Las escuchas han hundido las acciones y levantado recelos contra las firmas españolas
El escándalo que ha salpicado a la filial mexicana de la constructora OHL puede afectar a las empresas españolas con intereses en América Latina, una zona en que España tiene importantes inversiones y donde es uno de los principales socios de las economías de la región. El conflicto de Sacyr por los sobrecostes del Canal de Panamá ya supuso un riesgo para la llamada marca España.
La constructora de Villar Mir está involucrada en un caso de posible conflicto de interés después de que se difundieran unas escuchas en las que Pablo Walllentin, exconsejero delegado de OHL México, negociaba el pago de unas vacaciones con cargo a la empresa española para un funcionario del Gobierno del Estado de México, Apolinar Vega. Tanto Wallentin como Vega han dimitido debido a las grabaciones. Estas han revelado la operación para que la empresa española ejecutase un sobrecoste en dos de sus obras en México: el Viaducto Bicentenario y el Circuito Mexiquense, ambas en el Estado de México, que rodea al Distrito Federal.
Una auditoría de Ernst&Young de 2011 refleja un aumento de 25% entre ese año y 2014 en los peajes del Viaducto Bicentenerario, pero no ahonda en el proceso bajo el que se tomó la decisión. Otra auditoría, realizada por Deloitte en este año sobre el Circuito Mexiquense y a la que ha tenido acceso este periódico, refleja que existe un permiso del Gobierno mexiquense para extender los aumentos hasta 2051. Los autorizaciones corrieron a cargo de Apolinar Vega, secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno del Estado de México hasta esta semana.
La explosión que ha seguido al escándalo de OHL ha causado la baja de las acciones de la empresa y la suspensión de su cotización en la Bolsa Mexicana de Valores después de que sus acciones se desplomaran un 22%.
Los estados financieros del Circuito Mexiquense, una obra cinco veces mayor que el Viaducto Bicentenario, reflejan que el capital inicial con que OHL inició la obra en 2003 es de 5,579.3 millones de pesos (unos 32 millones de dólares al tipo de cambio actual) y refleja como “ingresos de operación” una cantidad similar: 6,056.28 millones de pesos (unos 35 millones de dólares). El apartado, según señala el abogado mercantil Paulo Diez Gargari, no ha sido aclarado por ninguna de las dos firmas que han auditado a OHL.
La empresa presentó como una de las principales conquistas de su inversión en México el Circuito Mexiquense, una obra en la que, según la auditoría realizada por Deloitte, tiene una inversión de 540 millones de euros y 31 años de concesión, autorizada también por Apolinar Mena. Este periódico ha intentado contactar con representantes de la firma española sin éxito.
Los ejecutivos de la filial mexicana de la empresa han negado a la agencia Efe cualquier irregularidad en la actuación de la compañía en México e incluso han acusado que las grabaciones son producto de espionaje industrial para afectar los intereses de la compañía en México. OHL, junto con BBVA, Santander y Movistar, es una de las empresas líderes españolas en el país.
El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, sostiene también que la filial mexicana de la compañía está siendo víctima de una campaña de difamación y que tomará medidas legales al respecto.
El Senado pide una investigación
Senadores mexicanos de partidos de la oposición (del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, PRD y del conservador Partido Acción Nacional, PAN) han pedido a la Cámara alta mexicana que abra una investigación sobre los supuestos malos manejos de OHL en México. En su opinión, las investigaciones que ha realizado hasta ahora el Gobierno del Estado de México son insuficientes y dejan muchas dudas por aclarar.
Solamente en 18 meses, hasta julio de 2014, OHL había ganado contratos en México por más de 41.594 millones de pesos (unos 2.574 millones de euros), por encima de sus tres grandes competidoras mexicanas (ICA, Tradeco y Carso), que apenas sumaron 9.412 millones de pesos (560 millones de dólares) en conjunto.
OHL se estableció en México desde hace 35 años y ha realizado inversiones por cerca de 59.266 millones de euros y, cada año, logra contratos por valor de entre 500 y 1.000 millones de euros. La empresa, una de las puntas de lanza de la inversión española en el mundo, obtiene ocho de cada 10 euros de su facturación en los mercados exteriores. Y la actuación en México es fundamental: es el segundo mercado de inversión después de España.
La empresa celebrará el próximo miércoles su junta de accionistas, en las que, entre otros temas, contemplará las medidas legales que tomará con respecto a la campaña de difamación que, sostiene, se está llevando en su contra en México.
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