Juan Ramón Rallo
Una de las tradicionales discrepancias que mantengo con Paco Capella es si la moneda fiat emitida por el banco central puede considerarse un activo que no es el pasivo de nadie más o, en cambio, cabe reputarlo un pasivo del banco central. Paco resume su postura en este artículo publicado en el Instituto Juan de Mariana. La mía es la siguiente:
1) La emisión de billetes inconvertibles por parte del banco central no es equivalente a la extracción de oro por un minero de oro. La diferencia esencial es que el banco central está obligado a aceptar los billetes que ha emitido como medio de pago por sus bienes, servicios o activos que posea mientras que, en cambio, el minero no está obligado a recibir el oro que ha extraído como tal. Si nos vamos a los estatutos de la Reserva Federal, el asunto es claro: “Los billetes son obligaciones de los Estados Unidos y deberán ser aceptados por todos los bancos miembros, por la Reserva Federal y por todos los tributos, aranceles y todas las prestaciones debidas al Estado”. Por ejemplo, si un banco comercial le debe 1.000 dólares a la Reserva Federal, la Reserva Federal está obligada a aceptar 1.000 dólares en billetes como medio para saldar esa deuda. ¿Podría decir la Fed: “no reconozco esta serie de billetes como medio legítimo de pago para ninguno de mis activos”? Podría, pero imagino que todos entenderíamos ese repudio como un impago de sus obligaciones. El minero de oro, en cambio, podría decir que no acepta el oro que ha extraído como medio de pago (sólo quiere plata, por ejemplo) sin que nadie pudiera acusarle de estar defraudando sus obligaciones.
2) En el párrafo anterior podría parecer que los billetes son pasivos tanto del banco central como del Gobierno. Incluso, debido a las leyes de curso legal, podríamos decir que son pasivos de todos los ciudadanos, pues todos ellos están obligados a aceptarlos como medio de pago. Y, en efecto, así es. Pero con una diferencia: los billetes no son pasivos finales ni del Gobierno ni de la población. Si el Gobierno cobra impuestos en billetes de dólar, los billetes no desaparecen de la circulación: pasan a ser un activo del Gobierno. ¿Cuándo desaparecen de la circulación? Cuando son utilizados como medio de pago contra su emisor, esto es, contra el banco central. Si, por ejemplo, el banco central posee en su activo una deuda pública de 1.000 dólares y el Gobierno ha cobrado 1.000 dólares en impuestos, podrá utilizarlos para saldar su deuda con el banco central. ¿Y qué hará el banco central al recibirlos? Dará de baja su activo (deuda pública) y su pasivo (los billetes). Los billetes no permanecerán en circulación, sino que se extinguirán: la única manera en que podrían permanecer en circulación es si el banco central los utilizara para adquirir otro activo. He ahí otra esencial diferencia con el minero de oro (o con el minero de bitcoin): si el minero de oro cobra sus créditos en oro, el oro no desaparece.
3) Probablemente, la forma más sencilla de entender el rol que desempeñan los billetes del banco central sea equipararlos a los vales de compra de El Corte Inglés. El Corte Inglés está obligado a entregar las mercancías que vende a cambio de los vales que previamente ha emitido. La aceptación de sus vales como medio de pago no es potestativa para El Corte Inglés (como sí lo es para mí: si alguien quiere pagarme en vales de El Corte Inglés puedo rechazarlo) y, por tanto, los vales son un pasivo de El Corte Inglés. Lo son, insisto, en tanto en cuanto el tenedor de vales de El Corte Inglés puede legítimamente reducir el activo de El Corte Inglés (su stock de existencias, por ejemplo). Si yo puedo reducir legítimamente el activo patrimonial de otro agente (aunque sea una porción indeterminada de ese activo) es que poseo un derecho de crédito contra él; si no lo poseyera, la reducción forzada de su activo sería un robo.
4) En su artículo, además, Paco Capella efectúa una distinción bastante arbitraria. Por un lado, afirma que el billete fiat no es un pasivo del banco central pero que, en cambio, los depósitos a la vista en un banco central sí lo son. En realidad, o ambos lo son o ninguno de los dos lo es. Desde la perspectiva de la sociedad, tanto los billetes como los depósitos del banco central son medios legales y últimos de pago (son base monetaria: M0). Desde la perspectiva del banco central, ambos son medios de pago que obligatoriamente ha de aceptar. Es verdad que el banco central está obligado a convertir sus depósitos a la vista en billetes, pero también lo está a convertir sus billetes en depósitos. Según los estatutos de la Fed: “Cualquier banco de la Reserva Federal puede, en cualquier momento, minorar sus pasivos representados en billetes de la Fed mediante el depósito de estos billetes, certificados de oro, derechos especiales de giro o dinero legal de los EEUU en un agente de la Fed”. Es decir, depósitos y billetes son plenamente sustituibles. Los estatutos incluso limitan la reemisión de billetes a menos que se ajuste a las condiciones de la emisión original Pero la reemisión ni siquiera es necesaria, porque los depósitos tienen igual consideración de medio de pago que los billetes. Para que nos entendamos: la obligación de convertir billetes en depósito y viceversa es la misma que existe de convertir un billete de 100 dólares en 100 billetes de un dólar.
5) En el actual entramado monetario, los billetes de los bancos centrales son indudablemente pasivos de los bancos centrales. Que un pasivo no sea convertible no significa que no sea un pasivo. De hecho, a las acciones se les conoce como pasivos no exigibles. La clasificación de Bondone creo que arroja luz sobre el asunto: una deuda puede tener una naturaleza regular pero también irregular, sin que por ello deje de ser deuda. Por supuesto, otras configuraciones monetarias son posibles: los billetes podrían ser solo pasivos del Tesoro o incluso podrían no ser pasivos de nadie (Bitcoins públicas). Pero entonces nos hallaríamos en otro entramado monetario que habría que ver si hubiese sido capaz de sobrevivir tanto tiempo como el actual. Es decir, si el Gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal no tuviesen la obligación de aceptar los dólares como medio de pago por impuestos y por créditos concedidos (si no fuera un pasivo suyo), ¿tendría el dólar tan amplia circulación como la que hoy tiene? Lo dudo mucho. Si hoy el dólar circula es porque es un pasivo de estos dos entes monstruosos. Quizá en otras condiciones y con otras características (como la limitación de la cantidad impuesta por Bitcoin) no sería necesario que se tratara de un pasivo; pero no estamos en ese esquema monetario. En el actual, es por necesidad un pasivo, si no probablemente no circularía en las condiciones presentes.
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