La crisis de deuda soberana que ha sufrido la Eurozona llevó a varios países a solicitar un rescate financiero para poder sostener el gasto público, sus sistemas financieros y poder refinanciar los vencimientos de deuda a unos intereses sustancialmente menores que los exigidos por los inversores en el mercado de deuda. Los países que solicitaron el rescate fueron Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre y España.
Años más tarde, nos queda hacer balance de cómo han evolucionado las diferentes economías tras la petición del rescate. Para ello, utilizaremos las variables más relevantes como con el crecimiento del PIB, la evolución de la deuda pública, primas de riesgo, superávit/déficit público y niveles de desempleo.
Grecia, la gran tragedia
Grecia simboliza lo que un país no debe hacer en materia económica. Cabe recordar que en el año 2007 iniciaron la crisis con una deuda pública que ostentaba el 103% de su PIB, debido a que entre los años 1996 y 2007 acometió una gran expansión de su gasto público hasta suponer el 250% de los ingresos públicos en el año 2007.
Las tensiones de la crisis llegaron, y refinanciar los vencimientos no era tarea fácil ya que los intereses se dispararon el en mercado de bonos ante la inestabilidad presupuestaria. Grecia fue el primer país en recibir el rescate. En mayo del 2010 Grecia aceptó el primer rescate por un total de 110.000 millones de euros.
En marzo de 2012 tiene lugar el segundo rescate que supone una reestructuración radical de la deuda griega. Se produce una quita de la deuda en manos privadas del 53,5 %. Seguidamente, en un intento para que Grecia no abandonara el euro y suspendiera pagos, se aprueba un segundo rescate de 130.000 millones de euros.
Grecia, acostumbrada al gasto público y al dinero barato, vio como opción de gobierno a Syriza ante las elecciones anticipadas de enero de 2015. El nuevo gobierno disparó las tensiones por un programa electoral basado en la expansión del gasto público que alteró a los mercados financieros, lo que terminó provocando un corralito bancario.
Ante la nueva situación, se tuvo que negociar un tercer rescate de Grecia que se aprobó en agosto de 2015, por un valor total de 86.000 millones de euros. En el acuerdo, el gobierno de Syriza tuvo que aceptar todas las condiciones impuestas por los acreedores sobre un fondo para las privatizaciones, reforma de las pensiones y del mercado laboral.
Grecia ha sufrido una depresión en toda regla, desde que se inició la crisis la caída de su PIB ha sido más del 25% y su deuda pública roza el 180% sobre PIB. Para más inri, tras 24 meses de crecimiento económico (modesto), se confirma la nueva recesión. Asimismo, la rigidez de su mercado laboral propició que la tasa de paro haya pasado del 11,6% al 24,6%, aunque llegó a ser del 27,9% en septiembre de 2013, la más alta de Europa.
Irlanda, el caso de éxito
Irlanda es una economía especializada en atraer capital extranjero gracias a una fiscalidad muy beneficiosa (Impuesto de Sociedades del 12,5%) que invita a empresas extranjeras a posicionarse en el país. Al igual que España, Irlanda también sufrió una burbuja inmobiliaria y crediticia gracias al dinero barato del BCE.
En el año 2010 el déficit de Irlanda se situó en el 32,3% sobre PIB, debido al rescate que aceptó el país de 85.000 millones de euros, cuyo fin era rescatar su economía y pero especialmente a las entidades financieras como Allied Irish Bank ya que forma parte de un elemento clave para seguir atrayendo capital.
Irlanda acometió reformas profundas para equilibrar su economía y trasladar confianza a los mercados como gran recorte a los sueldo públicos y las pensiones, incremento de la edad de jubilación hasta los 68 años, recortó las prestaciones sociales e incremento el IVA.
Entre los años 2007 y 2012, el peso de la deuda pública sobre el PIB irlandés pasó de un 23,9% hasta un 120%. No obstante, en estos dos últimos años el llamado "tigre celta" ha propiciado una mejora sustancial en esta variable, por lo que ahora la deuda pública se encuentra el 98,4% del PIB, gracias a su gran crecimiento económico del 5,2% en 2014 y del 7,8% en 2015. El desempleo llegó a repuntar hasta un 15,2% (enero de 2012) pero ha caído intensamente y en la actualidad ya se encuentra en un 8,8%.
