Alta tensión con la deuda en Cataluña: se dispara la prima de riesgo
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, conversa con el vicepresidente Oriol Junqueras.EFE
Los inversores huyen de los bonos catalanes y descuentan la posibilidad de que el Gobierno regional realice un impago de 1.600 millones en préstamos con cuatro entidades españolas.
A los inversores se les ha agotado la paciencia con Cataluña. Ayer se produjo una oleada de ventas que volvió a llevar la rentabilidad del bono catalán a máximos. El interés de la emisión que tiene la Generalitat, con vencimiento en 2020, escaló del 2,94% al 3,41% de golpe, y el diferencial con el bono español al mismo plazo, lo que sería el equivalente a la prima de riesgo, alcanzó su nivel más alto en casi tres años, hasta los 318 puntos básicos.
Esta reacción del mercado se produce en la antesala de la reunión que va a mantener el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con el vicepresidente económico catalán, Oriol Junqueras, para tratar de desatascar el problema de la deuda y aliviar las tensiones de liquidez a corto plazo.
Los inversores están empezando a dar así una probabilidad más alta de que Cataluña no pueda hacer frente a la deuda, como han advertido las agencias de ráting en los últimos días. El primer aviso lo lanzó Standard & Poor's (S&P), que situó el pasado 4 de marzo la calificación del gobierno regional en revisión para una posible rebaja. Esta previsto que en los próximos días anuncie su veredicto, lo que podría hundir todavía más la nota de la Generalitat, actualmente en el BB-, en el grado de bono basura, incluso situarlo en lo que se conoce como impago selectivo (selective default). Y Moody's hizo lo propio hace seis días con un mensaje agresivo, puesto que dudaba sobre la capacidad de la comunidad autónoma para cumplir sus obligaciones financieras a corto plazo.
En octubre, la región pidió al Gobierno central autorización para convertir parte de su deuda bancaria a corto plazo en deuda a largo plazo. Se trata de un préstamo con cuatro entidades financieras por importe de 1.600 millones de euros que vence este mismo año. Según informaba Bloomberg ayer, la Administración central todavía no habría dado el visto bueno a esta reestructuración.
Según datos oficiales del Banco de España, Cataluña adeuda ya 72.283 millones, un 5% más que en el trimestre anterior. Más del 60% de esta deuda se encuentra ya en manos del Estado, por las ayudas puestas a disposición de la Generalitat a través del mecanismo del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Reacción del mercado
En principio, la reacción de los bonos en el mercado secundario no estaría justificada, puesto que la amortización de esos títulos estaría garantizada también por el FLA. Pero tal y como advertía Moody's en su comunicado del pasado 12 de marzo, a pesar de que hay "una fuerte trayectoria de apoyo gubernamental a la región a través del FLA, el fracaso a la hora de conseguir la aprobación para esta conversión concreta evidencia la incertidumbre que rodea al programa". Es por eso que es probable que haya habido inversores que hayan preferido vender, por lo que pueda pasar en el futuro.
En total, la Generalitat de Cataluña tiene 30 emisiones vivas en el mercado por valor de 7.007 millones con un cupón promedio del 4,64%. Los títulos vencen de media el 22 de diciembre de 2023.
Este año, al gobierno catalán le vencen tres operaciones más que, en principio y tal y como ha venido sucediendo desde 2012, serán atendidas por el FLA. Se trata de una emisión por importe de 150 millones de francos suizos (en torno a 136 millones de euros al cambio de ayer), que vence el próximo 24 de este mes, otra de 200 millones, que lo hace el 13 de julio, y otra de 934,13 millones, que deberá amortizarse el 15 de noviembre. En total, 1.270 millones de euros a los que debería responder el fondo de liquidez.
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