Autor: Thibault Schrepel
[Este artículo está adaptado de “Friedrich Hayek's Contribution to Antitrust Law and Its Modern Application”, ICC Global Antitrust Review (2014): 199–216]
En el momento de su publicación, los escritos de Hayek representaban un distanciamiento notable de las teorías de la competencia perfecta de Léon Walras y, en general, de la microeconomía ortodoxa. Como explicaba Hayek, la competencia perfecta es un modelo económico en el que “suponemos que ya existe ese estado de cosas”. Cierto equilibrio competitivo se considera el objetivo a alcanzar. Dentro de este equilibrio competitivo, se supone que los individuos “están completamente ajustados entre sí”. La preocupación sobre el modelo de competencia perfecta es, por tanto, cómo llegar a una estructura predefinida de mercado en la que esa competencia sea “perfecta”.
Sin embargo Hayek veía la competencia como un proceso de descubrimiento y la forma ideal de estimular dicho proceso es favorecer la competencia dinámica (y por tanto la competencia más realista) por encima de la competencia perfecta. Muchos se dan cuenta ahora de esto, pero las autoridades antitrust y la literatura económica han promovido desde hace mucho en modelo de competencia perfecta y a veces siguen haciéndolo.
Antitrust e innovación
Los mercados modernos de alta tecnología tienen características que pueden dar a la contribución de Hayek a las leyes antitrust un nuevo significado. En este momento, las autoridades antitrust no consideran totalmente todos los aspectos de la “innovación”, porque no dan a las eficiencias dinámicas el lugar que deberían. Por ejemplo, el hecho de que puedan aparecer tecnologías disruptivas en cualquier momento no es algo integrado en la mayoría de los análisis antitrust, que tienden a confirmar que estas autoridades siguen promoviendo, al menos en parte, el modelo de competencia perfecta.
Los mercados de alta tecnología muestran constantemente un equilibrio inestable y esto debería llevar a las autoridades antitrust a dar una menor importancia al concepto de “efectos de red”, que implica que un producto con una gran porción del mercado puede tener una ventaja insuperable sobre productos en competencia. La posibilidad de la aparición de nuevos productos e innovaciones que remodelan constantemente el mercado nos demuestra que las barreras para entrar en un mercado existente no son lo más importante, ya que nuevas tecnologías a menudo crean un nuevo mercado. Como consecuencia, y como indudablemente nos demuestra la historia reciente, las participaciones en el mercado se mueven más rápido y la mayoría de los llamados monopolios naturales (los creados sin intervención pública) desaparecen tan pronto como aparecen. En otras palabras, estos mercados reflejan mejor el orden espontáneo de Hayek que cualquier modelo de competencia perfecta.
Las autoridades antitrust ya se han visto obligadas por las nuevas realidades a tener esto en consideración. Por ejemplo, en el caso antitrust de Microsoft, el Departamento de Justicia reconoció la naturaleza temporal del dominio en los mercados de alta tecnología. Tribunales estadounidenses y europeos también lo han hecho en varios casos desde entonces. La Comisión Europea, en su sentencia de 2011 sobre la fusión Microsoft/Skype destacaba el hecho de que “las participaciones del mercado solo proporcionan una indicación limitada de la fortaleza competitiva en los mercados de servicios de comunicación de consumidores” y otros “mercados dinámicos”. Y recientemente, la comisionada europea para la competencia, Margrethe Vestager, subrayaba que Google opera en “mercados de rápidos movimientos”. Aun así, los reguladores continúan poniendo un tremendo énfasis en las barreras a entrar en un mercado, debido a la existencia de “efectos de red”, como hicieron los expertos legales estadounidenses y europeos en el momento del caso Microsoft.
Reformas prácticas
En lugar de tratar de conservar una estructura concreta del mercado, los reguladores deberían buscar quitarse del camino de nuevas innovaciones tecnológicas. Sí, las autoridades antitrust a menudo favorecen “innovaciones sostenedoras” sobre las nuevas disruptivas. Por ejemplo, cuando la Comisión Europea sentenció que Microsoft debía asegurar que sus productos fueran en general compatibles con otros productos en el mercado, esta estaba simplemente buscando mantener el mercado actual existente en lugar de facilitar la creación de nuevos mercados y nuevos productos.
Sin embargo, los reguladores antitrust siguen centrados en los “costes de cambio”, el “lock-in” y las “barreras de entrada” y continúan poniendo énfasis en el viejo concepto de “participaciones del mercado”, mientras el mercado está haciendo esos conceptos menos relevantes al cambiar constantemente las reglas del juego.
Consecuencias para los emprendedores
Como nos demuestra Hayek, es la aparición dinámica de nuevos productos y nuevos mercados la que crea una verdadera competencia e impide la creación de monopolios efectivos en un mercado no intervenido. Evidentemente, el modelo de competencia perfecta tiene poco que decirnos acerca de cómo funcionan estos mercados del mundo real. Los reguladores harían bien en reconocer todas las consecuencias relacionadas con la renuncia al modelo de competencia perfecta. Si lo hicieran, cambiarían cómo están compitiendo las empresas entre sí debido a que regulaciones y sentencias han influido a menudo en los comportamientos y estrategias de dichas empresas. Se fortalecería entonces el emprendimiento y los mercados de alta tecnología serían más competitivos e innovadores que nunca.
Publicado originalmente el 6 de mayo de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El articulo original se encuentra aquí.
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