "Las crisis bancarias unidas a crisis económicas pueden resultar devastadoras, como bien sabemos en Occidente", asegura Arcano. Efectivamente, sabemos que duran mucho y las medidas de ajuste tienen unas consecuencias muy duras para la población... y para los inversores.

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