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domingo, 4 de octubre de 2015

La Gran Moderación

La Gran Moderación

El ajuste a través de recortes salariales y reducciones de plantilla está casi concluido





La principal estadística publicada en la semana última ha sido la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL), referida al segundo trimestre del año. El coste laboral total por trabajador y mes ascendió a 2.591,5 euros, de los cuales, 1.941,7 (el 75%) fue coste salarial y 649,8 el no salarial. Tomando los datos corregidos de calendario laboral y estacionalidad, el coste total por trabajador aumentó un 0,2% respecto al trimestre anterior y un 0,4% respecto al mismo periodo del año anterior. En ambos casos, estamos ante aumentos muy moderados, casi desconocidos en la historia económica española reciente. Claro que también la inflación de los precios de consumo o la de los precios industriales muestra una moderación incluso superior, ya que está en tasas negativas.

Somos más pobres

El INE acaba de publicar la revisión de la contabilidad anual de los cuatro últimos años (2011-2014), cuyos datos eran provisionales o de avance. Hasta ahora esta operación se llevaba a cabo en los meses de agosto. Ahora se ha retrasado y esto plantea problemas de consistencia, pues no ha llevado aparejada la adaptación a las nuevas cifras anuales de la contabilidad nacional trimestral, publicadas sólo hace tres semanas, con las que los analistas seguimos la coyuntura y hacemos nuestras previsiones. Además, la información proporcionada es incompleta. El INE debería replantearse el calendario. El caso es que las nuevas cifras nos dicen que la recesión ha sido más profunda y que hemos perdido más renta de la inicialmente estimada. Concretamente, entre 2010 y 2013 el PIB cayó casi punto y medio porcentual más de lo calculado. Ello fue fundamentalmente por el menor gasto en consumo.
Es este un fenómeno mundial, contra el que los bancos centrales luchan como nunca antes en la historia, pero con escaso éxito hasta ahora. Habría que hablar mucho del tema, pero simplificando podría decirse que este escaso éxito obedece a que solo una parte de la moderación de los precios tiene como causa la debilidad de la demanda, que es lo que la política monetaria puede atacar aumentando la financiación al sistema para que los consumidores y empresarios gasten más. Incluso en este punto el objetivo de los bancos centrales choca con un obstáculo: los agentes económicos están muy endeudados y difícilmente van a aumentar mucho su gasto a costa de endeudarse todavía más. Pero es que otra causa importante de la baja inflación tiene su origen en la oferta, concretamente en la deflación importada como consecuencia de la globalización. Lo llevamos viendo desde hace muchos años, incluso antes del inicio de la crisis, cuando las tasas de inflación apenas superaban los objetivos oficiales a pesar de que la mayoría de economías mostraban signos de recalentamiento y generaban burbujas que luego han sido muy caras de absorber. Ahora lo vemos en la caída de los precios de la energía, materias primas e incluso productos terminados procedentes de China y otros países emergentes. En estas condiciones, intentar llevar la inflación a tasas del 2% es tarea casi imposible.
Además de estas consideraciones globales, en España tenemos argumentos adicionales para que los precios y salarios se mantengan incluso más contenidos que en los países de nuestro entorno. Si los salarios son el precio que hace casar la oferta y la demanda en el mercado laboral, por mucho que este mercado esté muy regulado y sea bastante rígido, ¿cómo van a subir cuando la tasa de paro está por encima del 22%? Tanto más cuanto la reforma laboral redujo notablemente dicha rigidez e introdujo más dosis de competencia. 
Foto

En el gráfico superior  puede verse que a partir del primer trimestre de 2012 el coste laboral nominal apenas ha subido.
Esta moderación salarial supuso pérdidas de poder adquisitivo para los asalariados entre 2010 y 2014, ya que el IPC aumentó más que los salarios en esos años, si bien en buena parte se debió al aumento de los impuestos indirectos. Pero la caída de la inflación a partir de 2014, especialmente en el primer semestre de este año, ha hecho que el poder adquisitivo vuelva a aumentar. En términos acumulados el salario medio real es hoy poco más del 1% inferior al de 2007 [gráfico superior derecho].
Pero cuando hablamos de salarios o precios en un país que forma parte de una unión monetaria, lo importante es analizar cómo evolucionan estas variables en relación con el resto de países de la zona. En los gráficos inferiores podemos ver cómo los costes laborales españoles crecieron notablemente más que la media de la eurozona hasta 2009, lo que unido a una caída de la productividad relativa, dio origen a un aumento del 18% de los costes por unidad producida (pérdida de competitividad). Desde entonces estamos corrigiendo dicha desviación a base de moderación salarial y de ajustes de plantillas. La buena noticia es que el proceso está prácticamente concluido.

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