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lunes, 15 de junio de 2015

La Comisión Europea saca la artillería contra Grecia

La Comisión Europea saca la artillería contra Grecia

  • Desglosa punto por punto los aspectos de la negociación para combatir "la tergiversación"

  • Las instituciones piden un ajuste en pensiones del 1% del PIB anual y Atenas ofrece un 0,04% en 2016

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude JunckerEFE

El Mundo. PABLO R. SUANZES

La Comisión Europea ha perdido la paciencia con Grecia. Durante los últimos seis meses, en las negociaciones con el nuevo Gobierno heleno, el equipo de Jean-Claude Juncker ha hecho de mediador. Ha puesto las instalaciones, el tiempo, y se ha encargado de enviar y recibir buena parte de los documentos. Han sido la cara amable, en público y en privado.
Hasta hoy. En un giro sin precedentes, la Comisión ha explicado que Juncker "está decepcionado" porque no hay avances pese a su esfuerzo. Y por eso, tras el fracaso de los últimos días y constatar que va perdiendo la guerra de la propaganda, ha detallado, uno por uno, "cinco pilares de la negociación".
Hasta hoy, cuando se preguntaba una y otra vez por los detalles concretos, la respuesta oficial era siempre la misma: "no informamos sobre las negociaciones mientras están en marcha". Cerrojo.
Hoy, en cambio, Margaritis Schinas, portavoz de Juncker, y Annika Breidthardt, portavoz de Asuntos Económicos, han sido clarísimos. Una respuesta al fracaso de las conversaciones del fin de semana en Bruselas y la "desinformación que circula", que es la forma diplomática de referirse al uso de las filtraciones y de comentarios desde la delegación helena.
Ahora mismo, las discusiones entre las instituciones y Atenas se articulan en cinco "pilares".
  • En el ajuste fiscal, las instituciones piden un superávit del 2% en 2016 y del 3,5 en 2018, que es un reajuste inmenso desde el 3% que se pedía ya para este ejercicio en el Memorando de Entendimiento vigente.
  • Medidas importantes en asuntos fiscales, y una agencia independiente para gestionar y recaudar tributos.
  • Esfuerzos para la estabilidad del sistema financiero, incidiendo en la mora.
  • Reformas estructurales: sobre todo del mercado laboral y apertura a los negocios.
  • Modernización del sector público
Hay más detalles. "En 2015 se han revisado a la baja muy claramente. Se pide ahora el 1% del PIB, una rebaja muy sustancia desde el 3% del programa. Es más grande de hecho que el efecto del ciclo económico. A medio plazo también del 4,5 al 3,5%. Es una concesión mayor y se ha retrasado hasta 2018 en lugar de 2016", ha indicado Breidthardt.

Medidas

Además ha hablado de las "medidas humanitarias de febrero que proponen un esquema de renta mínima para los más débiles. La pregunta es, ¿cuán creíbles son los compromisos griegos?", una declaración mucho más dura de lo habitual.
La Comisión no se ha cortado y ha desglosado también las propuestas sobre pensiones, que son el elemento más crítico en la actualidad. "Es una tergiversación decir que queremos que se bajen las pensiones individuales" ha repetido en varias ocasiones la Comisión.
"Sí, es una de las partes más caras y es uno de los sistemas más costosos de Europa y es parte de las condiciones del acuerdo, pero las instituciones no quieren recortes en pensiones individuales. Se trata de jubilación anticipadas, de incentivos perversos, de hacer el sistema sostenible a largo plazo".
Según la portavoz, las instituciones hablan de un reajuste que tendría que ser del 1% del PIB cada año, unos 1.800 millones de euros de financiación. Y la respuesta griega ha sido "nada este año y 71 millones de euros en 2016, que es un 0,04% del PIB".
Hay más. "No es verdad que las instituciones pidan más recortes en salarios". "Hay mucha fragmentación en el IVA y es necesario y útil mejorar la recaudación. Las autoridades helenas han propuesto un 23%, otro intermedio y otro del 6% muy limitado a unos productos. Las instituciones están dispuestas a discutir siempre y cuando los números cuadren", ha dicho Breidthardt.

Irritación en Bruselas

¿Qué ha pasado para que por primera vez la Comisión haya roto su código y haya querido explicar, punto por punto, la posición de las instituciones? Desde Bruselas están irritados e indignados por lo que consideran una tomadura de pelo. Según fuentes comunitarias, el fin de semana fue como una representación del teatro del absurdo.
Según fuentes europeas, el proceso fue delirante. Por un lado, la propuesta esperada el jueves nunca llegó. El viernes, los griegos querían avanzar, pero temerosos de filtraciones e incluso de que las conversaciones telefónicas pudieran ser grabadas, exigieron un acuerdo en persona en Bruselas. Y para eso enviaron una delegación secreta. Tan secreta que en cuestión de horas toda la prensa griega había publicado el viaje y su objetivo.
El sábado estaba prevista una reunión. En una habitación, técnicos del FMI y del BCE llegados de Washington y Fráncfort, esperando a ver la propuesta que se llevaba al equipo de Juncker. A las cinco de la tarde, llegó el documento. "Una página suelta con una tabla que los mismos números que le enseñaron a Moscovici cinco días antes y que él consideró insuficientes. Con ideas como recaudar 700 millones de euros en la lucha contra la corrupción, que están muy bien, pero no explican cómo va a pasar", explican fuentes comunitarias.
La versión de Bruselas es que se pidió a la delegación helena algo más serio, pues no había nada. No ya sólo de cifras, sino de reformas. Y se los emplazó a las 22.00. A las 23.00 respondieron con un reajuste de unos 200 millones de euros. "Hubo un breve encuentro con los representantes de las instituciones, pero era obvio que no había base para negociar y se suspendió".

Próxima cita

El objetivo era retomar las negociaciones el domingo a las 15.00. Los griegos volvieron a la mesa, una hora tarde, "y con una tabla que era fundamentalmente la misma del día anterior". Uno de los técnicos de las instituciones lo preguntó tal cual y le dijeron que sí, que era la misma. ¿Alguna diferencia? Y respondieron que no, así que algo antes de las 19.00 de la tarde, se suspendió el encuentro.
La próxima cita es el jueves, en Luxemburgo, en un Eurogrupo que se presenta catastrófico. Lo avanzado en las últimas semanas se ha quedado en nada de golpe. La retórica se endurece. Hoy comen en Bruselas Juncker y Mario Draghi, y el mensaje no será nada optimista. Comisarios como Oettinger hablan de prepararse para lo peor.
El FMI por un lado amenaza con levantarse de la mesa y por otro, a través de su economista jefe, alerta de que la reducción del superávit primario debería ir de la mano de una reestructuración de deuda. El tiempo corre muy deprisa. El 30 de junio se acaba el programa y Atenas tiene vencimientos por valor de 1.600 millones de euros. Y no hay Plan B. Todavía.

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