Nadie tiene idea de lo que va a pasar en esta parte final del año y, en vez de aceptarlo y permanecer en liquidez total, lanzan pronósticos que tienen poco fundamento sólido y mucha inventiva narrativa
La única cosa que sé es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo. Lo dijo Sócrates y define, perfectamente, la situación actual desde la que me enfrento al mercado en estos momentos. Hoy día, tenemos desde bancos de inversión que vaticinan subidas de tipos USA y alzas de los mercados, hasta unos analistas que pronostican tipos en los mismos niveles y caídas bruscas de las bolsas. Total, que nadie tiene ni idea de lo que va a pasar en esta parte final del año y, en vez de aceptarlo y permanecer en liquidez total, lanzan pronósticos que tienen poco fundamento sólido y mucha inventiva narrativa al puro estilo Rappel.
Desde esta tribuna he sido bajista hasta hace dos semanas. No ha ido mal. Pero ahora, tras esta corrección sana y normal, se abre un momento de incertidumbre que invita a estar fuera. Hasta la semana que viene, me dedico a ver y disfrutar del momento histórico en el que nos encontramos. En los mercados, como en la vida, hay momentos en los que uno debe pararse a reflexionar y diseñar su estrategia de inversión. Este es uno de ellos.
Las condiciones macro en Estados Unidos soportan el fin de la política de emergencia de tipos cero. El consumo, el empleo y la actividad industrial no van mal y el problema radica ahora en saber si, tras el alza de tipos (que será este año) la Fed pasará a un ciclo de alzas sostenido en el tiempo o, por el contrario, a un “esperar y ver” al compás de los datos que vayan saliendo. Ahí radica ahora la incertidumbre de los mercados. Da igual que los tipos suban o no, lo que importa es ver cuál será la dirección de la política monetaria futura. Y ese mensaje importa, y mucho. En el primer caso, cambio de ciclo de tipos, el mercado lo tomará mal y podremos ver nuevos mínimos. Sin embargo, en el segundo caso, los inversores verán vía libre y volverán al mercado.
Fíjense en los flujos de entrada/salida en el ETF sobre el S&P más grande (por AUM) en este año. Sin duda, es una buena medida para entender qué están haciendo los inversores y cuál es el sentimiento que domina su actuación. Y lo que está sucediendo es, a la vista de los datos, un síntoma de miedo y pesimismo, pues son salidas netas lo que se está produciéndo. Igual pasa en los fondos mutuos.
Desde el punto de vista del sentimiento contrario, sería una muestra de que, tal vez, haya que empezar a pensar en alzas del mercado.
A nivel de valoración, encontramos señales de alarma que nos indicarían que el S&P está caro. El PER actual del mercado está en 19,85 veces. La mediana es de 14,5 y la estimada (forward) a 12 meses se coloca en 16,42. (Fuente WSJ, Birinyi Associates).
Si utilizamos el Shiller PE ratio, que toma la media de los beneficios, ajustados por inflación de 10 años (en vez de 1 años como la anterior), el ratio se va a 24,76 veces. La mediana es de 16. Lo vemos en el siguiente gráfico.
Es decir, el S&P podría corregir – si vuelve a la media – entre 1.100 puntos y 1.800 puntos si usamos históricos. Nada mal para unas buenas posiciones cortas.
Además, si miramos el crecimiento de las ventas de las empresas del S&P (mismo mes del año anterior hasta hoy) nos encontramos con caídas superiores al 3% y son ya dos cuatrimestres con estos crecimientos negativos. Además, no podemos achacarlo a que son empresas energéticas pues, entre ellas, tenemos a empresas como IBM, Citigroup, Coca Cola…. Un nuevo mal dato a tener en cuenta dado su impacto en el mercado de bonos corporativos y sus spreads.
Desde el punto de vista técnico, al margen de que los principales índices están dibujando una figura triangular de pronta resolución….lo cierto es que, en el S&P no se ha producido aún el cruce de la media de 50 con la de 200 sesiones. Es lo que se llama el death cross y que, históricamente, ha dado señales de venta fuerte con implicaciones muy bajistas. Sin embargo, si analizamos de forma sectorial el índice, entonces si aparecen casi el 50% de los mismos, cruzando esa media de implicaciones bajistas. Podría interpretarse como un signo de distribución...¿encubierta?
A nivel de volatilidad, se está volviendo a niveles más ajustados a la media pero, sin embargo, la curva sigue con backwardation, es decir, la tensión está en el corto plazo lo que indica más incertidumbre por lo que pueda pasar en las próximas sesiones. Como hablamos en anteriores tribunas, si hubiéramos vendido volatilidad, nos habría ido muy bien…
Es cierto que, tras las correcciones experimentadas, existen valores que se han quedado en niveles de precios muy atractivos y que sería hora de entrar en ellos. Pero si el mercado está maquinando un movimiento de mayor calado bajista, esos precios que hoy parecen buenos serán, en poco tiempo (pues de irse abajo el mercado lo hará de una forma brutal) malos y distantes. Y la inversión no se basa en adelantarse al mercado, sino en entrar cuando podemos minimizar los riesgos.
Me decía mi amigo Jordi, un reconocido gestor nacional, que la liquidez le seguía entrando a raudales y que estaba empezando a tomar posiciones alcistas. No se puede quedar fuera si hay fiesta alcista. Si esto lo enlazamos con los flujos que antes hemos visto, salvando las distancias, es otra señal discordante que hace dudar incluso de que el mercado vaya a caer. Hay falta de alternativas de inversión y existe una liquidez aún muy fuerte dispuesta a entrar.
Como conclusión, y ante el análisis de unos pocos de los instrumentos que suelo utilizar antes de tomar cualquier decisión de inversión, creo que no hay que adelantarse a los acontecimientos. El momento de entrar, hacía un lado u otro, está próximo y será rápido pero, mientras todo llega, yo sigo disfrutando del espectáculo. No por nada, sino por lo que decía Sócrates.
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