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lunes, 11 de mayo de 2015

Salvar a ciertos bancos Sí, pero No a todos ni a los banqueros

por Jose Luis Peydro

 
El Banco de España publicó este lunes un documento en el que constatan que de las ayudas directas (sin contar las garantías p.ej. a la deuda emitida) al sistema bancario desde 2009, que han sido de 61.595 millones de euros, sólo hemos recuperado 2.666 millones (un 4%!). ¿Hemos perdido el dinero restante, aproximadamente un 5% del PIB, o hemos perdido más o menos dinero? ¿Se debió rescatar a todos los bancos y a los banqueros?
 
El fin de semana del 13 y 14 de septiembre de 2008 se decidió no rescatar a Lehman Brothers en USA y la quiebra del lunes 15 de septiembre dio paso a la fase más crucial de la crisis financiera, con resultados muy negativos para la economía real. El día 16 de septiembre la aseguradora AIG tuvo una crisis de iliquidez que le llevaba a la quiebra y AIG fue rescatada. Por cierto, la crisis financiera ya había empezado a manifestarse en el 2007 con problemas en el subprime y sector inmobiliario en USA y el 9 de agosto en Europa con la iliquidez del mercado interbancario (el BCE inyecto casi 100.000 millones en ese día de 2007).
 
La quiebra de un banco demasiado grande, o muy conectado al resto del sistema financiero y real, o demasiado complejo, genera riesgo de crisis financiera con costes substanciales para la economía productiva (el llamado too big to fail, TBTF, or too connected or complex to fail). Por ejemplo, AIG era el mayor vendedor de credit default swaps (CDS) y, por tanto, su quiebra en un momento de alto riesgo financiero implicaba que muchas entidades financieras no recibirían su seguro cuando el default sucedía o iba a suceder (el mercado de CDS era y es enorme). Esto hubiera implicado un contagio financiero a otras entidades financieras con efectos reales negativos, y estos efectos son peores cuando el sistema financiero es más débil, como en el 2008 después del riesgo tomado en el boom de los 2000s. Los efectos reales de las quiebras bancarias pueden generar p.ej. un credit crunch para empresas y familias (hay contrafactuales que lo sugieren), y por tanto, la inversión y el consumo pueden bajar substancialmente, y por ende el empleo. Quizás ciertas empresas financieras pueden substituir cierta financiación con deuda de mercado, pero esto no le sucede a las PYMEs y familias.
 
En Europa en general, incluido España, la economía está muy bancarizada, como demuestra el European Systemic Risk Board, que supervisa el riesgo sistémico en Europa. Esto implica que el riesgo sistémico mayor viene de los bancos ya que sus activos sobrepasan con creces el PIB europeo; de hecho sólo un banco, el mayor de cada país, sobrepasa el PIB en los principales países europeos, mientras que en USA todos los bancos son iguales al PIB americano. Las empresas en Europa se financian externamente con bancos, aproximadamente el 75%, mientras que USA es sólo del 25%. Por tanto, problemas en el sector bancario automáticamente se trasladan al sector real en Europa (incluido España). En consiguiente, hay una justificación para rescatar a bancos y cajas en España, como hicieron otros países europeos (y se hizo también en USA).
 
Obviamente no todos los bancos son sistémicos, por tanto no todos los bancos deben ser rescatados en caso de problemas graves (verbigracia, el Banco de Valencia). Un banco no sistémico se puede liquidar vendiendo activos, tantos securities como préstamos, a otros bancos o a otras entidades financieras (incluso a fondos buitre extranjeros) y con el dinero pagar a los depositantes. Obviamente, la práctica de hacer que se fusionen muchos bancos pequeños y mediados para crear bancos grandes (como se ha hecho a veces) es muy peligroso porque el banco mayor se puede convertir en sistémico, y también es peligroso rescatar a bancos con garantías (que son una especie de “pasivos contingentes fuera de balance” para el estado y contribuyentes, que pueden materializarse en el peor momento posible).
 
Un banco sistémico en momentos de debilidad bancaria sí se tiene que rescatar por parte de los contribuyentes (bail-out), aunque primero se debería liquidar (bail-in) a los accionistas y acreedores del banco que no sean depositantes o con depósitos mayores a cierto nivel (por ejemplo, 100 mil euros). Esto cumple dos objetivos. Primero, cuesta menos para los contribuyentes y segundo mejora los incentivos del sistema financiero ya que accionistas y acreedores pueden perder todo si toman demasiado riesgo (incluso más si los niveles de capital de los bancos son más altos, ahora con Basilea III se ha aumentado estos requerimientos). Aunque hay un riesgo con el bail-in: dado que la mayoría de los acreedores de los bancos son el sistema financiero mismo, ex post puede resultar costoso el bail-in dado el contagio financiero en épocas de debilidad bancaria.
 
Por tanto, en general, ni se debe rescatar a todos los bancos (sólo a los sistémicos y cuando el sistema financiero es débil) ni a los banqueros (ha de hacerse primero un bail-in). Ahora bien, sin el rescate del sistema bancario en España, la crisis hubiera sido mucho peor para la economía real. Por tanto, en mi opinión es muy populista decir que con esos 60.000 millones se podrían haber salvado familias o hubieran habido muchos menos recortes. Lo más negativo (y en ese sentido costoso para todos) es que aquí se rescató demasiado.

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