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miércoles, 17 de febrero de 2016

El león económico chino

La UE quiere invertir en sectores como petróleo, gas o telecomunicaciones

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China es un león dormido. Napoleón Bonaparte una vez advirtió: "Dejad que duerma porque cuando despierte, conmocionará al mundo". En un discurso en París, Xi Jinping, el actual Presidente de la República Popular de China, enfatizó la ambición china de "invertir en el extranjero", y afirmó que China "ha despertado, pero es un león apacible, agradable y civilizado".


Desde la reciente ralentización de la economía china y el nuevo acuerdo comercial (Transalantic Trade Partnership - TPP) entre los EE.UU. y sus aliados asiáticos, China ha estado muy interesado en el aumento de sus relaciones comerciales con la Unión Europea. Xi Jinping viajo a París en marzo 2015 para negociar el acuerdo de inversión entre la UE y China con el fin de minimizar las barreras a la inversión, tanto para las empresas chinas como para las europeas en sus respectivos países.

Desde el Observatorio de Corporate Finance IEB-Deloitte destacan que "La UE quiere invertir en los principales sectores estratégicos en China como telecomunicaciones, petróleo y gas, tecnología y servicios financieros que hasta ahora han sido limitados a empresas chinas. Si el nuevo tratado abre estos sectores, habrá gran auge de inversión extranjera directa en China. Del mismo modo, la UE facilitará las inversiones en el extranjero para las empresas chinas".

Este tratado de inversión asistirá a la transformación económica de la economía china de empresas de propiedad estatal a empresas privadas y de empresas industriales a empresas de consumo. También motivará a más empresas chinas a invertir en el extranjero. Pero el Gobierno chino no sólo quiere que los productos sean "Hechos en China", sino también que los productos y servicios que se fabriquen en el extranjero satisfagan a los consumidores chinos, bajo el lema "Hecho para China". A medida que aumenta la clase media china, hay una mayor demanda de productos de alta calidad agrícolas, productos de alta tecnología y productos de consumo de alta gama.

Desde 2012, China es el tercer mayor inversor extranjero a nivel mundial, siendo la Unión Europea, el principal destino para sus inversiones. Asimismo, la Unión Europea es un gran inversor en China, país que se convirtió en el mayor receptor mundial de Inversión Extranjera Directa (IED) en 2014. La UE es el mayor mercado de exportación de China y el tercero, para los exportadores de la UE. Por lo tanto, la UE es el mayor socio comercial de China en el mundo.

China no siempre ha estado abierta a los beneficios de la inversión extranjera ya que ha tenido una historia económica muy difícil. Desde principios de 1500 hasta principios de 1800, la economía china fue la más grande del mundo, debido al tamaño de su mercado interno. En el 1800 se mantuvo al margen de la revolución industrial, experimentando un aislamiento y debilitamiento económico hasta 1950 y luego, a partir de 1978, comenzó a crecer nuevamente.

Las reformas económicas chinas construyeron, con éxito, un entorno mejorado tanto para las empresas estatales como para las privadas, proveyéndolas con los recursos necesarios, tales como infraestructuras, acceso al capital y una fuerza de trabajo más preparada.

Debido a su producción industrial, China cuenta con enormes excedentes comerciales y grandes reservas en moneda extranjera. Cuenta, además, con las mayores reservas de divisas del mundo, más de 4 billones de dólares, un increíble 40% del PIB del país. Como consecuencia, China se ha convertido en una plataforma mundial de fabricación, y tiene, actualmente, la economía manufacturera más grande del mundo. Por ejemplo, China produce alrededor del 80% de los aparatos de aire acondicionado del mundo, el 80% de los paraguas del mundo, el 70% de los teléfonos móviles y el 60% del calzado del país. También se convirtió, en el año 2007, en el mayor productor mundial de dióxido de carbono, el principal gas causante de efecto invernadero, responsable del calentamiento global. Esto se debió a la creciente demanda de carbón para generar electricidad y a un aumento en la producción de cemento para construir infraestructura.

El rápido desarrollo de China es un milagro económico. Ningún país en el mundo ha crecido de una manera tan vertiginosa. Según The Economist, Gran Bretaña tardó más de 150 años desde el inicio de la revolución industrial en duplicar el PIB por persona (medido en paridad de poder adquisitivo), de 1.300 a 2.600 dólares. Alrededor de 120 años después, Estados Unidos, con una población de tamaño similar al Reino Unido, logró lo mismo en un tercio del tiempo. China lo ha logrado en sólo doce años.

Contrariamente a la sabiduría contemporánea y a sus logros económicos, China sigue siendo un país en desarrollo a pesar de que cuenta con el segundo mayor número de multimillonarios (430) en el mundo después de los EEUU (537). China, con un ingreso per cápita en términos de PPA de 13,224 dólares, se clasificó 88º en el mundo, por PIB en 2015, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). España, se clasificó 33º con un ingreso per cápita de 33,835 dólares. Mao Yushi, un eminente economista chino de 85 años de edad, explica: "No es ninguna sorpresa que China tenga una gran economía, esto se debe a que tiene una gran población," dice Mao. "China es grande, pero no es fuerte."

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