STANDARD & POOR ENFRÍA SU ENTUSIASMO SOBRE EL COMPRA DE DEUDA DEL BCE
La calificadora afirma que tendrá un efecto «sólo moderadamente positivo» y preve que el desapalancamiento del sector privado se mantenga en países como España, Irlanda o Portugal
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) considera que el efecto que tendrá el programa de compra de deuda pública y privada anunciado en enero por el Banco Central Europeo (BCE) en los bancos de la eurozona será «sólo moderadamente positivo» y no supondrá «algo que cambie las reglas del juego».
En opinión de Standard & Poor's, el efecto que el conocido como'Quantitive Easing' ('QE') tendrá en cada sistema bancario dependerá en parte de su efecto en las tendencias de crecimiento económico subyacentes de cada país.
En este sentido, aclara que sus previsiones de crecimiento ya incorporaban su expectativa de que el BCE iba a anunciar un programa de compra de deuda a gran escala y que este supondría un «modesto apoyo» para las economías de la eurozona.
La agencia de calificación crediticia añade que la posibilidad de que el programa genere beneficios a largo plazo para los sistemas bancarios de la eurozona dependerá de si contribuye a un recuperación económica sostenible.
«Efecto moderado»
Asimismo, considera que el 'QE' tendrá un efecto «moderado» en las economías de la eurozona, ya que mejorará la confianza del sector privado y la actividad económica e incrementará la liquidez, lo que debería suponer presiones a la baja para los costes de financiación de las entidades.
«Esto podría acelerar el descenso en los países donde estos costes no son ya muy bajos», remarca la agencia, que subraya que aunque tenga un impacto moderado en las economías de la eurozona, es «clave» para reducir los riesgos a la baja en el medio plazo.
Sin embargo, S&P no espera que tenga demasiados efectos en las dinámicas de crédito en aquellas regiones en las que hay todavía una «significativa» deuda pendiente o donde existe una «clara falta de demanda de crédito».
En concreto, apunta que el desapalancamiento del sector privado se mantiene en países como España, Portugal e Irlanda, por lo que seguirá lastrando la demanda de crédito en estos países, tendencia que no cambiará apenas con el programa de compra de deuda.
«Frágil y prolongada» recuperación
En esta línea, cree que la «frágil y prolongada» recuperación económica en la mayor parte de la zona euro, «con la posible excepción de España», ofrece «limitadas oportunidades de inversión» para las empresas y las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Por otro lado, cree que algunos de los excedentes de liquidez barata derivados del 'QE' podrían trasladarse a los valores o al sector inmobiliario, favoreciendo la inflación en los precios de los activos en estos mercados, lo que en algunas economías podría generar desequilibrios. Sin embargo, en otras economías de la eurozona que están saliendo de una fase de ajuste significativo, como es el caso de España, este escenario podría ayudar a un proceso de desapalancamiento ordenado.
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