Portugal, el final del dinero barato
La economía lusa en el año 2007 se encontraba con un déficit del 3% pero con una deuda pública del 68,4%, debido a los sucesivos déficits de los años anteriores. A pesar de no tener exposición al ladrillo "burbujístico", sí tenía elementos de debilidad como una carencia de productividad, un débil crecimiento y un déficit que se disparó con la crisis global.
En mayo de 2011, el Eurogrupo aprobó el rescate de Portugal de 78.000 millones de euros con unos intereses medios del 5,1%. El rescate se extendió hasta mayo de 2014 que se formalizó el último tramo acordado. Un 15% del monto financiero se destinaba exclusivamente para ayudar a los bancos portugueses, con el objetivo de elevar el “core capital”.
El año 2013 fue el último año de recesión económica para Portugal, que perdió durante la crisis un 7% de su PIB. Poco a poco la economía lusa va cogiendo tracción y en el 2015 la economía avanzó un 1,5%. No obstante, los ritmos de crecimiento actuales son insuficientes para compensar la abultada deuda pública lusa que supone del 128,9% sobre PIB. Desde el punto de vista del desempleo, el paro llegó hasta un 17,3% (enero de 2013) pero en la actualidad ya se posiciona en el 12,4%.
Chipre, exposición excesiva a la deuda griega
La debilidad chipriota se encontraba en su sistema financiero ya que los bancos chipriotas se habían expuesto en gran medida a la deuda griega. Como hemos explicado, en Grecia se produjo una quita de deuda privada por lo que el sistema financiero de Chipre se vio con un agujero de 10.000 millones de euros (60% del PIB de Chipre).
Por esa razón que El rescate de Chipre se fijó en 10.000 millones de euros a un interés del 2,5%, aunque finalmente ha salido este mes de marzo del programa de rescate utilizando 7.300 millones de euros.
Chipre sufrió una profunda recesión entre los años 2013 y 2014 en el que se desvaneció un 7,5% de su PIB, sin embargo en 2015 creció un 1,5%. Fruto de su abultado rescate, su deuda pública ha pasado del 45% del 2008 hasta el 109% sobre PIB. El desempleo en los años de crisis pasó de un 3,3% (mayo de 2008) hasta el 16,9% (septiembre 2013) y ahora se encuentra en el 15,8%.
España, demasiado grande para caer
El caso de España es similar al de Irlanda pero careciendo de la libertad económica que ésta abandera. La burbuja inmobiliaria, crediticia y de obra civil nos dejó unas cuentas envidiables. En el año 2007, crecíamos al 3,8%, la deuda pública era de un 36% sobre PIB, en nuestras cuentas públicas se reflejaba un superávit del 2,23% y con un desempleo del 8%.
Con la crisis internacional y el fin de la burbuja inmobiliaria, 70.000 millones de ingresos públicos se evaporaron y el gasto público continuó aumentando, lo que nos llevó a protagonizar sucesivos abultados déficits, que fueron el catalizador para la deuda pública.
El sector público simplemente no era rescatable en la cuarta economía más grande de la Eurozona, por lo que para dar estabilidad se forzó al rescate bancario con una "línea de crédito" de 100.000 millones de euros (que finalmente se utilizaron 41.000 millones) a cambio de firmar el Memorando de Entendimiento en los que se citaba modificaciones en el sistema tributario, el mercado laboral, sobre la eficiencia regulatoria y abordar del déficit tarifario en la electricidad de forma global.
Mediante el FROB se procedió a las ayudas en forma de capital a la banca, cuatro entidades absorbieron el 93%: 22.424 millones en el caso de Bankia, 12.055 millones Catalunya Banc, 9.055 millones Novagalicia y 5.500 millones fueron a parar a Banco de Valencia.
España ha visto una clara mejora en su economía ya que la crisis se llevó por delante casi un 6% de su PIB, mientras que en el año 2015 la economía española consiguió crecer un 3,2%. Asimismo, la deuda pública no ha parado de crecer en estos años y ya supone el 99% del PIB. Sobre el mercado laboral rígido y dual (trabajadores excesivamente protegidos frente a otros excesivamente precarizados), la tasa de desempleo marcó un máximo 26,3% (julio de 2013), mientras que actualmente se ubica en el 20,5%.
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