El gobierno de Alexis Tsipras ha vuelto a mover ficha tras realizar el pago adeudado al Fondo Monetario Internacional por valor de 750 millones de euros y cuyo plazo expiraba el martes. Un hecho que no elimina la posibilidad de un impago en los próximos meses, en un momento en que los vencimientos con distintos acreedores se agolpan y Bruselas continúa sin aprobar el programa de ayuda por valor de 7.200 millones de euros. Mientras Atenas mide su efectivo con cuentagotas, desde Washington, los funcionarios al mando de Christine Lagarde preparan un plan de contingencia que blinde a sus vecinos en el caso de que la malograda economía de la periferia incurra en un impago.
"La orden de pago ya se ha realizado" confirmaba a última hora del lunes el Ministerio de Finanzas heleno borrando así la incertidumbre acumulada desde la última reunión del Eurogrupo en Riga. Durante el encuentro del lunes, los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro no consideraron suficientes los avances helenos para activar el necesitado tramo de su rescate. El Fondo debería recibir la cantidad adeudada por Grecia durante la jornada del martes. Dicho esto, el ejecutivo de Tsipras no las tiene todas consigo y la fecha límite marcada a finales del mes de junio podría estar plagada de traspiés e, incluso, un impago por parte de Atenas a sus acreedores.
Durante las próximas tres semanas el ejecutivo de Tsipras entra así en un purgatorio político, donde deberá continuar con sus reformas si no quiere abrir las puertas del infierno financiero, con el próximo pago al FMI fijado el 5 de junio por valor de 310 millones de euros. Una semana más tarde el gobierno heleno deberá desembolsar otros 348 millones de euros a la institución capitaneada por Lagarde con sólo 72 horas de tregua hasta el siguiente pago, fijado para el 16 de junio por valor de otros 581 millones de euros. El 19 de junio, Grecia debe saldar cuentas de nuevo con el Fondo por valor de 348 millones de euros así como con el Banco Central Europeo, al que adeudará 85 millones de euros en intereses. Once días más tardes, la extensión de su programa de ayudas caducará.
Con esta abultada factura y sin vistas a corto plazo de convencer a sus socios europeos, el FMI insta a los vecinos del país heleno para prepararse ante un posible impago. Según adelantaba el Wall Street Journal, países como Bulgaria, Rumania, Albania, Macedonia y Serbia están en conversaciones con los técnicos de Washington dado el papel que bancos griegos como National Bank of Greece, Alpha Bank, Piraeus Bank y Eurobank Ergasias juegan en la región. "Hemos abierto el diálogo con estos países para determinar que planes de contingencia tienen y que medidas pueden tomar", explicó Jörg Decressin, subdirector del Departamento Europeo del FMI.
A la espera de los acontecimientos, Adam Slater, economista jefe en la consultora Oxford Economics, aseguró en un estudio del que se hizo eco la agencia Bloomberg, que de los más de 70 países que desde 1945 han abandonado distintas uniones monetarias, sólo una minoría han experimentado grandes pérdidas en su producción y expansión económica. De hecho, Slater apunta que pese a que el PIB heleno podría caer hasta un 10 por ciento si abandona la eurozona, el desplome podría ser limitado ya que su economía podría contar con ventajas que le permitiría rebotar con una recuperación importante.
"El escenario más probable si abandona el euro será una significativa caída del PIB pero las evidencias históricas sugieren que ésta estaría seguida de un repunte bastante fuerte", estimó el economista de Oxford Economics, quien señaló que todo depende de cómo se gestione dicha transición. Según sus cálculos, los países que sufren cambios de divisa registran una media de crecimiento del 2,7 por ciento el año de su ruptura con la moneda anterior y una media del 3,2 por ciento desde el año previo al cese hasta el año posterior al mismo.
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